Donald Trump estudia indultarse a sí mismo para eludir posibles investigaciones
INTERNACIONAL
El Pentágono no respondió a tiempo el asalto al Congreso. Biden nomina al juez Merrick Garland como fiscal general de EE.UU.
08 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Con todo perdido, Donald Trump prepara su futuro. Y eso pasa por indultarse a sí mismo de forma preventiva, con el fin de eludir posibles investigaciones una vez abandone la Casa Blanca. Lo ha comentado a varios colaboradores y preguntado a su equipo sobre los efectos jurídicos y políticos que podría tener la medida, según The New York Times.
Que un presidente se perdone a sí mismo sería algo inédito en la historia de EE.UU. El único que recibió un perdón fue Richard Nixon, que lo obtuvo de Gerald Ford, un mes después de dejar el poder a causa del escándalo del Watergate. Trump ya ha hablado en público repetidamente sobre esa opción, defendiendo que tiene el «derecho absoluto» a hacerlo, algo que cuestionan numerosos expertos. No solo valora su perdón, también el de sus hijos Donald Jr., Eric e Ivanka; el del marido de esta última, Jared Kushner, y el de Rudolph Giuliani.
Investigación
La intención llega después de las inéditas escenas de sus seguidores asaltando el Capitolio. Un ataque al que Pentágono llegó demasiado tarde. O más bien, no llegó. La ausencia de personal militar autorizado durante el asalto provocó uno de los fallos de seguridad más graves de la historia reciente del país. La alcaldesa de Washington, Muriel Bowser, presentó una solicitud en la víspera de Año Nuevo para que miembros de la Guardia Nacional salieran a las calles del 5 al 7 de enero para ayudar con las protestas. Pero el funcionario responsable de tramitarlo, el secretario del Ejército, Ryan McCarthy, nombrado por Trump en el 2019, ignoró su petición. McCarthy fue, sin embargo, la misma persona que en medio de las protestas por la muerte del afroamericano George Floyd, envió a la Guardia Nacional a blindar la capital. Una autoridad que solo le puede conceder el presidente mediante una petición al secretario de Defensa.
El entonces jefe del Pentágono, Mark Esper se opuso a la violenta reacción militar contra los manifestantes de Black Lives Matter y ordenó una investigación sobre el incidente en junio del 2020. Trump despidió a Esper después de perder las elecciones y puso en su lugar a Christopher Miller, un cambio que suscitó inquietudes entre los funcionarios de Defensa.
Las razones por las que la Guardia Nacional no intervino a tiempo ante las protestas pro-Trump no están clara todavía, pero los funcionarios del Pentágono parecían decididos a mantenerse alejados de la refriega. La seguridad quedó solo en manos de la la Policía del Capitolio, una fuerza de 2.000 miembros bajo el control del Congreso.
El asalto «plantea serias preocupaciones de seguridad», dijo la representante demócrata de California Zoe Lofgren, presidenta del Comité de Administración de la Cámara de Representantes, quien anunció ayer la apertura de una investigación para revisar la respuesta policial. La líder demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, anunció la dimisión del sargento Paul Irving, responsable de la seguridad de ese cuerpo legislativo y pidió también la dimisión del jefe de policía del Capitolio, Steven Sund, con el que, según dijo, no ha hablado desde los eventos del miércoles. Unas dudas que tardarán unos meses en resolverse.
Un juez promovio por Obama
Por otro lado, el presidente electo Joe Biden designó ayer al juez de la Corte de Apelaciones de EEUU Merrick Garland como su elección para fiscal general. Garland, de 68 años, fue el juez designado por Barack Obama al final de su segundo mandato para ocupar la vacante dejada por Antonin Scalia en el Tribunal Supremo. Los republicanos se negaron a confirmar su puesto al considerar que debía de ser el próximo presidente electo el encargado de llenar la vacante, o sea Donald Trump. En caso de ser confirmado, asumirá el cargo en un momento crítico para el país cuando se acumulan las peticiones de investigar a Trump por la vía penal.