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La polémica mató al perro robot americano

Esperanza Balaguer NUEVA YORK

INTERNACIONAL

boston dynamics

La Policía devuelve el dispositivo de vigilancia tras una oleada de críticas

10 may 2021 . Actualizado a las 08:39 h.

La aparición de un perro robot sorprendió el pasado mes de abril a los testigos de la detención de un hombre a manos de la Policía de Nueva York. En un vídeo que recorrió las redes sociales se veía cómo varios agentes se llevaban esposado a un hombre de 41 años y detrás de ellos aparecía con paso grácil el dispositivo electrónico de cuatro patas. «No había visto nada así en mi vida», se oía exclamar a la mujer que grabó las imágenes. «¡Esa mier... se mueve mejor que un perro!», exclamaba otro testigo. La autora de la grabación lo comparaba para finalizar con R2-D2, el icónico robot blanco de la saga cinematográfica La guerra de las galaxias. 

No le faltaba razón. El bicho se convirtió en poco tiempo en la atracción con la que todo neoyorquino quería tropezar. Pero la curiosidad generalizada despertó enseguida las suspicacias. ¿Qué hacían esos perros robóticos patrullando los barrios? Se les había visto ya en una misión de respuesta a un allanamiento de morada en el Bronx y durante la búsqueda de un hombre armado atrincherado en un edificio en Brooklyn.

La prensa local proclamó la llegada de la distopía cyberpunk. Las corporaciones habían entrado en el control de la vida privada de los ciudadanos con unos robots haciendo el trabajo de la policía humana. La polémica obligó al Departamento de policía de Nueva York (NYPD, por sus siglas en inglés) a explicarse. Se trataba de Digidog, el robot creado por la empresa Boston Dynamics, equipado con sensores automáticos, luces y cámaras capaces de recopilar datos ilimitados, a un precio inicial de venta de 74.000 dólares. Un dispositivo de control remoto capaz de abrir puertas y con fuerza suficiente para remolcar un camión de 18 ruedas. 

Un portavoz de la policía aclaró en un principio que el robot estaba en fase de prueba para comprobar si podía ser útil en el futuro. Sus detractores no se conformaron.

El uso de la máquina provocó una ola de críticas de políticos locales, incluida la congresista Alexandria Ocasio-Cortez, que calificó el robot de un «dron terrestre de vigilancia robótica» dirigido a controlar a las minorías. En un momento, en el que las prácticas policiales estaban bajo escrutinio por el juicio contra el agente que asfixió a George Floyd en Mineápolis y después de la reciente muerte de varios afroamericanos a manos de los cuerpos de seguridad.

El concejal neoyorquino Ben Kallos y el portavoz del Ayuntamiento de Nueva York, Corey Johnson, presentaron sendas reclamaciones judiciales para conocer los detalles del funcionamiento del robot. «Esto es una militarización de la policía», señaló Kallos, quien lo comparó con los canes robóticos que aparecen en el episodio Metalhead de la serie de televisión distópica Black Mirror

La presión frustró las intenciones de innovar de la NYPD. El subcomisionado de Inteligencia y Antiterrorismo, John Miller, confirmó que el perro robot iba a manos de sus creadores. De esta manera, quedaba sin efecto el contrato de arrendamiento firmado en octubre y con duración hasta agosto a cambio de 94.000 dólares. «Se ha convertido en un pretexto para alimentar discusiones sobre cuestiones de raza y vigilancia», dijo Miller, portavoz en este caso, de una NYPD, que comenzó en marzo a hacer públicos los registros disciplinarios de sus agentes por primera vez en su historia.

Tras el portazo, el ejecutivo de Boston Dynamic Michael Perry aseguró que de los 500 perros robóticos que están desplegados por todo el mundo, solo 4 de ellos están siendo utilizados por departamentos de policía. No será en la Gran Manzana. Tras conocer la noticia, Bill Neidhardt, portavoz del alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, dijo que estaba «contento» de que el «extraño» y «alienante» ser hubiera «sido sacrificado».