Un primer balance de los 30 días de la invasión rusa

Varios voluntarios protegen con sacos de arena un monumento en la ciudad de Kiev SERGEY DOLZHENKO

La guerra ucraniana contra Rusia dura 30 días, y ha llegado la hora de hacer el primer balance. No puedo añadir nada a lo que se comenta en la prensa sobre los resultados militares de esta primera fase de la invasión. Como hombre de letras, quiero llevar la atención al campo cultural en el que Ucrania ya ha triunfado. Se trata de victorias no materiales, que, sin embargo, traen frutos tangibles: decisiones políticas, suministros de armas y medicamentos, donaciones de dinero y voluntarios de la legión internacional.

 La primera victoria es la aparición de Ucrania en el cuadro cultural global. Antes de la guerra el espacio delimitado en el mapa por los contornos de las fronteras de Ucrania en las conciencias de los individuos de otros países no se asociaba con ninguna representación reconocible. Ahora la situación es totalmente diferente: al final de los treinta días de la guerra, del vacío ha crecido la imagen de los ucranianos como seres heroicos, nobles, admirados en todos los continentes por su profunda autoestima.

La transformación tan rápida de la opinión pública en favor de Ucrania se debe al cambio de nuestra propia actitud. Para ilustrar este fenómeno propongo que miremos las fotos y los dibujos en la columna dedicada a «Chistes de nuestra victoria» de Ukrinform que descubrí ayer. Los creadores del proyecto usan imágenes de animales como visualizaciones de los guerreros ucranianos. Por supuesto, en nuestro jardín zoológico viven águilas u otras personificaciones convencionales del espíritu bélico, pero en nuestra fauna militar prevalecen animalitos menos agresivos.

En nuestras tropas sirven gatos, perritos y conejos. Max Moshkovsky ha creado la galería de viñetas con animalitos simpáticos —pato, pajaritos (gorrión, carbonero), lagarto, ardilla, erizo— todos equipados para guerrear. Pacifistas en la vida normal, los personajes llevan la muerte a los invasores rusos. Son héroes. Sin embargo, en las obras del artista no se percibe patetismo: los animalitos están dibujados con humor y autocrítica delicada. ¡Qué fuerza y voluntad de ganar la guerra expresan estas viñetas! Son verdaderos retratos de los ucranianos —de hombres y mujeres libres, capaces de reírse de sí mismos en el momento más trágico para su país—. La visualización del Ejército ucraniano de Max Moshkovsky coincide con la imagen del país que ve el resto de la humanidad. Y no es sorprendente que el mundo se haya enamorado de Ucrania.

Otra victoria ganada durante los treinta días de la guerra es más local: mi ciudad de san Nicolás ha salido de la sombra de la historia. Yuriy Zhuranell dibujó la imagen de nuestro santo: el hombre fuerte alto con barba grande al estilo de Papá Noel equipado con mitra de obispo y capote de soldado en su espalda está protegiendo a los niños, refugiados en sus manos, contra misiles, tanques, helicópteros y buques militares de los rusos. Así actúa mi querida ciudad defendiendo todo el sur de Ucrania.

En el pasado nadie podía encontrar Mykolaiv en el mapa. Ahora todo el mundo sabe cómo se llama y dónde está mi ciudad.