La congresista demócrata logra más del 70 % de los votos en las primarias locales
25 jun 2020 . Actualizado a las 17:42 h.Es joven. Es mujer. Es de origen puertorriqueño. Y representa, junto a Bernie Sanders, el ala más progresista del Partido Demócrata. Encarna, en suma, todo lo que en política irrita a Donald Trump, que a menudo la ha situado en el centro de sus críticas y burlas. Tras imponerse con más del 70% de los votos en las primarias de Nueva York, la congresista Alexandria Ocasio-Cortez (conocida popularmente como AOC) se ha convertido en el icono de la oposición al presidente republicano, un movimiento creciente que ha tomado un nuevo impulso con las manifestaciones antirracistas y contra la violencia policial que desde hace semanas recorren Estados Unidos en protesta por la muerte del afroamericano George Floyd.
El ala más progresista del Partido Demócrata, con AOC a la cabeza, reafirma así el apoyo de sus bases en las primarias celebradas este martes en Nueva York. A falta de que se computen los votos por correo el próximo 30 de junio, la congresista de origen puertorriqueño ha logrado más del 70 % de los votos frente a su principal oponente, la expresentadora de televisión Michelle Caruso-Cabrera, que apenas logró un 20 % de las papeletas tras una campaña muy intensa en la que ambas candidatas intercambiaron duras críticas tanto a nivel político como personal.
En un discurso difundido a través de varias redes sociales, Ocasio-Cortez aseguró que los resultados provisionales le dan entre un 70 y un 72 % de los apoyos e insistió en que su oponente contó con el respaldo de grandes corporaciones como Goldman Sachs y de grandes empresarios de Wall Street, contrarios, según AOC, a las políticas sociales de esta líder progresista.
Con la victoria en las primarias, Ocasio-Cortez tiene prácticamente garantizada su reelección en noviembre, dada la abrumadora mayoría de votantes demócratas en su circunscripción, que abarca zonas de los barrios obreros e inmigrantes del Bronx y Queens.
El muro y el virus
Ajeno a las peripecias del Partido Demócrata, Donald Trump se mantiene fiel al guion que se ha marcado de cara a la reelección en noviembre. La noche del martes (madrugada de ayer en España) visitó el estado fronterizo de Arizona, donde trató de reactivar a sus simpatizantes recurriendo al mensaje contra la inmigración. Según la peculiar visión de la pandemia que exhibe Trump, «su muro» con México «ha frenado» la entrada del covid-19 en Estados Unidos. Poco importan los datos: EE.UU. supera con creces a México en número de muertes y los estados fronterizos de Arizona, Texas y California experimentan actualmente un fuerte repunte de contagios.
«He construido el muro y ha ayudado al 100 % [...] Ha detenido el covid, lo ha detenido todo», afirmó el mandatario durante un encuentro con funcionarios locales y federales en la localidad fronteriza de Yuma (Arizona).
Arizona marcó el martes un nuevo récord con 3.591 positivos y 42 fallecidos en las últimas 24 horas, y con cerca del 80 % de sus camas de ucis ocupadas.
La situación es similar en California y Texas, también estados fronterizos y que no paran de registrar récords de contagios diarios, pero Trump insistió en describir un panorama en el que el problema no estaba en su lado de la frontera, sino en el de México.
«Si miran a algunas de las ciudades al otro lado del muro... En California tenemos una área que está fuertemente infectada en el lado mexicano, y si no tuviéramos un muro allí, la situación sería catastrófica», subrayó Trump, sin aclarar a qué zona se refería.