La primavera

Oleksandr Pronkevych
Oleksandr Pronkevych DIARIO ÍNTIMO DE LA GUERRA

INTERNACIONAL

flores en Mykolaiv, junto a sede de la administración regional destruido en un bombardeo
flores en Mykolaiv, junto a sede de la administración regional destruido en un bombardeo Tatiana Viaznikova

El profesor de Literatura Española en la Universidad de Mykolaiv habla sobre el «fango negruzco» y cómo las condiciones climatológicas podrían favorecer la defensa de Ucrania a la espera de una nueva ofensiva rusa

14 abr 2022 . Actualizado a las 19:03 h.

Me desperté por la mañana, abrí Facebook para leer las noticias y me encontré con una imagen impresionante: el edificio de la Administración regional de Mykolaiv aparece destruido con un cielo azul deslumbrante de fondo,pero todo el horror se alza detrás de una flor blanca que ocupa el primer plano. ¡Qué contraste entre la muerte y la vida, entre la esperanza y el temor! La guerra ha embotado nuestros sentidos y parece que hemos olvidado que existen las estaciones del año, nos hemos congelado en un invierno eterno. Pero la foto me hizo recordar que la primavera ya está aquí.

Todos los ritmos naturales y las nociones eternas, vinculados con la mitología primaveral, se han roto. En estos momentos, cuando nos amenaza una nueva ofensiva rusa en el este (algunos expertos dicen que empezó hace ya cinco días), rezamos para que la naturaleza no nos traiga sol y calor, sino lluvia y frío, porque así los soldados y los tanques moscovitas se hundirán en nuestro famoso fango negruzco. Y parece que Dios nos está escuchado: el pronóstico del tiempo vaticina que en la zona del Dombás lloverá mucho durante los próximos diez días y que las temperaturas bajarán. Los expertos militares nos aseguran que este tiempo afectará más a los que avanzan que a los que se defienden. ¡Espero que nos estén diciendo la verdad

El acto de plantar y sembrar, tan natural para los ucranianos —a los que Dios entregó el don de la agricultura—, se ha transformado en un desafío peligroso. Los campesinos no quieren que Ucrania se quede sin pan y por eso casi en todos los campos del país están trabajando bajo las bombas. En muchos casos los terrenos están muy próximos a las zonas en las que suceden los combates. Antes de que los campesinos aren, los artificieros desminan sus tierras, pero a veces las minas matan a los labradores. Los invasores destruyen las cosechadoras. Los campesinos usan sus tractores para transportar los equipos rusos estropeados e inmovilizados por falta del combustible y los entregan al Ejército ucraniano. Como resultado, el concepto de cosechar (aunque en los tiempos normales las cosechas en Ucrania se recogen en verano y en otoño) también ha ganado significados guerreros.

Pero el pragmatismo de los campesinos ucranianos también ha adquirido un matiz macabro. Un chiste popular aconseja a los invasores de Moscú que no se olviden de poner semillas de girasoles en sus bolsillos. El motivo es que deseamos que la tierra ucraniana se nutra más y sea más fértil gracias a la descomposición de los cadáveres rusos. Así, después de la victoria, podremos recoger más girasoles, que son un símbolo nacional. En mi opinión, el mensaje es optimista porque nos enseña que cada cosa, incluso una tan fea como referirse a rusos muertos, puede ser útil para la agricultura.

La guerra ha destrozado el mundo alrededor de nosotros: no quedan palabras primaverales que no estén marcadas por el dolor y la destrucción. No obstante, la realidad es otra. La primavera existe y significa resurrección, es la acción de volver a la vida derrotando la muerte. Es lo que está haciendo Ucrania a pesar de todo.  

Anteriores entregas

11 de abril La batalla por el «borsch»

10 abril Mi facultad en la guerra

9 de abril Folclore de la guerra

8 de abril El escándalo de una traducción

7 de abril ¿Qué es la rusofibia?

6 de abril Sigo recibiendo cartas

5 de abril El genocidio y la cultura rusa

4 de abril El destino de una familia hispano-ucraniana

3 de abril: Esperando la ofensiva rusa sobre el Dombás

2 de abril: Proyección interrumpida de películas

1 de abril: Oda al teléfono celular

31 de marzo: Llorad y rezad por Petro

30 de marzo: Cómo derrotar al enemigo muy rápido y con pocas bajas

29 de marzo: El 28 de marzo

28 de marzo: ¿Podemos repetir?

27 de marzo: Un primer balance de los 30 días de la invasión rusa

26 de marzo: Humor en la guerra

25 de marzo: Educación sentimental

24 de marzo: Una pregunta maldita

23 de marzo: Nuevos bombardeos en la ciudad de san Nicolás

22 de marzo: Las familias rotas que deja el conflicto

21 de marzo: Imbuidos del espíritu quijotesco

20 de marzo: La carta de mi estudiante

18 de marzo: Pensando en mi universidad

17 de marzo: Así intentaron silenciarme con porno ruso

15 de marzo: Golpea a los tuyos para que otros se asusten

14 de marzo: El domingo siempre es domingo

13 de marzo: Día 15. ¿Debe cerrar el Instituto Cervantes de Moscú?

12 de marzo: El papel de los hispanistas de Ucrania en la guerra con Rusia

11 de marzo: Mi encuentro en Leópolis con el periodista de La Voz de Galicia

10 de marzo: Nos hicimos refugiados

8 de marzo: Las últimas horas en la ciudad de san Nicolás

7 de marzo: Protegidos por san Nicolás

6 de marzo: La ciudad de san Nicolás

5 de marzo: Ucrania: dos referencias literarias

4 de marzo: Por qué ha fracasado la guerra relámpago

 3 de marzo: Ucrania resiste y vive

 2 de marzo: Mis peores temores

 1 de marzo: El columpio de esperanzas y temores

 28 de febrero: Tanques en Mykolaiv

 27 de febrero: Rezad por Kiev

 24 de febrero: «¡Feliz cumple, profesor!» (Sé que puede ser el último de mi vida)