El desempleo toca mínimos y la economía crece cada año, pero instituciones como el Banco de Inglaterra alertan sobre el riesgo de fuga de capitales y la caída de inversión extranjera ante la salida de la UE

manuel varela
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Frente al mítico portal negro y aldaba dorada de 10 Downing Street, David Cameron cambió la historia de Europa en febrero del 2016. «Ustedes decidirán y, cualquiera que sea su decisión, haré lo mejor para llevarla a cabo», aseguró ante los periodistas para anunciar un referendo que tendría lugar cuatro meses después y un día antes de su renuncia como primer ministro. El líder conservador cavó su propia tumba con una consulta en la que esperaba el no de los británicos y que, a las puertas del 2020, sigue sin verse traducido en la salida efectiva del Reino Unido de la Unión Europea.

A nivel político, el proceso del brexit ha supuesto un terremoto que se ha llevado por delante a la sucesora de Cameron, Theresa May, y que hundió partidos, caso del Liberal Demócrata de Nick Clegg —viceprimer ministro de Cameron— o el propio UKIP de Nigel Farage, ahora contribuyendo a su misión de abandonar la UE desde el Partido del Brexit.

Los efectos del referendo sobre la economía no están siendo tan dañinos como se esperaba. El índice de paro es el más bajo desde finales de los años setenta y el PIB ha crecido con regularidad desde entonces. La inflación ha pasado del 0,8 % en junio del 2016 al 1,8 % en enero del 2019. Incluso la libra esterlina que, tras sufrir enormes pérdidas, se situó esta semana en máximos respecto al euro. Sin embargo, la incertidumbre ha provocado la salida de grandes multinacionales como Honda, que anunció el cierre de su fábrica en Swindon en el 2021. Según la consultora Ey, el coste del proceso de salida de la UE para las compañías de servicios financieros asciende a los 4.450 millones de euros.

La renta, por debajo de lo previsto

Los ingresos medios disponibles en los hogares británicos este año son de 29.400 libras —unos 34.800 euros—, un 1,4 % más que el año anterior, según el servicio de estadística británico (ONS). El economista James Smith, director de investigación del think tank Resolution Foundation, publicó un informe este año donde advierte de que las rentas anuales son 1.500 libras inferiores a lo que se estimaba antes del referendo.

El desempleo toca mínimos

La última vez que el paro estaba tan bajo en el Reino Unido, Margaret Thatcher aspiraba a liderar el Partido Conservador. El desempleo se sitúa en el 3,8 % —en Galicia es tres veces superior—, el menor índice en 44 años. Un estudio de Reuters recoge que los buenos datos de empleo responden a los contratos de corta duración firmados desde el 2016. Además, el número de trabajadores ha caído en 56.000 personas.

Temor a la fuga de capitales

Los datos oficiales confirman que la inversión extranjera ha caído a su nivel más bajo en seis años, según el Departamento de Comercio Internacional. El Banco de Inglaterra, a través de un análisis publicado en julio, advirtió sobre el riesgo de fuga de capitales para la economía británica, cuyo déficit ha estado sostenido en los tres últimos años por capital extranjero a través, principalmente, de préstamos e inversiones inmobiliarias.

Empeoran las exportaciones

El balance comercial se ha estrechado a finales de este año, con las exportaciones incrementándose en un 5,2 % en septiembre, insuficiente para lo esperado por los economistas. Según la Oficina Nacional de Estadísticas, la tendencia anual de las exportaciones ha empeorado en los últimos años. Se suma, además, la guerra comercial que Estados Unidos mantiene con China y que amenaza con frenar el crecimiento global.

Se estanca la población europea

La aprobación de la salida de la UE supuso un frenazo a la llegada de población extranjera de origen europeo. En el 2018, tras años de crecimiento, el número de residentes en el Reino Unido procedentes de Europa se redujo en más de 100.000 personas. Cerca de un 3 % de los extranjeros tienen nacionalidad española. Los migrantes de fuera de la Unión Europea han seguido aumentando, aunque a un ritmo menos intenso.

La libra se recupera tras hundirse

Comprar una libra antes del referendo costaba más de 1,4 euros. El anuncio de la celebración de la consulta propició un progresivo hundimiento de la divisa, que apunto estuvo de equilibrarse a la moneda europea. Después del fracaso en alcanzar un acuerdo para abandonar la UE antes del 31 de octubre, la libra comenzó a recuperarse, a lo que contribuyó el estancamiento de la Zona Euro y una leve desaceleración en Estados Unidos.