El catedrático de Literatura Española en la Universidad de Mykolaiv escribe sobre la primera decepción nacional ucraniana: el amor por Rusia. En sus palabras, la creencia de que la cultura rusa es más rica, más fuerte, más desarrollada y más espiritual, se derrumba tras esta guerra cruel
26 mar 2022 . Actualizado a las 18:22 h.Educación sentimental es la novela de Flaubert y, al mismo tiempo, el concepto que describe el proceso de maduración espiritual y psíquica de un hombre o de una sociedad. El método principal de aprendizaje que se aplica en esta escuela es el desengaño, que destruye ilusiones y enseña a ver la realidad como es —en toda su fealdad y su hermosura—. La guerra cruel con Rusia es la culminación de la educación sentimental de la nación ucraniana que, por fin, se despide de sus decepciones más grandes.
La primera decepción nacional ucraniana es el amor por Rusia. La creencia de que la cultura rusa es más rica, más fuerte, más diversa, más desarrollada, más espiritual que la ucraniana. La dependencia mental de Rusia siempre ha sido un punto débil de varias generaciones de las llamadas élites ucranianas. Ellos pensaban que para lograr el éxito verdadero era menester ser reconocido en San Petersburgo o Moscú. El tratamiento de esta enfermedad ha sido duro y lento. Las revoluciones en el Maidán y la guerra en el Dombás habían convencido a muchos de que la Rusia de Putin era un bandido astuto. Como ya he comentado en mis escritos anteriores, después del 24 de febrero del 2022, los últimos ciegos han abierto sus ojos y la brutalidad de los invasores rusos contra los ucranianos nos ha curado para siempre del sentimentalismo rusófilo.
La idealización de Europa es el tema nuevo que todavía no he comentado. Es una enfermedad no menos grave que el amor por Rusia. La formación de la nación ucraniana durante los últimos 31 años se realizó bajo lemas que presentaban a Europa (o más exactamente, a la UE) como un grupo de países unidos por valores elevados y humanistas. Los inmigrantes ucranianos que limpiaban baños y cuidaban a las personas jubiladas daban señales de que la realidad y el ideal no coincidían, pero la mayoría de los ucranianos seguían creyendo en Occidente. Los temores, las precauciones y la lentitud con los cuales los Gobiernos de algunos países de la UE están considerando las opciones de comprar o no comprar gas y petróleo a Rusia o de suministrar o no suministrar armas al país que ellos mismos llaman el chivo expiatorio y el protector de Putin, son capaces de hacer descarrilar la última fe en Europa.
Escribiendo estas palabras no creo criticar a nuestros aliados, que en realidad están haciendo mucho por nuestra victoria. La lección principal que nos ha enseñado la guerra es otra: Ucrania está pagando un precio para dejar de ser adolescente y para ser adulta. Según Octavio Paz, esta fase de la educación sentimental se logra cuando un individuo o una nación aprenden a vivir en el laberinto de la soledad completa —sin ilusiones y sin esperar que alguien les ayude a resolver sus problemas—. El poeta y pensador mexicano define este estado como la soledad abierta. Allí nos espera la trascendencia —las manos de otros solitarios—. Allí seremos, por primera vez en nuestra historia, contemporáneos de todos los hombres.
Anteriores entregas
24 de marzo: Una pregunta maldita
23 de marzo: Nuevos bombardeos en la ciudad de san Nicolás
22 de marzo: Las familias rotas que deja el conflicto
21 de marzo: Imbuidos del espíritu quijotesco
20 de marzo: La carta de mi estudiante
18 de marzo: Pensando en mi universidad
17 de marzo: Así intentaron silenciarme con porno ruso
15 de marzo: Golpea a los tuyos para que otros se asusten
14 de marzo: El domingo siempre es domingo
13 de marzo: Día 15. ¿Debe cerrar el Instituto Cervantes de Moscú?
12 de marzo: El papel de los hispanistas de Ucrania en la guerra con Rusia
11 de marzo: Mi encuentro en Leópolis con el periodista de La Voz de Galicia
10 de marzo: Nos hicimos refugiados
8 de marzo: Las últimas horas en la ciudad de san Nicolás
7 de marzo: Protegidos por san Nicolás
6 de marzo: La ciudad de san Nicolás
5 de marzo: Ucrania: dos referencias literarias
4 de marzo: Por qué ha fracasado la guerra relámpago
3 de marzo: Ucrania resiste y vive
2 de marzo: Mis peores temores
1 de marzo: El columpio de esperanzas y temores
28 de febrero: Tanques en Mykolaiv
27 de febrero: Rezad por Kiev
24 de febrero: «¡Feliz cumple, profesor!» (Sé que puede ser el último de mi vida)