El nacionalismo es el fantasma que asusta a los librepensadores. Algunos años antes de la guerra afronté el hecho de que mis colegas europeos comprendiesen este concepto solamente como ansia de establecer la superioridad de una nación en las relaciones con otras naciones. Los nacionalistas —los políticos y los ciudadanos que implementaban en la práctica esta idea— siempre fueron presentados como fanáticos radicales. Nunca me pude explicar cómo una interpretación tan primitiva pudo ganar popularidad en las sociedades informadas porque ampliamente se conocían las teorías que interpretaban el nacionalismo como una ideología proteica, flexible, que existe en una variedad enorme de formas, no obligatoriamente agresivas y represivas. Existen nacionalismos defensivos, culturales, liberales, democráticos, etc.
La manipulación terminológica con el concepto de nacionalismo jugó malas pasadas a mi país. Putin invertía millones de dólares en su propaganda para difundir en el mundo la creencia de que Ucrania es el nido del nacionalismo neonazi. Los resultados de esta estrategia informativa se sentían bien en Europa, y, concretamente, en España. En el 2014, los voluntarios de la izquierda española se fueron al Dombás para combatir contra los nacionalistas ucranianos. De vez en cuando por motivos «nacionalistas» surgían escándalos. El caso más famoso fue la persecución del futbolista Roman Zozulia por los aficionados del Rayo Vallecano. Me entrevistaban en aquella época y no me cansaba de repetir que Ucrania y los ucranianos no son nacionalistas, por lo menos, no son nacionalistas radicales. «¿Cómo una nación puede ser nacionalista si los nacionalistas en sus buenos tiempos fueron representados en el Parlamento ucraniano al nivel del 5-6 % y, en los malos tiempos, no tenían bastantes votos para convertirse en grupo parlamentario?», preguntaba y preguntaba yo, pero me escuchaban repitiendo lo mismo: los ucranianos son nacionalistas fascistas, su iglesia es nacionalista, su lengua es nacionalista, su pan y tierras también son nacionalistas. A lo que ha llevado esta retórica ahora lo sabe todo el mundo: la Rusia ultranacionalista neonazi está en Ucrania para «desnazificarla» con la ayuda del genocidio.
¿Hasta qué punto es Ucrania nacionalista? No se puede negar que el sentimiento nacionalista, que muchos ciudadanos del país siempre compartieron, está creciendo rápido y está abarcando a nuevos seguidores. Es natural y comprensible, porque es la reacción defensiva instintiva en una situación en la que los rusos intentan exterminarnos. Al mismo tiempo, este sentimiento no es sectario ni fanático. Tampoco se basa en factores étnicos o raciales o lingüísticos como ocurre con el nacionalismo radical. El nacionalismo ucraniano contemporáneo no es totalizador. La comunidad imaginada de la nación ucraniana está agrupándose alrededor de los valores fundamentales: la libertad y la dignidad humana. Por estos ideales están muriendo en los campos de batalla hombres y mujeres étnicamente ucranianos, rusos, tártaros, judíos, armenios, griegos, búlgaros… La etnia no importa. Lo que importa es la lengua, pero no como herramienta de exterminio, sino como un factor identificador: hablar la lengua ucraniana hoy en día significa demostrar que somos individuos libres.
En este sentido, Ucrania es nacionalista. Y está bien.
Anteriores entregas
7 de junio Guerra, ¿cómo te llamas?
5 de junio Pushkin ha vuelto
4 de junio Escuchen las voces de Ucrania
3 de junio El verano de nuestra victoria
2 de junio El arte de pasar el sábado en Mykolaiv
31 de mayo ¿Es Rusia fascista?
30 de mayo Sobre los asuntos eclesiásticos
29 de mayo Lesya Ukrainka
27 de mayo La guerra y el tiempo
26 de mayo Releyendo mi diario
25 de mayo Moisés
24 de mayo ¿Adiós Pushkin?
22 de mayo La tragedia de la Mariúpol artística
21 de mayo Iván Frankó, el divulgador de la literatura española en Ucrania
20 de mayo El genocidio en Ucrania
18 de mayo Carta de un soldado: «Me siento feliz en Mykolaiv»
17 de mayo «Stefania», el homenaje a la madres de Kalush Orchestra
16 de mayo Nostalgia
14 de mayo Los desastres de la guerra (versión siglo XXI)
13 de mayo Mi Galicia
12 de mayo Un congreso cultural pospuesto
11 de mayo El desfile de Putin y el esturión podrido
9 de mayo Gregorio Skovorodá
8 de mayo Regalos para la fiesta
7 de mayo La guerra patriótica de Ucrania
4 de mayo Ucrania celebrará el 8 de mayo el Día de la Victoria
3 de mayo Historia del día de la victoria
1 de mayo Anabel
30 abril La resurrección de Ucrania
29 de abril Otra vez sobre el Instituto Cervantes en Moscú
28 de abril Escaparse de la zona ocupada
27 de abril El «Guernica» de Picasso
26 de abril La resistencia al invasor, en los memes de la Pascua ortodoxa
24 de abril El Día del Libro
23 de abril La tragedia del sur de Ucrania
22 de abril El Jueves Limpio
21 de abril Una parábola sobre las burbujas
20 de abril El Martes Grande en Ucrania
19 de abril La Pascua de Resurrección y el Domingo de Palma en Leópolis
18 de abril Las noticias de Mykolaiv
15 de abril Las diosas enfurecidas
13 de abril Hobbit y Gandalf
12 de abril La primavera
11 de abril La batalla por el «borsch»
10 abril Mi facultad en la guerra
9 de abril Folclore de la guerra
8 de abril El escándalo de una traducción
7 de abril ¿Qué es la rusofobia?
6 de abril Sigo recibiendo cartas
5 de abril El genocidio y la cultura rusa
4 de abril El destino de una familia hispano-ucraniana
3 de abril: Esperando la ofensiva rusa sobre el Dombás
2 de abril: Proyección interrumpida de películas
1 de abril: Oda al teléfono celular
31 de marzo: Llorad y rezad por Petro
30 de marzo: Cómo derrotar al enemigo muy rápido y con pocas bajas
29 de marzo: El 28 de marzo
28 de marzo: ¿Podemos repetir?
27 de marzo: Un primer balance de los 30 días de la invasión rusa
26 de marzo: Humor en la guerra
25 de marzo: Educación sentimental
24 de marzo: Una pregunta maldita
23 de marzo: Nuevos bombardeos en la ciudad de san Nicolás
22 de marzo: Las familias rotas que deja el conflicto
21 de marzo: Imbuidos del espíritu quijotesco
20 de marzo: La carta de mi estudiante
18 de marzo: Pensando en mi universidad
17 de marzo: Así intentaron silenciarme con porno ruso
15 de marzo: Golpea a los tuyos para que otros se asusten
14 de marzo: El domingo siempre es domingo
13 de marzo: Día 15. ¿Debe cerrar el Instituto Cervantes de Moscú?
12 de marzo: El papel de los hispanistas de Ucrania en la guerra con Rusia
11 de marzo: Mi encuentro en Leópolis con el periodista de La Voz de Galicia
10 de marzo: Nos hicimos refugiados
8 de marzo: Las últimas horas en la ciudad de san Nicolás
7 de marzo: Protegidos por san Nicolás
6 de marzo: La ciudad de san Nicolás
5 de marzo: Ucrania: dos referencias literarias
4 de marzo: Por qué ha fracasado la guerra relámpago
3 de marzo: Ucrania resiste y vive
2 de marzo: Mis peores temores
1 de marzo: El columpio de esperanzas y temores
28 de febrero: Tanques en Mykolaiv
27 de febrero: Rezad por Kiev
24 de febrero: «¡Feliz cumple, profesor!» (Sé que puede ser el último de mi vida)