Biden lanza un ambicioso plan de infraestructuras que ya fracasó con Obama y Trump
INTERNACIONAL
La Administración invertirá 2,2 billones que costeará con un aumento de impuestos a las grandes corporaciones
01 abr 2021 . Actualizado a las 10:18 h.El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, desveló el miércoles un plan de inversión de 2,25 billones de dólares para transformar las obsoletas infraestructuras del país durante los próximos ocho años, un reto político que ya intentaron sus predecesores Barack Obama y Donald Trump, y que de alcanzarlo marcaría su legado en la Casa Blanca.
Biden viajó hasta la ciudad industrial de Pittsburgh (Pensilvania), donde lanzó su campaña en el 2019, para presentar la propuesta que contempla la reconstrucción de cerca de 32.200 millas de carreteras, la reparación de los diez puentes más importantes del país y la mejora del acceso al agua potable y a la banda ancha.
Competir con China
El plan incluye la creación de millones de puestos de trabajo a corto plazo y fortalecer la competitividad estadounidense a largo plazo para competir con China, según el documento informativo de 25 páginas presentado por los funcionarios de la Administración Biden.
Además de reparar las infraestructuras, se incluye un impulso a la lucha contra el cambio climático con la aceleración del cambio a fuentes de energía renovables y la inclusión de las minorías en la fuerza de trabajo.
La iniciativa forma parte de las prioridades del demócrata y se espera que domine la agenda legislativa en los próximos meses. Para hacerla realidad, Biden necesitará de nuevo el apoyo del Congreso, después de conseguir aprobar el paquete de ayudas para paliar la crisis del coronavirus de 1,9 billones de dólares sin un solo voto republicano. El principal escollo de las largas negociaciones que se prevén en el Capitolio se centrarán en la financiación del plan.
La propuesta de la Casa Blanca es costearlo con un aumento del impuesto corporativo del 21 % actual al 28 %, lo que revertiría el recorte aplicado por Donald Trump. Así como requerir a las multinacionales que paguen en EE.UU. las tasas por las ganancias obtenidas en el extranjero y el fin de los subsidios federales a las empresas de combustibles fósiles.
La Administración Biden calcula que con estos cambios se tardaría 15 años en cubrir por completo el gasto. El presidente se ha comprometido a no aumentar los impuestos a las familias o individuos que ganan menos de 400.000 dólares.
«EE.UU. invertirá de una manera que no se ha hecho desde que construimos las carreteras interestatales y ganamos la carrera espacial», proclama el documento del plan. Si Biden consigue sacar adelante el plan pondría fin a décadas de estancamiento de la inversión federal en infraestructuras y la devolvería a sus niveles más altos desde la década de 1960. Un logro que el demócrata Barack Obama y el republicano Trump no fueron capaces de alcanzar durante sus años en la Casa Blanca debido a la amplia oposición política a aumentar los impuestos y el déficit nacional. El nuevo presidente se encontrará ahora con la misma resistencia.