Donald Trump es «un hombre asustado», en palabras de la alcaldesa de Washington, Muriel Browser, que intenta esconderse «solo, detrás de una valla». La que se erigía a toda velocidad en torno a la mansión que desde 1976 se ha considerado la Casa del Pueblo, ahora rodeada de policía militar, tanquetas del Ejército y perros guardianes. El temor era que el fin de semana se agudizasen las protestas por la muerte de George Floyd, por lo que canceló la decisión del Pentágono de devolver a sus estados de origen las tropas prestadas a la capital federal.
Física y emocionalmente, el presidente es cada vez más un hombre aislado de su pueblo, al que solo conoce por la pequeña pantalla que tiene conectada día y noche, mayoritariamente con la cadena Fox News. Mientras Laura Bush quiso abrir la mansión a los visitantes y Michelle Obama a los colegios, Melania Trump se dedica a decorar los salones para los vídeos que produce y compartió la visita al búnker donde se escondieron la semana pasada durante una hora.
Sin visitas esporádicas
A diferencia de sus predecesores, Trump no visita esporádicamente los restaurantes de la ciudad, ni atiende Iglesia alguna que no sirva para la foto. La próxima vez que salga se encontrará con que la plaza de la calle 16 ha sido bautizada con un nuevo nombre por órdenes de la alcaldesa: Black Lives Matter Plaza, dice el cartel que instalaron ayer los funcionarios de mantenimiento de la ciudad. Sobre el asfalto han pintado con los activistas el nombre de Black Lives Matter (las vidas negras importan), en amarillo, a lo largo de dos manzanas, en letras enormes pintadas a cepillo que se ven desde el aire.
Y sobre esos cielos sobrevolaron muy bajo el lunes helicópteros Lakota que aumentaron la sensación de guerra que se vive en algunas ciudades del país. La imagen de estos pájaros de hierro era parte de la demostración de fuerza con la que el mandatario quería combatir la filtración de que se había escondido en el búnker cuando arreciaron las protestas, como él mismo reconoció, dejando así en mal lugar a su secretario de Defensa Mark Esper, que lo había negado repetidamente. La intención, según el Pentágono, era supervisar el despliegue de la Guardia Nacional llegada de otros Estados.
Contra el toque de queda
El famoso parque de Lafayette Square, que ha servido de escenario de protestas desde la Guerra de Vietnam, es ahora parte del perímetro de seguridad de la Casa Blanca. Oficialmente las medidas de aislamiento solo durarán una semana, pero muchos se preguntan si la ciudad lo recuperará algún día.