Johnson amenaza a la UE con nuevas acciones unilaterales en Irlanda del Norte

Redacción / La Voz

INTERNACIONAL

Johnson (en la foto, con su esposa, Carrie) es el anfitrión de la cumbre del G7 en Cornualles, que se celebra en un momento álgido de la tensión con Irlanda del Norte
Johnson (en la foto, con su esposa, Carrie) es el anfitrión de la cumbre del G7 en Cornualles, que se celebra en un momento álgido de la tensión con Irlanda del Norte DPA | Europa Press

Amaga con suspender el protocolo pese a los avisos de Macron y Von der Leyen

12 jun 2021 . Actualizado a las 20:45 h.

El primer ministro británico, Boris Johnson, hará lo que sea «necesario», según subrayó este sábado, para «mantener la integridad territorial» del Reino Unido. Así, amenazó con tomar nuevas acciones unilaterales respecto al controvertido protocolo sobre Irlanda del Norte si la Unión Europea no accede a sus peticiones para introducir cambios y flexibilidad en los controles aduaneros.

Al hilo de la cumbre del G7 que se celebra en Cornualles, en el suroeste de Inglaterra, el anfitrión Johnson abordó el contencioso norirlandés con el presidente francés, Emmanuel Macron; la canciller alemana, Angela Merkel, y los presidentes de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el Consejo Europeo, Charles Michel.

«He hablado hoy aquí con algunos de nuestros amigos, que parecen no comprender que el Reino Unido es un único país, un único territorio. Tengo que meterles eso en la cabeza», declaró Johnson a la cadena Sky News, según informa Efe.

La UE ha elevado en bloque la presión sobre Londres para que respete los acuerdos del brexit, pero el líder británico subraya que no le temblará el pulso para aplicar el artículo 16 del protocolo sobre Irlanda del Norte, que prevé que una de las partes tome medidas si considera que el pacto está provocando «serias dificultades económicas, sociales o medioambientales», pero no especifica cuáles. El Gobierno británico argumenta, en ese sentido, que los controles aduaneros que se pactaron entre Irlanda del Norte y el resto del Reino Unido para evitar una frontera entre las dos Irlandas tras el brexit están generando muchas fricciones en su mercado interno.

Un portavoz oficial de Downing Street describió ayer por la mañana como «constructivas» las discusiones de Johnson con sus colegas europeos en el G7 sobre este asunto, pero el primer ministro subió el tono y fue taxativo en una entrevista televisiva. «Creo que lo podemos arreglar, pero nuestros amigos y socios de la Unión Europea deben comprender que haremos todo lo que sea necesario» para matizar las disposiciones que entraron en vigor el pasado 1 de enero, cuando el Reino Unido consumó su divorcio con la UE.

Londres ya ha retrasado al menos hasta octubre controles que deberían estar en vigor según lo acordado, por lo que Bruselas ha iniciado acciones legales, y amenaza con incumplir el plazo del de 30 de junio, cuando deberían comenzarse a inspeccionar los productos cárnicos preparados que cruzan la frontera entre Gran Bretaña e Irlanda del Norte.

«Creo que el protocolo puede funcionar si se aplica de una manera razonable. No es una cuestión solo de carne refrigerada o de salchichas», dijo Johnson.

Europa presiona en bloque

La tensión se aviva en plena cumbre del G7. La UE ha advertido que habrá «represalias» si Londres vuelve a cambiar el protocolo de manera unilateral. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, destacó que tanto la UE como el Reino Unido deben «aplicar lo acordado» en torno al brexit y subrayó la «unidad total» en el bloque. Las palabras de Von der Leyen llegaron horas después de que el presidente francés, Macron, pidiera a Johnson que respete «la palabra dada». También la canciller Merkel ha pedido al Reino Unido que se ciña al acuerdo.

Jonhson no ve realista esperar avances en cuestión de días, pero el 30 de junio expira el período de gracia por el que se sigue produciendo la entrada de productos desde la isla de Gran Bretaña a Irlanda del Norte sin cumplir los controles fijados en el acuerdo de divorcio. Pasado este día, los productos procesados quedarán vetados porque la UE no podrá certificar su seguridad.