Regístrate gratis y recibe en tu correo las principales noticias del día

El grueso de la UE planta cara a la ley homófoba de la Hungría de Orbán

La Voz

INTERNACIONAL

El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, este jueves, en Bruselas
El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, este jueves, en Bruselas OLIVIER HOSLET / POOL

División ante la propuesta de Berlín y París de retomar el diálogo con Putin

25 jun 2021 . Actualizado a las 11:33 h.

La mayoría de jefes de Estado y de Gobierno de la UE hicieron un frente común este jueves contra la polémica ley impulsada por el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, que prohíbe hablar de homosexualidad en los colegios y en los medios de comunicación, en la primera jornada de la cumbre europea en la que el primer ministro holandés, Mark Rutte, fue el más tajante. «Hungría ya no tiene cabida en la UE», dijo.

En una rotunda intervención, Rutte señaló que Hungría «debe derogar» su controvertida ley y respetar los derechos humanos fundamentales consagrados en el artículo 2 del Tratado de la UE «que no son negociables, o debe irse», según recoge Efe.

Una eventual expulsión de Hungría de la UE «solo se puede hacer paso a paso», admitió el neerlandés, para quien la ley húngara «contradice seriamente los valores que defiende Europa», por lo que si la UE no actúa, se convertirá en un mero bloque comercial, apuntó.

Rutte es uno de los 17 líderes europeos firmantes de una carta de rechazo a la controvertida ley y publicada unas horas antes del arranque de la primera de las dos jornadas de esta cumbre presencial, la última en esta presidencia semestral de Portugal en el Consejo Europeo.

La carta, impulsada según fuentes españolas por Pedro Sánchez y el luxemburgés Xavier Bettel, va dirigida a los responsables de las instituciones comunitarias y en ella expresan su voluntad de «seguir luchando contra la discriminación hacia la comunidad LGTBI y reafirmando la defensa de sus derechos fundamentales».

La alemana Angela Merkel, el francés Emmanuel Macron, el italiano Mario Draghi, el griego Kyriakos Mitsotakis, el belga Alexander De Croo o el irlandés Micheáál Martin son otros de los firmantes, a los que se sumó a última hora el austríaco Sebastian Kurz.

El primer ministro luxemburgués, abiertamente homosexual, advirtió de que «ser gay no es una elección, pero ser intolerante sí lo es». «Si de verdad piensa que por ver una película o por hablar en una clase sobre orientación sexual te haces gay, realmente no ha entendido nada [...] Mezclar la pedofilia, la pornografía y la homosexualidad es inaceptable», continuó Bettel, que afirmó que la posibilidad de «ser diferentes» es un valor fundamental de la Unión Europea.

Inmune a las críticas

Este cierre de filas mayoritario contra la ley, que ya está en vigor, no pareció hacer mella en el primer ministro húngaro: Orbán rechazó las críticas a la ley y aseguró que él es un «defensor» de los derechos de los homosexuales.

«No tenemos ese tipo de ley [contra los homosexuales]. Tenemos una ley sobre la defensa de los derechos de los niños y los padres», declaró. Aseguró que los que la critican «no la han leído» y se mostró «dispuesto a hablar con quien sea sobre esta nueva ley», incluida la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, pese a que la víspera esta consideró que la normativa aprobada es «una vergüenza».

El presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli, invitó a Orbán a «reflexionar, porque una Europa que no defiende los derechos es una Europa que no tiene título para pedir a otros defenderlos».

En su intervención en la cumbre, Sassoli insistió además en que la UE debe defender el Estado de derecho y apeló al Consejo a avanzar con el procedimiento abierto a Hungría y Polonia por violaciones de estos principios.

«Los valores están en el corazón del proyecto europeo», dijo, por su parte, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.

«Ninguna discriminación es aceptable bajo ninguna circunstancia y cualquier discriminación contra la gente LGTBI es totalmente inaceptable en nuestras sociedades modernas», señaló, por su parte, el secretario general de la ONU, Antònio Guterres a su llegada al Consejo Europeo, al que asistió como invitado.

En una carta enviada la víspera a la ministra de Justicia de Hungría, los comisarios europeos de Justicia, Didier Reynders, y de Mercado Interior, Thierry Breton, dijeron que Bruselas «no dudaría en tomar medidas de acuerdo con sus poderes en virtud del Tratado» si la ley obtenía la aprobación final.

Los comisarios enumeran en su misiva, divulgada por Reynders en su cuenta en Twitter, las normas europeas que son violadas por la legislación LGTBI de Hungría, incluida la Carta de los Derechos Fundamentales de la UE, la regulación audiovisual y de los medios, y las reglas que rigen la prestación de servicios en el mercado único.

Budapest tiene hasta el 30 de junio de plazo para responder.

División sobre Rusia

La propuesta de la canciller alemana, Angela Merkel, de invitar al presidente ruso, Vladimir Putin, a una futura cumbre de líderes de la Unión Europea para tratar el rumbo de las relaciones fue acogida este jueves con división entre los Veintisiete, ante las dudas sobre la pertinencia de abrir diálogo con el Kremlin en plena escalada de tensiones, informa Europa Press.

El presidente francés, Emmanuel Macron, principal apoyo de Merkel en esta iniciativa defendió un diálogo «con exigencia» con el que la UE pueda defender sus valores ante Rusia.

«Asumimos este diálogo que es necesario para la estabilidad del continente europeo, pero exigente porque no cedemos en nada en nuestros valores ni en nuestros intereses», señaló el mandatario galo, para recalcar que la UE debe dejar atrás la lógica «puramente reactiva» con Moscú y estudiar la cooperación «caso a caso», poniendo como ejemplo la cumbre que mantuvieron Putin y el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en Suiza.

Sin embargo, distintos dirigentes se mostraron críticos respecto a la propuesta de Merkel. De entrada, el primer ministro de Países Bajos, Mark Rutte, afirmó que no participaría en una reunión a Veintisiete con Putin, indicando que «no le importaría», eso sí, que la cita fuera con el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

También mostró sus reticencias el primer ministro letón, Krisjanis Karins, quien recalcó que para abrir un diálogo de líderes europeos con Putin, primero Rusia debe «dar pasos», en particular en la cuestión de Crimea, anexionada ilegalmente en el 2014. «Debe tener un coste para Moscú», recalcó.

«El Kremlin entiende el poder político, no entiende las concesiones libres como una señal de fuerza», avisó el letón, quien apuntó a las «dificultades» que entraña la propuesta alemana e insistió en que la UE debe hablar «con una sola voz».

Por su parte, el presidente lituano, Gitanas Nauseda, advirtió de que cualquier contacto con Rusia sin que se produzcan cambios en su patrón de comportamiento mandaría una «mala señal» a los países del Este de Europa, como Ucrania o Georgia. «Me parece que lo que estamos intentando es que un oso deje en paz un tarro de miel», afirmó.