Trump atemoriza a jueces y fiscales al intervenir en el juicio contra su exjefe de campaña

Mercedes Gallego NUEVA YORK / COLPISA

INTERNACIONAL

Fiscal general de EE.UU., William Barr
Fiscal general de EE.UU., William Barr MICHAEL REYNOLDS

El Congreso pide explicaciones al fiscal general Bill Barr, y este le pide al presidente que deje de tuitear sobre casos abiertos

14 feb 2020 . Actualizado a las 13:39 h.

La separación entre el poder ejecutivo y el judicial, pilar de la democracia, se ha resquebrajado esta semana con la intervención pública del presidente en el caso de su amigo y colaborador Roger Stone. Tras la actuación del fiscal general para reducir la sentencia que habían pedido los fiscales, el presidente Donald Trump ha vuelto su arma de destrucción masiva, Twitter, contra la jueza encargada del caso, y de camino ha dejado temblando a jueces y fiscales de todo el país.

Según The New York Times, que dice haber tenido conversaciones con las 93 oficinas de fiscal que hay en todo el país, unos y otros están atemorizados. Cuando se les cruza sobre la mesa un caso que pueda llamar la atención del presidente, ellos mismos se autocensuran, aunque dicen darle serias vueltas al dilema ético que presente el caso.

Todos han visto cómo cambian otros fiscales de idea cuando oyen al presidente. Su mayor preocupación es que el fiscal general no les apoye en casos con sensibilidad política, tal como ha hecho con el de Stone, que provocó la dimisión al unísono de los cuatro fiscales encargados del caso (tres pidieron a la jueza recusarse y uno ha dimitido por completo del Gobierno).

Horas después de que el presidente tuiteara de madrugada que la condena que pedían los fiscales para su colaborador, por obstrucción a la justicia en la trama rusa, era «una gran injusticia» que no se podía permitir, «porque los verdaderos criminales estaban del otro lado» [los demócratas], el Departamento de Justicia intervino para solicitar que se reduzca «significativamente» su pena. Como atenuantes alega la avanzada edad (67 años) del exjefe de campaña de Trump, su falta de antecedentes penales y sus «circunstancias personales», sin aclarar.

El Congreso ha llamado este jueves al fiscal general de EE.UU.,, William Barr, a explicar la inquietante decisión en una audiencia agendada para el 31 de marzo. «¡Felicidades al fiscal general Bill Barr por tomar el control de un caso que estaba fuera de control!», le defendió Trump por Twitter. Horas después, Barr pidió al presidente que deje de tuitear sobre casos abiertos dado que le están haciendo «imposible» hacer su trabajo y avisó de que no va a dejarse «intimidar o influir por nadie».