Esta semana contemplamos el acto final de la batalla de Mariúpol. No sabemos exactamente qué está pasando con los heridos más graves evacuados a la zona controlada por los ocupantes. Y mucho nos tememos que los invasores acaben matando a los prisioneros, a pesar de su promesa de no hacerlo e intercambiarlos con los presos rusos. No estamos seguros que todos nuestros combatientes hayan salido de la planta metalúrgica porque el comandante de Azov sigue dando señales desde los sótanos. Sin embargo, la defensa heroica se acabó.
Los invasores triunfantes obligan ahora a los civiles a atravesar los escombros, destruir cadáveres en crematorios móviles y enterrar a numerosos muertos. Ahora mismo el asedio de Mariúpol ya es un mito que compara a nuestros soldados con la historia legendaria de Esparta y sus 300 heroicos soldados que combatieron en la batalla de las Termópilas. No cabe duda, la hazaña de Azóv es una gran tragedia, que merece ser escrita por un dramaturgo tan talentoso como Cervantes, autor de Numancia. La destrucción completa de la ciudad es parte del genocidio ruso contra los ucranianos.
El exterminio no va dirigido solamente contra los civiles, la infraestructura urbana y las plantas y fábricas, sino también contra la cultura. Afirmo esto porque he recibido en mi correo electrónico los testimonios de tres personas del mundo artístico que vivían en la ciudad de Mariúpol y que han tenido que escapar a las regiones no ocupadas.
El primer testigo se llama Sergiy Barannyk, que estaba preparando la exposición El escritor Mykola Gogol, protagonista de su propia obra antes de iniciarse la guerra. Cuando comenzaron los bombardeos¡, Sergiy comprendió que tenía que huir de la ciudad. «No sé qué ha pasado con mi colección, con mi taller ni con muchos talleres de otros artistas. Ni tampoco sé cómo están esos colegas que han tenido que huir a distintas ciudades y países», explica.
Tetiana Buli, la directora del Museo de Bellas Artes Arjip Kuindzhi cuenta que el edificio del museo ardió por completo en el bombardeo, junto con la colección de más de 2.000 obras de pintura de todas las escuelas ucranianas que se guardaban en la segunda planta. «Los fascistas rusos han robado la riquísima colección de artistas ucranianos como Victor Arnautoff , discípulo de Diego Rivera», comenta.
Galyna Batychko es directora de la sucursal de la Academia de Bellas Artes de Kiev, recién construida en la ciudad de Mariúpol. Ella escribe: «En estos momentos el edificio de la Academia ha sido destruido. Los rusos han quemado la biblioteca y han robado todos los recursos que usamos para enseñar arte. Los estudiantes y profesores han perdido sus casas y han huido a otras regiones para salvar sus vidas». Así funciona el genocidio. El espacio espiritual se limpia completamente para decir que el arte ucraniano nunca ha existido y para bautizar como ruso lo que sobrevivirá a los bombardeos y saqueos. ¡Nunca permitiremos que la memoria sobre la Mariúpol artística ucraniana sea borrada!
--------
Oleksandr Pronkevych es catedrático de Literatura Española en la Universidad de Mykolaiv
Anteriores entregas
21 de mayo Iván Frankó, el divulgador de la literatura española en Ucrania
20 de mayo El genocidio en Ucrania
18 de mayo Carta de un soldado: «Me siento feliz en Mykolaiv»
17 de mayo «Stefania», el homenaje a la madres de Kalush Orchestra
16 de mayo Nostalgia
14 de mayo Los desastres de la guerra (versión siglo XXI)
13 de mayo Mi Galicia
12 de mayo Un congreso cultural pospuesto
11 de mayo El desfile de Putin y el esturión podrido
9 de mayo Gregorio Skovorodá
8 de mayo Regalos para la fiesta
7 de mayo La guerra patriótica de Ucrania
4 de mayo Ucrania celebrará el 8 de mayo el Día de la Victoria
3 de mayo Historia del día de la victoria
1 de mayo Anabel
30 abril La resurrección de Ucrania
29 de abril Otra vez sobre el Instituto Cervantes en Moscú
28 de abril Escaparse de la zona ocupada
27 de abril El «Guernica» de Picasso
26 de abril La resistencia al invasor, en los memes de la Pascua ortodoxa
24 de abril El Día del Libro
23 de abril La tragedia del sur de Ucrania
22 de abril El Jueves Limpio
21 de abril Una parábola sobre las burbujas
20 de abril El Martes Grande en Ucrania
19 de abril La Pascua de Resurrección y el Domingo de Palma en Leópolis
18 de abril Las noticias de Mykolaiv
15 de abril Las diosas enfurecidas
13 de abril Hobbit y Gandalf
12 de abril La primavera
11 de abril La batalla por el «borsch»
10 abril Mi facultad en la guerra
9 de abril Folclore de la guerra
8 de abril El escándalo de una traducción
7 de abril ¿Qué es la rusofobia?
6 de abril Sigo recibiendo cartas
5 de abril El genocidio y la cultura rusa
4 de abril El destino de una familia hispano-ucraniana
3 de abril: Esperando la ofensiva rusa sobre el Dombás
2 de abril: Proyección interrumpida de películas
1 de abril: Oda al teléfono celular
31 de marzo: Llorad y rezad por Petro
30 de marzo: Cómo derrotar al enemigo muy rápido y con pocas bajas
29 de marzo: El 28 de marzo
28 de marzo: ¿Podemos repetir?
27 de marzo: Un primer balance de los 30 días de la invasión rusa
26 de marzo: Humor en la guerra
25 de marzo: Educación sentimental
24 de marzo: Una pregunta maldita
23 de marzo: Nuevos bombardeos en la ciudad de san Nicolás
22 de marzo: Las familias rotas que deja el conflicto
21 de marzo: Imbuidos del espíritu quijotesco
20 de marzo: La carta de mi estudiante
18 de marzo: Pensando en mi universidad
17 de marzo: Así intentaron silenciarme con porno ruso
15 de marzo: Golpea a los tuyos para que otros se asusten
14 de marzo: El domingo siempre es domingo
13 de marzo: Día 15. ¿Debe cerrar el Instituto Cervantes de Moscú?
12 de marzo: El papel de los hispanistas de Ucrania en la guerra con Rusia
11 de marzo: Mi encuentro en Leópolis con el periodista de La Voz de Galicia
10 de marzo: Nos hicimos refugiados
8 de marzo: Las últimas horas en la ciudad de san Nicolás
7 de marzo: Protegidos por san Nicolás
6 de marzo: La ciudad de san Nicolás
5 de marzo: Ucrania: dos referencias literarias
4 de marzo: Por qué ha fracasado la guerra relámpago
3 de marzo: Ucrania resiste y vive
2 de marzo: Mis peores temores
1 de marzo: El columpio de esperanzas y temores
28 de febrero: Tanques en Mykolaiv
27 de febrero: Rezad por Kiev
24 de febrero: «¡Feliz cumple, profesor!» (Sé que puede ser el último de mi vida)