La pareja que apuntó con armas a los manifestantes antirracismo, entre los oradores a la convención republicana que dibujaron un escenario apocalíptico si gana Biden
25 ago 2020 . Actualizado a las 19:55 h.El primer día de la Convención Nacional Republicana dejó un mensaje tan claro como apocalíptico: que EE.UU. será un país caótico e inseguro si el demócrata Joe Biden gana a Donald Trump el 3 de noviembre. Un mensaje que no dejaron de repetir el lunes los invitados a la cita, entre ellos el matrimonio de San Luis (Misuri) que se encaró y apuntó con armas de fuego a los manifestantes que pasaron delante de su casa en junio en el marco de las protestas nacionales tras la muerte de George Floy. «No importa donde vivan, su familia no estará segura en los Estados Unidos de los demócratas radicales», dijo Patricia McCloskey.
Después de confirmar que Trump será el candidato republicano durante una votación de los delegados del partido en Charlotte (Carolina del Norte), la exembajadora estadounidense ante la ONU Nikki Haley y el hijo mayor del mandatario, Donald Trump Jr., fueron los protagonistas de las dos horas y media de programa (madrugada en España), entre las decenas de discursos que en su mayoría se grabaron en un auditorio vacío en Washington, con un tono más solemne que el de la convención demócrata, informa Efe.
«Joe Biden es bueno para Irán y el Estado Islámico, genial para la China comunista, y es una bendición para todos los que quieren que Estados Unidos se disculpe, se abstenga y abandone nuestros valores», subrayó Haley, una de las figuras del partido que más suena como posible candidata presidencial en el 2024.
Haley insistió en que «Estados Unidos no es un país racista» pese a que muchos demócratas así lo afirman, aunque a continuación reconoció que su propia familia migrante «enfrentó discriminación y dificultades».
Donald Jr. y la «utopía socialista»
En su turno, Donald Trump Jr. se convirtió en el mayor abanderado de la idea en la que más hicieron hincapié muchos de los otros oradores, la que perfilaba un Partido Demócrata controlado por sus figuras más izquierdistas, a pesar de que fueron los moderados los que dominaron la convención de Biden la semana pasada.
«Joe Biden y Kamala Harris quieren una revolución cultural. Un Estados Unidos fundamentalmente diferente. Si les dejamos, convertirán a nuestro país en una utopía socialista, y la historia nos ha demostrado que ese camino solo lleva al dolor y a la miseria», sentenció el primogénito del presidente.
Donald Jr., cuyas posibles aspiraciones presidenciales también se rumorean, presentó los comicios de noviembre como una elección entre «iglesia, trabajo y escuela» frente a «disturbios, saqueos y vandalismo, o, en palabras de Biden y los demócratas, 'protesta pacífica'».
Una idea que repitió Mark y Patricia McCloskey, una matrimonio que enfrenta cuatro años de cárcel por haber apuntado con una pistola y un rifle a los manifestantes antirracistas que pasaron delante de su palacete en San Luis. El matrimonio dibujó un panorama apocalíptico lleno de barrios inseguros que, a su juicio, podría ocurrir si Biden llega a la Casa Blanca. «Ni una sola persona de la turba fuera de control que ustedes vieron en nuestra casa ha sido imputada por un crimen. ¿Pero ustedes saben quiénes sí lo fueron? Nosotros. Nos han imputado con un crimen por atrevernos a defender nuestra casa», afirmó Mark.
La pareja insiste en que solo ejercían su derecho a portar armas y a defender su vivienda, aunque se espera que su sentencia por «uso indebido de un arma» sea leve y les evite ir a prisión. «En este momento en la historia, si ustedes se defienden a sí mismos y los valores por los que se fundó este país, la turba -espoleada por sus aliados en los medios de comunicación- intentará destruirles», alertó Mark McCloskey.
Con el concepto abstracto de «turba», los McCloskey parecían aludir no solo a quienes protestaron delante de su casa, sino a la oposición demócrata que respaldó las protestas de junio, como confirmaron al referirse a una congresista electa que es una estrella ascendente en el ala progresista del Partido, Cori Bush.
«Una activista progresista y marxista que lideró la turba a nuestro barrio se paró delante de nuestro hogar con un megáfono gritando: '¡No pueden parar la revolución!'. Semanas después, esa activista marxista ganó la nominación demócrata para un escaño en la Cámara de Representantes de EE.UU.», aseguró Mark McCloskey.
Exiliado cubano pro Trump
En un tono más emotivo habló Máximo Álvarez, un hijo de españoles emigrados a Cuba que llegó a Estados Unidos en 1961, cuando tenía 13 años, y que aseguró que Trump «está luchando contra las fuerzas del anarquismo y comunismo» de las que huyó su familia, y que, a su juicio, podrían llegar al país si gana Biden.
«No tengo dudas de que su oponente [Biden] y el resto de la ciénaga de Washington entregarán al país a esas fuerzas poderosas (...). Elijo al presidente Trump porque elijo a Estados Unidos. Elijo la libertad. Y todavía escucho a mi padre: no hay ningún otro lugar al que ir», dijo Álvarez, visiblemente emocionado.
La otra latina que habló en la convención fue Kimberly Guilfoyle, cuya madre es puertorriqueña y que es asesora de la campaña de Trump y novia de Donald Jr., quien atrajo la atención de las redes sociales por pronunciar en ocasiones a gritos su discurso, en el que advirtió sobre la «amenaza socialista» de Cuba y Venezuela.
El discurso más optimista fue el de Tim Scott, el único afroamericano republicano en el Senado, quien recordó que su familia pasó de recolectar «algodón a llegar al Congreso en una generación», y cuestionó el compromiso de Biden con los negros al recordar que en 1994 respaldó una ley que resultó en el encarcelamiento de muchos.