Varsovia cierra el paso a unos 2.000 inmigrantes apostados en la alambrada, mientras Bruselas urge a aprobar nuevas sanciones contra el régimen de Minsk
08 nov 2021 . Actualizado a las 21:54 h.Más de 2.000 inmigrantes, incluidos mujeres y niños, se apostaban este lunes frente a la alambrada que separa Bielorrusia de Polonia, en una escalada de la crisis migratoria alentada por el régimen de Alexánder Lukashenko.
El Gobierno de Varsovia, tras una reunión de urgencia, anunció el refuerzo de su frontera —ya hay desplegados 12.000 militares— ante la «amenaza» que supone la llegada masiva de inmigrantes y advirtió de que puede producirse una «escalada» de acciones militares en la zona. Mientras, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, urgió a los países de la Unión Europea a aprobar nuevas sanciones contra Bielorrusia por utilizar la migración irregular como arma política contra los Veintisiete.
El presidente Lukashenko había declarado poco antes que, debido a las sanciones impuestas por Bruselas, su país no tiene ya capacidad para restringir el flujo de migrantes. Sin embargo, la radio Eco de Moscú cita informaciones de observadores que sostienen que son las propias autoridades bielorrusas las que están promoviendo activamente la afluencia de inmigrantes ilegales para ser enviados a través de Bielorrusia a la Unión Europea.
«Informaciones muy preocupantes de la frontera. Un grupo importante de migrantes se ha concentrado en Bielorrusia, cerca de la frontera, en un intento de entrar en masa en Polonia», afirmó en un tuit Stanislaw Zaryn, portavoz de los servicios de inteligencia polacos. Según sus palabras, esas personas «están custodiadas por hombres armados bielorrusos que son los que les indican en qué dirección avanzar».
Zaryn considera que se trata «del mayor intento de entrada ilegal en Polonia perpetrado hasta la fecha» y asegura que estos migrantes «son hombres jóvenes en su mayoría». Habrían llegado a Bielorrusia por vía aérea procedentes de Siria, Irak y otros países de Oriente Próximo.
El portavoz del Gobierno polaco, Piotr Müller, dijo, por su parte, que se enfrentan a «provocaciones» de funcionarios bielorrusos y agregó que se espera que haya una intensificación de las situaciones de conflicto a la altura del puesto fronterizo de Bruzgi-Kuznitsa. Müller compareció ante la prensa después de la reunión de urgencia en la que participaron el presidente Andrzej Duda, el primer ministro, Mateusz Morawiecki, y varios miembros del Gobierno, para afrontar la crisis abierta.
La líder opositora bielorrusa, Svetlana Tijanóvskaya, acusó a las autoridades de Minsk de «agravar la crisis fronteriza» con Polonia y las repúblicas bálticas. A su juicio, Lukashenko «está empujando a estas personas en dirección a Polonia», en lo que ha calificado de «guerra híbrida» contra Europa.