Sale a la luz una larga lista de agresiones sexuales a menores, con 118 miembros de las Fuerzas Armadas involucrados
13 jul 2020 . Actualizado a las 05:00 h.La violación a una niña indígena de 12 años por parte de siete militares del Ejército colombiano fue el detonante para que saliera a la luz una larga lista de abusos sexuales a menores. Tras la denuncia del lamentable hecho, el comandante Eduardo Zapateiro informó el miércoles que desde el 2016 han sido identificados 118 miembros de las Fuerzas Armadas involucrados en presuntos casos de abuso sexual a niñas y niños. Añadió que 45 de ellos ya fueron retirados del servicio activo, mientras que los restantes están en medio de investigaciones disciplinarias. «Una conducta individual no puede estigmatizar al resto de los soldados que prestan su servicio militar obligatorio de la mejor forma», dijo Zapateiro, después de anunciar medidas de prevención para evitar estos delitos, cuya investigación está en manos de la Fiscalía.
Hasta 23 niñas embarazadas
Pero el escándalo no termina ahí. «No es hora de callar», una campaña iniciada en el 2010 por la periodista y activista Jineth Bedoya denunció que 23 niñas fueron violadas por militares y todas ellas quedaron embarazadas entre los años 2008 y 2017 en el departamento del Guaviare, según se dio a conocer hace unos días en el periódico El Tiempo. En respuesta a esta publicación, el Ejército ha emitido un comunicado en el que rechaza dichas vejaciones y señala que «prioriza como una de sus misiones fundamentales la protección de los niños, niñas y adolescentes». «Todo lo que involucre actos sexuales abusivos y violentos contra nuestros menores es una situación que nos duele profundamente», detalla el informe, en el que se indica, además, que se adoptarán las medidas que correspondan.
En esa misma región, que parece especialmente castigada, se están investigando otros 13 casos de violación a menores de la comunidad indígena nukak makú, presuntamente cometidos por miembros del Ejército. Entre ellos, el de una niña de 15 años que sufrió abusos y permaneció encerrada durante cuatro días en septiembre del año pasado, informó la Fiscalía.
Entre las medidas adoptadas durante estos días que mantienen conmocionado al país se encuentra el despido del propio sargento que denunció el caso de violación grupal de la niña indígena, perteneciente a la comunidad embera chamí. Según el comandante Zapateiro, su deber no solo era denunciar la agresión sino impedirla. Paralelamente, la jefatura de la Fuerza Armada informó del despido de 31 militares. El escándalo es una mancha más para el historial de irregularidades de la institución. En enero, la revista nacional Semana publicó una investigación en la que se dio a conocer un espionaje ilegal a más de 130 políticos, profesores, activistas y periodistas nacionales y extranjeros por parte del Ejército. Y en noviembre del año pasado, un bombardeo a una base guerrillera provocó la muerte de ocho menores, según la Fiscalía. La tragedia le costó el puesto al entonces ministro de Defensa, Guillermo Botero. En su último comunicado, el Ejército reitera que tiene «cero tolerancia a la violencia sexual».