Su actitud durante las inundaciones lastró su campaña, después de salir elegido en unas primarias que abrieron grietas en la CDU
26 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Apenas mes y medio antes de las elecciones tenía toda la ventaja por delante en las encuestas, pero una encadenación de errores le ha llevado al candidato conservador Armin Laschet a perder buena parte de la popularidad que se había ido ganando como líder de la Unión Cristianodemócrata (CDU). Y eso que fue nombrado candidato casi de forma sorpresiva. Cuando Merkel anunció en octubre del 2018 que no se presentaría a la reelección, todo el mundo parecía tener claro que su delfín sería Annegret Kramp-Karrenbauer. Pero la repentina renuncia de esta última llevó a reformular la sucesión.
Laschet, padre de tres hijos, católico y abogado, es considerado un europeísta convencido. Emprendió la carrera hacia la Cancillería en marzo. Meses después se impuso a Markus Söder, líder de la CSU bávara, que también aspiraba a la candidatura conservadora. El bávaro cuenta con gran popularidad y las encuestas indican aún hoy que los alemanes lo preferirían a él como canciller. La pelea sacó a la luz las grietas del bloque conservador, dividido entre el centrismo de Laschet y un núcleo conservador liderado por Söder.
Laschet es primer ministro de Renania del Norte-Westfalia, el land más poblado del país, y allí tampoco ha brillado como gestor. Tuvo una gestión errática en los primeros meses de la pandemia. Sus prisas por reabrir la economía le costaron una crisis sanitaria de primer orden.
A la pandemia le siguieron las devastadoras inundaciones, con 190 muertos entre su land y el vecino de Renania Palatinado. Fue su actitud durante una visita a un pueblo devastado por las riadas lo que provocó su estrepitosa caída en las encuestas. Se viralizaron ahí unas imágenes con una inoportuna carcajada durante su visita en una región afectada, mientras el presidente alemán, Frank Walter Steinmeier, expresaba su apoyo a los damnificados. Se ha esforzado por dejar claro que su buen humor no tenía nada que ver con la escena. Hoy se sabrá si logró convencer a la ciudadanía.