Los talibanes pactan un consejo de transición en Afganistán tras la huida del presidente
INTERNACIONAL
Ghani abandona el país tras la llegada de los insurgentes a la capital
15 ago 2021 . Actualizado a las 20:57 h.Tras una ofensiva relámpago, Afganistán vuelve a estar en manos de los talibanes. La milicia integrista controla ya todo el país y la capital Kabul ante la que han frenado la ofensiva con el fin de evitar una batalla, que, en cualquier caso, se da por seguro que vencerían una vez los 5.000 militares estadounidenses desplegados por Joe Biden se retiren tras evacuar a todo el personal americano y colaboradores de la campaña que durante más de 20 años ha mantenido la OTAN en el país asiático.
El portavoz insurgente Zabihulá Muhayid explicó a través de las redes sociales que todas las partes del país estaban ya bajo el control del emirato islámico. A lo largo de todo el domingo se estaba negociando el proceso de transición para que se complete «de forma segura», según el mismo portavoz. Los talibanes aceptaron un consejo de transición para llevarlo a cabo con «un gobierno afgano inclusivo».
La salida del país del presidente, Ashraf Ghani, conocida horas después, encarna la imagen de un Gobierno en desintegración un día después de que insistiera en «volver a movilizar» sus fuerzas para detener un avance talibán que ha resultado imparable desde que lanzaron sus ataques en mayo, coincidiendo con el inicio de la retirada de las tropas de EE. UU. y sus aliados.
Lo que queda del Ejecutivo afgano tras la huida de Ghani del país y los talibanes pactarán las condiciones de paz. «Los afganos no deben preocuparse. No habrá un ataque contra la ciudad» de Kabul aseguraba ayer el ministro del Interior, Abdul Sattar Mirzakwal. «Habrá una transferencia pacífica del poder hacia un gobierno de transición», agregó. Al frente de estas negociaciones estará el exvicepresidente Abdullah Abdullah, quien también es el jefe del Consejo Superior para la Reconciliación Nacional
Sin represalias
Uno de los portavoces talibán, Suhail Shaheen, aseguró que no se tomarán represalias contra el enemigo. «No habrá ningún riesgo para los diplomáticos, las oenegés, para nadie. Todos deben continuar su trabajo como lo hicieron en el pasado. No les harán daño, deben permanecer, dijo. «Aseguramos que no habrá venganza contra nadie». Sea verdad o no, el éxodo fuera del país continúa ante el temor de represalias para aquellos que se han opuesto al régimen teocrático.
Aparentemente, los rebeldes integristas han cambiado de estrategia tratando de evitar los errores de hace 20 años, cuando su radicalidad les llevó a enfrentarse a una coalición internacional que los desalojó del poder tras una alianza con los señores de la guerra líderes tribales de un Afganistán que aglutina múltiples etnias. Lo que parece claro es que, tras veinte años de misión internacional, el país regresa a la casilla de salida.