Putin responde que la OTAN cruzaría una línea roja si despliega tropas «a apenas 20 kilómetros» de su frontera
01 dic 2021 . Actualizado a las 05:00 h.La tensión se dispara en la zona caliente de Ucrania con un cruce de reproches entre la OTAN y el Kremlin que comienza a ser preocupante. Rusia ha incrementado una vez más sus tropas en la frontera con esta ex república soviética (la segunda concentración militar en lo que va de año), un despliegue que, unido a la escalada de la retórica belicista, ha derivado en amenazas de respuesta por parte de los socios de la Alianza. Su secretario general, Jens Stoltenberg, dejaba caer un eventual desplazamiento de tropas a la zona como apoyo a Kiev, al tiempo que advertía de las «consecuencias políticas y económicas» que tendría para Rusia cualquier «acto de agresividad».
El mensaje de apoyo a este socio, que no aliado, se lanzaba al inicio de la reunión de dos días de los ministros de Exteriores de la OTAN en Riga (Letonia), para hablar de cuestiones claves como Bielorrusia, Afganistán y Ucrania. «La situación incrementa la tensión y eleva la probabilidad de errores de cálculo. Rusia debe ser transparente y bajar esa tensión», pedía Stoltenberg.
El noruego iba incluso más allá asegurando que la coalición ha reforzado su cobertura a Ucrania con tropas desde el 2014, cuando Rusia se anexionó la península de Crimea, y ha seguido estando allí en actitud defensiva durante las maniobras desestabilizadoras en la región separatista de Donbás. «Ha sido una reacción directa a la incursión militar rusa en Ucrania. Hemos triplicado la grandeza de la Fuerza de Respuesta de la OTAN en los últimos años con alrededor de 40.000 soldados. Esta fuerza podría ser incrementada rápidamente si fuera necesario», dijo.
El propósito de la disuasión no es provocar un conflicto, «sino prevenirlo», añadía Stoltenberg. La OTAN se defiende, no ataca, venía a subrayar mientras, simultáneamente, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, reforzaba la carga de las advertencias a Moscú. «Cualquier nueva agresión [de Rusia] provocaría graves consecuencias», planteaba Blinken, quien subrayó que la táctica de Vladimir Putin ya es conocida: «Crear y fabricar una supuesta provocación para justificar algo que Rusia ya planeaba hacer desde el principio».
En su réplica, Putin confió en que el sentido común se imponga en ambos frentes, pero fijó sus «líneas rojas» en un despliegue de bombarderos estratégicos por parte de EE.UU. «a apenas 20 kilómetros de la frontera rusa».
«Si aparece algún tipo de sistema de ataque en territorio ucraniano, el tiempo de vuelo a Moscú es de siete a diez minutos, y de cinco minutos si se despliegan armas hipersónicas», advirtió.