Svitlana Mamchuck, ucraniana en Sada: «Mi familia de Moscú me ha bloqueado en Whatsapp»
INTERNACIONAL
Nació en Sant Petersburgo, pero se crio en Ucrania, en donde sigue su madre, que ahora está escondida en un sótano en una aldea cercana a Jersón
27 feb 2022 . Actualizado a las 00:24 h.Tiene 46 años y lleva 20 en Galicia, concretamente en Sada. «Mi hija nació aquí, pero mi madre sigue en Ucrania, aunque vino a verme muchas veces y está enamorada de Galicia. Ella vive en Jersón y ahora se fue con su marido a una casa que tienen en una aldea, a 30 kilómetros, para esconderse», relata Svitlana Mamchuck, que nació en Sant Petersburgo.Como todos los ucranianos, su progenitora, Gala, está asustada: «Hablé con ella en la mañana de este sábado y me habla llorando. No sabe qué va a pasar, pero ella no se plantea irse. Adora su tierra, su casa, su huerta...». La mujer está acompañada de su marido en la vivienda. «Se llevaron comida y medicamentos para sobrevivir este tiempo, pero nadie sabe cuánto va a durar esto».
De momento, las comunicaciones funcionan, aunque Svitlana señala que «la señal de Internet va y viene. Cuando me desperté no me contestaba y entre en pánico, me puse a buscar teléfonos de vecinos, pero finalmente pude hablar con ella. Se oyen los aviones sobrevolar bajito, pero tengo la esperanza de que no pase nada dónde está mi madre con su marido». La afincada en el concello sadense tiene además familia en Moscú. «Mis padres nacieron los dos en Ucrania, pero se conocieron allí, en el antiguo Leningrado. Todo era el mismo país, la Unión Soviética. Por eso, tenemos familia en Moscú». Sin embargo, tras el estallido de la guerra, esos familiares rusos con los que Svitlana conservaba el contacto se ha perdido: «Me han bloqueado de Whatsapp. Ellos apoyan a Putin porque viven muy bien en Moscú y supongo por eso han cortado ahora la comunicación». En ese sentido, destaca la valentía de los rusos que han salido a la calle a pedir el fin de la guerra: «Han sido pocos, porque en Moscú salieron mil en una ciudad de diez millones, pero es normal, tienen miedo y hay que agradecer que hayan salido».
El dolor para los ucranianos es como el de una guerra civil. «Cuando estalló el conflicto en Crimea hace años sufrimos mucho, eramos todos un mismo pueblo. Luego le siguió la guerra del Dombás y ahora esto. En Ucrania nadie pensaba que Putin iba a actuar así, que se quede con esas regiones, pero que pare».Sobre el mandatario, para la ucraniana es el único culpable de la situación: «Los gobiernos no tienen la culpa, la tiene solo Putin. Está loco. Sus propios aliados tienen miedo de él, una persona que lleva tantos años en el poder pierde la mente».
Ahora, la mujer tiene la esperanza de que el ejército de su país aguante. «Es lo que espero, que se mantengan. Estoy algo más contenta porque la OTAN ha enviado armas para ayudar». Sobre la actuación del resto de países de Europa, dice que entiende que es un conflicto delicado y que es normal que quieran evitar una guerra mayor, pero se muestra molesta con los que apuntan que no se debe actuar contra Rusia por la economía: «El otro día escuché en la tele a un hombre que decía que había que tener en cuenta que iba a subir el precio de los suministros como el gas. ¿Qué esta diciendo? Hay vidas en juego. Ese es el coste real de la guerra. Están bombardeando una capital de Europa».
Svitlana no se despega de la tele, aunque sigue las noticias también por Internet: «Estoy pendiente todo el rato y sigo lo que dicen los medios ucranianos para estar al día». La mujer intenta despejarse, aunque le resulta imposible: «Los dos primeros días estuve tumbada en la cama, no me podía ni levantar. Ahora, intento comer algo y despejarme, pero es muy difícil».