La Duma allana el camino de Putin para seguir en el Kremlin hasta el 2036

Ignacio Ortega MOSCÚ / EFE

INTERNACIONAL

Putin, durante su discurso en la Duma
Putin, durante su discurso en la Duma Europa Press

El Parlamento ruso aprueba la enmienda constitucional que suprime el límite de dos mandatos presidenciales

11 mar 2020 . Actualizado a las 08:37 h.

El presidente Vladimir Putin dio ayer un golpe de mano y retiró el último obstáculo que le impedía seguir en el poder. En una histórica intervención ante el Parlamento ruso, se mostró dispuesto a reformar la Constitución para permanecer en el Kremlin hasta el 2036. «Estoy seguro de que juntos haremos aún muchas cosas buenas, por lo menos, hasta el 2024. Ahí, ya se verá», proclamó Putin ante la Duma o Cámara baja.

Putin apeló al miedo a Occidente, a la sagrada «estabilidad», a la necesidad de una «fuerte vertical presidencial», a que el país no está preparado para la «alternancia política» y al respaldo de «la mayoría de la sociedad» para justificar sus planes de no dejar el Kremlin en el 2024, como le exige la actual Constitución de 1993. «El mundo cambia. Estos cambios tienen un carácter radical, yo diría irreversible. Ahora, encima, nos llega el coronavirus y los precios del petróleo bailan, y junto con ellos, las divisas y las bolsas», aseguró.

Putin ya sorprendió al anunciar a mediados de enero una reforma de la Constitución -algo que había dicho que nunca haría-, pero entonces los analistas pensaron que dejaría la presidencia para dirigir los designios del país en la sombra desde un nuevo órgano que sería anclado en la modificada Carta Magna: el Consejo de Estado. Ayer, descartó esa opción como «peligrosa», que «no tiene nada que ver con la democracia» porque crearía una bicefalia de poder y provocaría «la división en la sociedad».

Sin embargo, no tuvo reparos en aceptar la propuesta de perpetuarse en el poder. «Estoy seguro de que llegará el momento cuando el poder supremo, presidencial, en Rusia no será, digamos, tan personalista y no estará vinculado a una persona concreta. Pero toda nuestra historia ha ido por ese camino...», argumentó.

Agitó el espantapájaros de la «política de contención» occidental, de que los enemigos de Rusia «esperan» que el país «pierda el norte» y se vea enzarzado en «luchas intestinas». «El presidente es el garante de la Constitución, garante de la seguridad, de su estabilidad interna y desarrollo evolutivo. Precisamente, evolutivo, ya tuvimos suficientes revoluciones. Rusia ya ha cumplido con creces su cuota revolucionaria», apuntó. 

Una cortina humo

Según las encuestas, más de la mitad de los rusos no entendían las enmiendas constitucionales ni veían sentido a su reforma. Ahora, los analistas y la prensa han concluido que todo era una cortina de humo para que Putin siguiera a toda costa en el Kremlin en aras de la estabilidad.

La escenificación arrancó este martes en la Duma con el debate de aprobación en segunda lectura de la reforma constitucional. Tras más de una hora y media de intervenciones por parte de los líderes de los partidos con representación parlamentaria, llegó la hora de votar.

Para sorpresa de todos, tomó la palabra la primera mujer cosmonauta de la historia, Valentina Tereshkova, de 83 años y diputada por el partido del Kremlin, Rusia Unida.

El discurso de Tereshkova estuvo acompañado todo el tiempo por los murmullos en la tribuna de prensa, especialmente cuando la heroína soviética habló de la necesidad de un presidente fuerte, una autoridad moral, un factor estabilizador en tiempos de incertidumbre.

«¿Y si de repente algo va mal? Él puede ayudarnos, apoyarnos y guardarnos las espaldas. Los rusos deben estar seguros de que cuando el mundo soporta cargas colosales y cósmicas, cuando al país le esperan grandes cambios, estos no nos haga retroceder», dijo.

Por ello, propuso que Putin pueda volver a presentarse a las elecciones presidenciales dentro de cuatro años, sea eliminando las limitaciones de los dos mandatos presidenciales o haciendo una excepción con el actual jefe del Kremlin.

Después de que Putin descartara la primera opción, la Duma aprobó con 380 votos a favor y 43 en contra la enmienda de hacer borrón y cuenta nueva con los cuatro mandatos presidenciales del actual jefe del Estado, aprovechando la aprobación de una Constitución reformada.

La enmienda precisa que la limitación de dos mandatos presidenciales «no impide a la persona que haya ocupado u ocupe el cargo de presidente de la Federación Rusa participar como candidato en las elecciones presidenciales en el momento de la entrada en vigor de la modificación».

Sin contar al primer jefe de Estado de la Rusia postsoviética, Borís Yeltsin, la única persona que ha ejercido dos mandatos presidenciales es Putin, ya que Dmitri Medvédev sólo ocupó el cargo durante un mandato (2008-2012).

Las condiciones de Putin

Como condición para aceptar dicha propuesta, Putin dijo que dicha enmienda debía ser remitida al Tribunal Constitucional, órgano que debe dictaminar que dicha propuesta no se contradice con la Ley Fundamental del país.

Además, dicha enmienda, al igual que el resto de la reforma constitucional planteada por Putin en su discurso sobre el estado de la nación en enero pasado, debe recibir el respaldo de la ciudadanía en un plebiscito previsto para el 22 de abril, en el que las reformas propuestas se votarán «en paquete», todas juntas.

Putin, quien subrayó que sólo habrá alternancia política en Rusia cuando el país sea maduro e invulnerable a las amenazas externas, superará al dictador soviético Iosif Stalin si permanece en el poder hasta 2036, cuando tendrá 83 años.

La presidenta del Senado, Valentina Matviyenko, intentó sofocar el aluvión de críticas al afirmar que las elecciones presidenciales del 2024 serán «competitivas» y que no «están decididas de antemano».

Pero a renglón seguido el líder socialdemócrata, Serguéi Mirónov, adelantó que la reforma permitirá a Putin «presentarse una vez más» al puesto de presidente, justo cuando la situación internacional es «compleja».

Los comunistas fueron los únicos que se atrevieron a oponerse al guion presidencial, mientras la oposición extraparlamentaria anunció protestas bajo el lema «Rusia sin Putin» para dentro de diez días.

Cuando le preguntaron hace unos días sobre si estaba «cansado», excusa utilizada por Borís Yeltsin para cederle el poder hace 20 años, Putin respondió: «Cualquier persona que esté en mi lugar, estoy seguro de que no se lo tomaría como un simple trabajo, sino como un destino».