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El símbolo okupa de Berlín se resiste a la entrada de la policía

La Voz REDACCIÓN

INTERNACIONAL

Agentes antidisturbios entran en el  edificio de okupas de Rigaer, tras asegurarn el área.
Agentes antidisturbios entran en el edificio de okupas de Rigaer, tras asegurarn el área. MICHELE TANTUSSI | Reuters

Batalla campal para evitar una inspección de  incendios, ante el temor de los ocupantes de un intento de desalojo

18 jun 2021 . Actualizado a las 09:16 h.

Los ocupantes del número 94 de la Rigaer Strasse, símbolo del movimiento okupa de Berlín, se resistieron con fuerza a un operativo policial destinado a facilitar las tareas de una inspección sobre prevención de incendios, al sospechar que se trataba de un intento de desalojo. Después de horas de batalla campal de los ocupantes atrincherados en el edificio contra los agentes, estos últimos lograron este jueves acceder al lugar atravesando con una motosierra la puerta principal, según informa el diario Süddeutsche Zeitung. 

Los altercados comenzaron a última hora del miércoles, cuando los ocupantes del edificio, ubicado en el barrio de Friedrichshain, respondieron con el lanzamiento de objetos y pirotecnia al despliegue de 350 policías, que preparaba su operativo. Mientras, en los alrededores se agruparon simpatizantes de la izquierda radical, que levantaron barricadas y lanzaron asimismo objetos contra la policía. Unos 60 agentes resultaron heridos.

A primera hora de este viernes, se reforzó la presencia policial con hasta 1.300 agentes y se acordonó los alrededores para impedir que se acercaran al inmueble simpatizantes de los okupas, como ha venido ocurriendo en anteriores intentos de desalojo, informa Efe.

La casa de la calle Rigaer, con una treintena de viviendas, se ha convertido en emblema de la resistencia okupa, que fue muy activa en Berlín en los años 80. Tras la caída del muro en 1989, el movimiento se extendió a la parte occidental de la ciudad.

Friedrichshain es exponente ahora del proceso de gentrificación de esos barrios tradicionales de lo que fue el sector comunista, convertidos en terreno propicio para la especulación inmobiliaria.

El precio de la vivienda es la principal preocupación de los ciudadanos de Berlín, una ciudad que ha dejado de ser en la última década el oasis de alquileres asequibles que fue en los tiempos del muro y en los años siguientes a su caída.