El nuevo retraso provoca la ira del candidato favorito a presidir el partido conservador, Friedrich Merz
26 oct 2020 . Actualizado a las 16:45 h.La Unión Cristianodemócrata Alemana (CDU) anunció este lunes el aplazamiento hasta el año próximo del congreso extraordinario previsto para el 4 de diciembre y en el que debía elegirse un nuevo presidente de la formación gobernante debido a la epidemia de coronavirus.
La ejecutiva estudiará el 14 de diciembre las posibilidades legales de celebrar un congreso virtual, señaló el secretario general de la CDU, Paul Ziemiak, tras una reunión de los máximos órganos cristianodemócratas, que no descartan la necesidad de un cambio en los estatutos del partido. «Existe unidad acerca de que un congreso presencial sería la mejor variante», dijo Ziemiak, quien comentó que a mediados de enero se verá si eso es posible y si finalmente no queda opción que celebrar esa reunión de manera virtual y con una votación por correo.
El nuevo retraso de la elección provocó la ira de uno de los candidatos, el veterano Friedrich Merz, favorito de las bases conservadoras, que presume una maniobra de sus opositores más influyentes para evitar su elección. Ya antes del anuncio oficial del aplazamiento, Merz afirmó en declaraciones al informativo matinal de la televisión pública alemana que «una apreciable parte del establishment del partido quiere evitar que me convierta en presidente». El que fuera líder parlamentario conservador en el Bundestag entre el 2000 y el 2002 hasta ser desplazado del cargo por la actual canciller federal, Angela Merkel, aseguró que hace semanas que observa maniobras en el seno del partido para impedir su llegada al poder.
Merz había defendido hasta ahora la celebración de un congreso presencial con los 1.001 delegados cristianodemócratas, pero este lunes, tras comprobar que la pandemia hacía imposible esa cita en la fecha prevista del 4 de diciembre, se decantó por un congreso virtual. Y este «puede terminar con una elección», dijo Friedrich Merz, que abandonó la vida política en el 2009, cuando tuvo claro que le sería entonces imposible hacer sombra a Merkel y alcanzar las más altas cotas del poder. Empresario de éxito desde entonces, Merz regresó el pasado año al escenario político alemán, justo cuando la canciller federal anunció su retirada en el 2021 al término de su cuarta legislatura al frente del Gobierno alemán con la ambición de sucederla.
Junto a Merz compiten por la presidencia de la CDU y la posible sucesión de Merkel en la Cancillería Federal el primer ministro del populoso estado federado de Renania del Norte-Westfalia, Armin Laschet, y el experto conservador en política exterior Norbert Röttgen. El primero, miembro además de la ejecutiva del partido y el peor situado en las encuestas internas para dirigirlo, había defendido con énfasis un aplazamiento del congreso. Röttgen calificó de amarga la decisión de la ejecutiva, pero se mostró comprensivo ante la actual situación en Alemania debido a la epidemia de coronavirus. El partido se ha mostrado responsable ante la pandemia y se asegura capacidad de maniobra para el año electoral del 2021, señaló Röttgen, quien subrayó que el país espera que la CDU sea un factor estabilizador en tiempos difíciles.
Previsto para septiembre
La elección de un nuevo presidente de la CDU, que debía hacerse celebrado ya el pasado septiembre y fue aplazada por la pandemia, se hizo necesaria tras la inesperada dimisión la primavera pasada, harta de las críticas internas, de Annegret Kramp-Karrenbauer, actual ministra de Defensa. Presidenta en funciones del partido, AKK, como abrevian su nombre en la propia CDU, heredó el cargo de Angela Merkel, que la nominó personalmente como sucesora y velada heredera de su legado político. Una maniobra que finalmente no cuajó, ya que la delfina de la canciller no llegó a imponer su autoridad a las altas esferas de los conservadores germanos y no ha convencido a las bases.
La iniciativa para aplazar una vez más el congreso de la Unión Cristianodemócrata partió al parecer de la propia AKK, según fuentes de la ejecutiva de la formación, que secundó unánimemente su propuesta. Entre los influyentes dirigentes conservadores que la respaldaron se encuentran, además de Laschet, el presidente del Bundestag y exministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, y el primer ministro del estado federado de Hesse, Volker Boufier.
Alemania afronta en el 2021 un relevante año electoral. Además de los comicios legislativos en otoño, de los que saldrá un nuevo jefe del gobierno alemán, se celebrarán media docena de elecciones en otros tantos estados federados. Las primeras el próximo 14 de marzo tendrán lugar en Renania-Palatinado y Baden-Württemberg.