Interpol emite una alerta roja contra un portugués por la explosión de Beirut que causó más de 200 muertos y 6.500 heridos

La Voz REDACCIÓN

INTERNACIONAL

Un comerciante luso examinó en el 2014 el almacén del puerto de Beirut donde se guardaba el cargamento de nitrato de amonio que explotó el pasado mes de agosto

12 ene 2021 . Actualizado a las 13:22 h.

La Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol) ha emitido una alerta roja contra un comerciante portugués que en el 2014 examinó el almacén del puerto de Beirut donde se guardaba el cargamento de nitrato de amonio que explotó el pasado mes de agosto, causando más de 200 muertos y 6.500 heridos en la capital libanesa.

El procurador a cargo de la investigación de la deflagración, Ghassan al Joury, recibió este martes una copia de la notificación de Interpol contra este «comerciante de nitrato», informó la Agencia Nacional de Noticias libanesa (ANN), sin ofrecer más detalles sobre el sujeto ni su paradero.

Al Joury, quien hace un mes tomó el relevo al frente del caso después de que el fiscal general libanés, Ghassan Oueidat, lo abandonara alegando vínculos con uno de los ministros imputados, también obtuvo hoy confirmación de otra alerta roja contra el dueño del barco «Rhosus», informa Efe.

El carguero «Rhosus», con bandera moldava, llegó a las costas libanesas en el 2013 con una gran cantidad de nitrato de amonio a bordo, producida en Georgia, y descargó el cargamento en Beirut a pesar de que su destino final era Mozambique.

El juez del caso ya imputó a principios de diciembre al primer ministro libanés en funciones, Hasan Diab, y a tres exministros por presunta negligencia y causar un gran número de víctimas en relación con la explosión del 4 de agosto del 2020.

Poco después de ese suceso, el presidente del Líbano, Michel Aoun, reconoció que sabía de la existencia de una «gran cantidad» de nitrato de amonio almacenada en el puerto desde dos semanas antes de que se produjera la tragedia, aparentemente provocada por un incendio en un almacén de este recinto.

La explosión de unas 3.000 toneladas de ese fertilizante causó una onda expansiva que asoló varios barrios de la capital libanesa, dejando a unas 300.000 personas temporalmente sin hogar, más de 200 muertos y por encima de 6.500 heridos.