Gabriel Boric, un radical moderado que será el mandatario más joven de Chile

Héctor Estepa
Héctor Estepa SANTIAGO DE CHILE / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Gabriel Boric, este lunes, a su llegada al palacio de la Moneda para entrevistarse con Sebastián Piñera
Gabriel Boric, este lunes, a su llegada al palacio de la Moneda para entrevistarse con Sebastián Piñera RODRIGO GARRIDO

El joven líder estudiantil se ha convertido en el presidente más votado de la historia del país andino

21 dic 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace apenas dos años, a Gabriel Boric le estaban rociando con cerveza en plena calle. Muchos no le perdonaban haber firmado con la derecha un pacto para iniciar un proceso constituyente, con el objetivo de darle una salida a la crisis social que había estallado en octubre, cuando miles de personas salieron a la calle en demanda de mejores condiciones de vida en unas protestas que dejaron una treintena de muertos. 

«Traidor» y «vendepatrias», le dijo un grupo de manifestantes. No fue un rechazo aislado. Hubo una ola de dimisiones en su alianza de Gobierno. Uno de sus amigos, Jorge Sharp, alcalde de Valparaíso, dejó de hablarle. Pero Boric tenía razón, como cuando, contra la opinión de muchos de sus aliados, lanzó fuertes críticas contra los Gobiernos de Venezuela y Nicaragua.

Dos años después, el joven líder estudiantil es el presidente más joven y más votado de la historia de Chile y la Convención Constitucional es considerada como un éxito para el progresismo.

Sharp volvió a hablarle hace unas semanas y le dio su apoyo. «Se pasó realmente» [se salió, en castellano de España], dijo ayer, tras la victoria del líder estudiantil en las urnas. Era una forma de admitir que Boric estaba en lo cierto con su diálogo y su punto de moderantismo.

Moderación en un país conservador

No se puede ganar en un país conservador como Chile amenazando con entrar como un elefante en una cacharrería. Tampoco enarbolando las banderas pinochetistas, como descubrió este domingo José Antonio Kast, tras movilizar a 1,4 millones de nuevos electores a las urnas, la grandísima mayoría en su contra.

Boric inició el día de su victoria votando en Punta Arenas, la localidad en el lejano sur donde nació en 1986, en una familia acomodada y afín a la Concertación de centro izquierda. Su abuela era catalana, y su familia, por parte de padre, es de origen croata.

Casi se había subido al coche, tras salir de su casa, cuando se dio la vuelta para despedirse de su perro. Tiene una imagen afable, incluso para sus rivales políticos. «Es buena gente, pero es comunista», decían en el mitin de campaña de Kast, donde también criticaban sus cambios de opinión con respecto a su propio programa político, y su desconocimiento de las cifras económicas.

Boric saltó a la fama en Chile hace una década, cuando lideró, junto a Camila Vallejo y Giorgio Jackson, las protestas estudiantiles contra el primer Gobierno de Sebastián Piñera, antes de convertirse en diputado, en el año 2014. El domingo, Piñera llamó a Boric para felicitarlo por la victoria. El círculo, quizás inevitable, se había cerrado.