Sara Núñez de Prado: «Cambiar las reglas del derecho internacional es un riesgo muy grave»
INTERNACIONAL
Historiadora, profesora, analista de política internacional es autora de Historia de Rusia: de la Unión Soviética a la Federación Rusa
28 feb 2022 . Actualizado a las 16:10 h.Sara Núñez de Prado está considerada toda una autoridad en el estudio de la historia de Rusia.
—¿Cuáles son los objetivos de Putin?
—Parece claro ya en estos momentos, hacerse con el control de Ucrania. Putin tiene muy claro que para recuperar el orgullo ruso necesita extender todo lo posible su esfera de influencia y las antiguas repúblicas de la URSS adquieren aquí un protagonismo especial. Sobre todo las que están más próximas a Occidente.
—¿Qué consecuencias puede tener en la geopolítica mundial?
—Pues llegado este momento puede pasar cualquier cosa. El centro de Europa, como tal, dejó de existir durante la guerra fría, se recuperó después de la desaparición de la URSS y ahora parece que nuevamente se ve amenazado desde el este, es decir, desde Rusia. Las consecuencias pueden ser muy graves. Desde luego lo que tiene que cambiar es ese sentimiento de que Rusia debía mirar a Occidente y ser considerado aliado fiable que hace algún tiempo defendieron dirigentes europeos e incluso la propia OTAN. También hay que abandonar aquellas ideas que contemplaban, incluso, que la OTAN debía transformarse o, llegando mas lejos, desaparecer. Es claro que Rusia no es un socio ni un posible aliado fiable. Y que si no se le contiene cada vez que se le antoje avanzar hacia un nuevo objetivo lo hará si no encuentra obstáculos firmes al respecto. A día de hoy, la posibilidad de que cambie no solo la geopolítica, sino lo que sería aun más grave, las reglas del derecho internacional y, consecuentemente, la ausencia de respeto hacia las mismas, es un riesgo importante que hay que contemplar. Y evitar.
—¿Cree que, como ha dicho Joe Biden, Putin pretende reconstruir el imperio soviético?
—Por lo menos quiere garantizar lo que considera que es su espacio próximo y que supone para él garantía de seguridad, de fuerza y lo que él entiende por orgullo y respeto hacia su país.
—¿Qué efecto pueden tener las sanciones económicas a Rusia?
—Desgraciadamente pocas y con efectos a medio y largo plazo. Eso no va a detener a Putin de manera inmediata y tampoco va a ayudar a los ucranianos. Es una puesta en escena más para la galería que con efecto real.
—Si la jugada le sale bien a Putin, ¿podría espolear a China a hacer lo mismo con Taiwán?
—La situación es más compleja que un simple, «seguir el ejemplo». Que China anhela Taiwán no es un secreto. Pero no olvidemos que lo que está en juego aquí no es una isla como tal, sino la presencia de Estados Unidos en esa parte del mundo. Si los chinos siguen ese camino sin que se haga nada efectivo por evitarlo la consecuencia ya no será que Taiwán pase a manos chinas, sino que Estados Unidos dejará de ser potencia mundial. Y eso sí que sería un verdadero cambio geopolítico de grandes dimensiones.
—¿Qué puede hacer Europa ante el desastre humanitario que se avecina con la llegada masiva de refugiados?
—Siempre que hay conflicto puede haber desastre humanitario. Lo que Europa tiene que hacer es poner los medios para que esos desplazamientos sean ordenados y no acaben en campos de refugiados sin ley y sin condiciones de subsistencia por debajo de los mínimos.