Muere otro de los médicos rusos que atendieron a Navalni tras ser envenenado
INTERNACIONAL

El subdirector del centro de Siberia en el que primero fue atendido el opositor murió en febrero. Su exposición a los efectos de novichok puede ser la causa
03 abr 2021 . Actualizado a las 22:42 h.El médico Rustam Aguíshev, de 63 años, ha fallecido a causa de un derrame cerebral, informa en su página web el Hospital número 1 de Omsk (Siberia), en donde fue ingresado, el 20 de agosto del 2020, el principal adversario del Kremlin, Alexéi Navalni, nada más ser envenenado con la sustancia de uso militar novichok. Se da la circunstancia de que el pasado febrero falleció a la edad de 55 años el subdirector del mismo centro sanitario, Serguéi Maximishin, por un infarto de miocardio.
Aguíshev, que había dirigido hasta ahora el departamento de traumatología y ortopedia, estaba de guardia en urgencias el día en el que ingresaron a Navalni en estado de coma. El fallecido ya sufrió en diciembre un ictus y, según sus colegas, su salud no hizo más que empeorar.
El entorno de Navalni ha insistido desde que sufrió el ataque con novichok, el mismo agente químico con el que fue envenenado el antiguo espía Serguéi Skripal en Salisbury, que los médicos del hospital de Omsk sabían perfectamente lo que había sucedido, pero, según ellos, por presiones del Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB, antiguo KGB), lo ocultaron falseando el diagnóstico y tratando de eliminar los restos de la toxina.
Dijeron que el líder opositor padecía «trastornos metabólicos» que, unidos a la falta de sueño y a la ingestión de café y otros estimulantes, le hicieron entrar en coma. Sin embargo, una vez en clínica Charité de Berlín, a donde fue trasladado desde el Hospital número 1 de Omsk, los análisis determinaron que lo que puso a Navalni al borde de muerte fue un veneno de la familia novichok.
En contacto con la toxina
Esto podría explicar las muertes de los médicos de Omsk, ya que al entrar en contacto con el disidente ruso pudieron estar expuestos a los efectos de la toxina, que actúa también a través del aire y de la piel.
De hecho, el 21 de agosto del 2020, al día siguiente de la hospitalización de Navalni, su abogado, Iván Zhdánov, dijo a la prensa que la Policía de Omsk había reconocido que los médicos encontraron trazas del veneno en su sangre.
Zhdánov afirmó entonces que, según la Policía, el personal sanitario que atendió a Navalni tuvo que utilizar «trajes especiales» para protegerse del novichok. Inmediatamente después, la Policía se desdijo y apareció ante la prensa el director del hospital, Alexánder Murajovski, para desmentir la noticia de que habían hallado veneno en el organismo del político opositor. Lo mismo declaró su adjunto, Anatoli Kalinichenko. «No hemos encontrado venenos ni rastro de ellos en los análisis de sangre y orina», fueron sus palabras.
Semanas después, Kalinichenko dejó el hospital para irse a trabajar a una clínica privada y también Murajovski, que fue promocionado al cargo de jefe del Departamento de Sanidad regional por su pertenencia a Rusia Unida, el partido del Kremlin.
Murajovski estuvo impidiendo el traslado de Navalni a Alemania hasta que, cuando su esposa, Julia Naválnaya, solicitó al presidente Vladimir Putin que lo autorizase, llegó la orden del Kremlin de permitir que fuera embarcado en un avión-ambulancia enviado desde Berlín.
El 20 de agosto del 2020, Navalni se sintió mal y perdió el conocimiento a bordo del avión de la compañía S7 que acababa de despegar por la mañana desde Tomsk con destino a Moscú. Los pilotos decidieron aterrizar en Omsk, lo que le salvó la vida. Pero estuvo en coma casi tres semanas.
La Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) y varios laboratorios independientes en Europa constataron que el disidente ruso fue envenenado con una sustancia del grupo novichok. Su equipo lanzó después una investigación señalando al FSB como el responsable del ataque, facilitando nombres y apellidos de los agentes implicados.
Navalni regresó a Moscú el pasado 17 de enero. Fue de inmediato detenido y ahora encarcelado con una condena de dos años y cinco meses. Sostiene que está siendo «torturado» en el penal, en donde le despiertan por la noche cada hora, y se ha declarado en huelga de hambre en demanda de que sus médicos puedan acudir a verle. Dice sufrir dolores de espalda e insensibilidad en las piernas. Sus colaboradores alertan que su vida está en peligro.
Ofensiva de medios pro-Kremlin
Los medios pro-Kremlin lanzaron el viernes una ofensiva contra Navalni con el objetivo de refutar sus quejas de maltrato y falta de atención médica en su colonia penal. Así el sitio web Life.ru publicó varios vídeos que muestran lo que parece un dormitorio de la prisión y muestran a un hombre parecido a Navalni, vestido con un uniforme azul oscuro con la cabeza rapada.
Los vídeos están fechados el 26 de marzo, menos de dos semanas después de que fue trasladado a la Colonia Penal No. 2 en las afueras de la ciudad de Pokrov y un día después de que dijera públicamente que su salud se estaba deteriorando.