El Reino Unido despide a Felipe de Edimburgo en una ceremonia sobria

Juan Francisco Alonso LONDRES / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

El protocolo por el covid impidió que la soberana estuviera con su familia

17 abr 2021 . Actualizado a las 19:57 h.

Felipe Mountbatten, príncipe del Reino Unido y duque de Edimburgo, ya reposa en la bóveda real de la capilla de San Jorge del Castillo de Windsor, junto a numerosos reyes y reinas. Sus restos fueron depositados este sábado, pasadas las 5 de la tarde hora española, en el panteón luego de unas exequias sobrias y discretas, como el desaparecido consorte real deseaba y para las que él escogió desde la música hasta las lecturas.

La pandemia del covid-19 habría facilitado los deseos del esposo de Isabel II de evitar grandes fastos, pues debido a las restricciones aún vigentes están prohibidos los actos de masas y, además, a los servicios como los funerales no pueden asistir más de 30 personas y ellas deben mantener distancia social. Sin embargo, la situación sanitaria también sirvió la mesa para uno de los momentos más conmovedores de los actos: el de la reina, de 94 años de edad, vestida de riguroso luto, sentada frente al ataúd de su marido sin ninguno de sus hijos, nietos ni bisnietos cerca, debido a las medidas.

La imagen se ha vuelto viral en las redes sociales y ha generado un alud de expresiones de simpatía no solo hacia la soberana, sino también hacia las más de 150.000 familias británicas que perdieron un ser querido por culpa del coronavirus y muchas de las cuales no pudieron darle el adiós que deseaban. «La reina sola en la iglesia, tan vulnerable», escribió Becky Bex en Twitter, mientras que otro usuario de la red social escribió: «Nadie debería estar solo en el funeral de un ser querido. Mis recuerdos para todos quienes han tenido que vivir esta experiencia. Esta imagen será recordada por siempre».

Al gusto del duque

Los deseos del duque sobre como debía ser su despedida se cumplieron milimétricamente. Así, representantes de la Royal Navy (Armada), en la que sirvió, del Ejército, de la Infantería de Marina y de la Real Fuerza Aérea participaron en la ceremonia. Su féretro fue colocado en el todoterreno que él mismo ayudó a diseñar hace más de tres lustros para esta ocasión.

Pero si lo anterior no fuera suficiente, hasta los ponis con los que participaba en las carreras de carruajes, que él mismo popularizó, también se dejaron ver en el interior del Castillo de Windsor.

Un resplandeciente sol primaveral acompañó la jornada e hizo que decenas de curiosos se acercaran a la residencia real, desoyendo los ruegos de las autoridades. Una ambientalista puso la nota de color al correr con el pecho descubierto y encaramarse a la estatua de la reina Victoria que está frente al castillo, desde donde gritó: «¡Salven al planeta!». La policía la detuvo, informó el diario The Guardian.

Justo antes de que comenzase el funeral por el duque de Edimburgo en la cercana capilla de San Jorge, a las 14.00 horas (hora local), se guardó un respetuoso minuto de silencio por el difunto marido de la reina.

La cripta real de la capilla de San Jorge albergará la tumba hasta que fallezca Isabel II

 

Los restos mortales del duque de Edimburgo fueron depositados en el panteón real bajo la capilla de San Jorge, adyacente al castillo de Windsor, ayer se ofició su funeral tras su fallecimiento el pasado día 9 a los 99 años.

Aunque el ataúd del príncipe Felipe, consorte de la reina Isabel II durante 73 años, yacerá inicialmente en esa cripta, está dispuesto que cuando la monarca británica muera, se le trasladará a la capilla conmemorativa del rey Jorge VI de la iglesia gótica para que el matrimonio esté enterrado en el mismo lugar. Ese diminuto templo conmemorativo familiar, situado en Windsor, cobija además los restos mortales del padre de la reina, Jorge VI, la reina madre y la hermana pequeña de Isabel II, la princesa Margarita.

Tras finalizar el servicio, el ataúd del duque fue bajado con una maquinaria eléctrica a la cripta real bajo la capilla de San Jorge, donde se situará en un catafalco sobre una losa de mármol.

Ese panteón real en Windsor fue creado entre 1804 y 1810 para Jorge III, que falleció en 1820, y que a día de hoy es uno de los tres monarcas enterrados ahí, junto con Jorge IV y Guillermo IV.