Los republicanos apresuran su golpe conservador al Supremo

Esperanza balaguer NUEVA YORK / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Activista vestidas como en la serie «El cuento de la criada» protestan ante el Capitolio por la confirmación de la jueza Amy Coney Barrett
Activista vestidas como en la serie «El cuento de la criada» protestan ante el Capitolio por la confirmación de la jueza Amy Coney Barrett JIM LO SCALZO | Efe

La jueza Barrett supera el primer trámite en el Senado, a pesar del boicot demócrata. Los conservadores apuran la confirmación para atraer al voto evangélico

22 oct 2020 . Actualizado a las 22:08 h.

La Comisión de Justicia del Senado de Estados Unidos votó ayer a favor de la jueza conservadora Amy Coney Barrett para ocupar la vacante dejada en el Tribunal Supremo por la jueza feminista Ruth Bader Ginsburg. Su confirmación definitiva, asegurada gracias a la mayoría republicana, se espera para el 29 de octubre, cinco días antes de las elecciones.

La votación exprés impulsada por los republicanos a menos de dos semanas de las elecciones estuvo marcada por el boicot de los demócratas. Ninguno de sus senadores se presentó en la sala. En su lugar, colocaron fotografías de personas que se verán afectadas por la mayoría conservadora, de seis jueces de esta tendencia frente a tres liberales, que se instalará en el Supremo durante décadas si como se espera Barrett es confirmada. Sobre todo, por el peligro que supone para el futuro de la ley sanitaria conocida como Obamacare.

Esta ruptura demuestra la politización del proceso de selección de uno de los puestos más importantes de la judicatura estadounidense. «Esa fue su decisión. La mía es aprobar a la candidata», declaró Lindsey Graham, presidente de la comisión y senador por Carolina del Sur, antes de proceder a la votación. Graham también se juega el 3 de noviembre su escaño en la Cámara Alta, después de 17 años de continuas reelecciones. 

El voto de los evangélicos

En la recta final de la carrera por la Casa Blanca, todo se podría interpretar como un gesto de cara a la galería, si no fuera por la importancia de la nominación. Mientras los demócratas desplegaron este acto simbólico para demostrar a sus votantes que consideran ilegítimo el proceso cuando la votación anticipada ya está en marcha, los republicanos intentan hacer un llamamiento al voto conservador con todas las encuestas en contra. En su punto de mira está el electorado cristiano evangélico, crucial para la reelección de Trump y para mantener la mayoría en el Senado. En las elecciones del 2016, uno de cada cuatro votantes se identificó como miembro de esta religión. Y la gran mayoría de ellos (81 %) votó por el republicano. Ahora también son ellos los últimos en abandonarle.

Los evangélicos entraron a la arena política de EE.UU. en 1973 como reacción a la legalización del aborto en el caso Roe & Wade en el Supremo y al avance progresista en el Gobierno del demócrata Jimmy Carter. Sus ideas contrarias a la interrupción del embarazo y a la diversidad sexual tienen una aliada en Barrett, férrea cristiana y defensora provida.

Para contrarrestar su elección, el candidato demócrata, Joe Biden, confirmó en un adelanto de su entrevista en el programa 60 Minutos que se emitirá el domingo, que creará una comisión especial para estudiar una ampliación del Supremo dentro de los 180 días siguientes a jurar el cargo. Los dos candidatos llegaron al último debate presidencial con el objetivo de convencer a los pocos indecisos que quedan. Han votado ya 42 millones de personas.