A Mijaíl Buznik no le gusta cuando le llaman poeta porque su estilo es algo extraordinario. Sus textos son epifanías transliteradas a la lengua terrestre en forma de narrativas fragmentadas enriquecidas por metáforas celestiales y escritas en versos libres. Sus obras son la mística cristiana creada en el siglo XXI.
Nos conocimos hace muchos años en Mykolaiv. Sus antepasados de varias generaciones están enterrados en nuestros cementerios. Su linaje está inscrito en la historia de la ciudad. Su padre Viktor (Crisóforo) Buznik era académico e ingeniero genial. Una de las calles de Mykolaiv lleva su nombre porque él era el rector de la Universidad de la Construcción Naval en los años sesenta. Es la misma universidad que fue destruida por los cohetes rusos. Hablé con Mijaíl Buznik unos días después del bombardeo fatal y él me contó una anécdota profética sobre cómo su padre había visitado la construcción de aquel mismo edificio dañado por los invasores. «Hay que fortalecer bien las paredes», insistía Viktor Buznik hablando con el arquitecto yugoslavo. Este último no comprendía para qué debía hacerlo porque no creía que otra guerra pudiera llegar a Mykolaiv algún día. Ahora vemos que Viktor Buznik, el hombre que conocía la Segunda Guerra Mundial, tenía razón: las paredes fortalecidas como resultado de su perseverancia han resistido el golpe horrible.
Mijaíl Buznik era muy joven cuando pasó esta historia, pero me imagino qué dolor le causó la noticia sobre el bombardeo de la universidad en la que su padre había invertido su energía y talento. Otros acontecimientos de la guerra hacen su dolor más agudo. Le duele su casa de la que él está separado y en la que pasábamos horas hablando sobre música, filosofía, literatura, sobre Sergiy Paradzhanov, con quien Mijaíl Buznik mantenía relaciones amistosas. Le duele la tragedia de Mykolaiv. Mijaíl Buznik es autor de una obra teatral ambientada en el astillero Chernomorski en el momento en el que se construía el crucero Moskva, hundido por el Neptuno ucraniano. Le duele Ucrania. Aunque Mijaíl Buznik vive en Moscú, lleva en su corazón las memorias sobre Mykola Bazhán, uno de los escritores más grandes de nuestra literatura. El clásico ucraniano apoyó a Mijaíl Buznik cuando sus padres habían fallecido. Él tenía 18 años y estudiaba química en la Universidad Estatal de Kiev Tarás Shevchenko. Entre sus mejores amigos estaban el director de cine más dotado, el Fellini ucraniano, Leonid Osyka; la actriz Antonina Leftiy, el representante de la vanguardia musical ucraniana Volodymyr Gubá: todos ahora son figuras legendarias de la cultura ucraniana. Y le duele su familia: su esposa y su hijo refugiados en París. Él les manda dinero y pide que sus amigos les asistan, pero es tan poco que no puede curarle el alma, que se le está haciendo pedazos.
He hablado sobre Mijaíl Buznik porque quiero que él se quede conmigo en mi diario. Su dolor es parte de mí mismo y de la crónica de mi ciudad, de mi país y de esta guerra maldita.
Anteriores entregas
22 de agosto En vísperas del Día de la Independencia
20 de agosto Otras dos bombas en la Universidad Petro Mohyla
18 de agosto Dos cohetes han caído en la Universidad Petro Mohyla
17 de agosto Asol ya es otra
16 de agosto La guerra como cotidianidad
15 de agosto ¡Dios mío! ¿Habéis visto esto?
14 de agosto El teatro sádico de la guerra
11 de agosto La «mancha negra» para la Universidad Petro Mohyla
9 de agosto Maik Yohansen
7 de agosto Las profesoras refugiadas
5 de agosto La Pasionaria del equipo Shakespeare
4 de agosto La Casa de los Oficiales de la Marina
2 de agosto Sobre el hombre inútil
31 de julio ¡Viva la universidad de Cádiz!
29 de julio Las historias de los muñecos
27 de julio El Renacimiento fusilado
26 de julio Ligero de equipaje
25 de julio El festival de cine en los sótanos
24 de julio Los efectos de la guerra en el medio ambiente
22 de julio Salvando al soldado gato
21 de julio La boa y el elefante
19 de julio ¿Será Ucrania una nueva Atlántida?
17 de julio Historia de Ucrania en cuatro mapas
16 de julio El terror aéreo
14 de julio Masyanya. Episodio 162
13 de julio Natalena Koroleva, la escritora ucraniana española
12 de julio «Ukraïner» en español
10 de julio David y Goliat
7 de julio ¿Por qué Mariúpol ha sufrido tanto?
6 de julio Conversación bajo la tormenta bíblica
5 de julio Iya kiva
4 de julio Saludos desde el sur de Ucrania
3 de julio Esqueletos en el armario
2 de julio ¿Adónde hemos llegado?
1 de julio Santa Teresa de Ávila y la cultura ucraniana
30 de junio El desfile de las orquestas bajo el sonido de las alertas aéreas
28 de junio El doctor Jekyll se quita la máscara
27 de junio Triste final de curso universitario en este 2022
26 de junio Ucrania renovará Europa
23 de junio La noche antes del examen
22 de junio El regreso a Europa
21 de junio El genocidio no es un pretexto informativo
20 de junio Cuando el helecho florece
18 de junio No es fácil hablar sobre la guerra
17 de junio Los dibujos animados contra la guerra
16 de junio Mirando vídeos de mis estudiantes
15 de junio El vals de la despedida
12 de junio Ucrania en la revista TTAK
10 de junio Los girasoles, el símbolo de Ucrania
9 de junio ¿Es Ucrania nacionalista?
7 de junio Guerra, ¿cómo te llamas?
5 de junio Pushkin ha vuelto
4 de junio Escuchen las voces de Ucrania
3 de junio El verano de nuestra victoria
2 de junio El arte de pasar el sábado en Mykolaiv
31 de mayo ¿Es Rusia fascista?
30 de mayo Sobre los asuntos eclesiásticos
29 de mayo Lesya Ukrainka
27 de mayo La guerra y el tiempo
26 de mayo Releyendo mi diario
25 de mayo Moisés
24 de mayo ¿Adiós Pushkin?
22 de mayo La tragedia de la Mariúpol artística
21 de mayo Iván Frankó, el divulgador de la literatura española en Ucrania
20 de mayo El genocidio en Ucrania
18 de mayo Carta de un soldado: «Me siento feliz en Mykolaiv»
17 de mayo «Stefania», el homenaje a la madres de Kalush Orchestra
16 de mayo Nostalgia
14 de mayo Los desastres de la guerra (versión siglo XXI)
13 de mayo Mi Galicia
12 de mayo Un congreso cultural pospuesto
11 de mayo El desfile de Putin y el esturión podrido
9 de mayo Gregorio Skovorodá
8 de mayo Regalos para la fiesta
7 de mayo La guerra patriótica de Ucrania
4 de mayo Ucrania celebrará el 8 de mayo el Día de la Victoria
3 de mayo Historia del día de la victoria
1 de mayo Anabel
30 abril La resurrección de Ucrania
29 de abril Otra vez sobre el Instituto Cervantes en Moscú
28 de abril Escaparse de la zona ocupada
27 de abril El «Guernica» de Picasso
26 de abril La resistencia al invasor, en los memes de la Pascua ortodoxa
24 de abril El Día del Libro
23 de abril La tragedia del sur de Ucrania
22 de abril El Jueves Limpio
21 de abril Una parábola sobre las burbujas
20 de abril El Martes Grande en Ucrania
19 de abril La Pascua de Resurrección y el Domingo de Palma en Leópolis
18 de abril Las noticias de Mykolaiv
15 de abril Las diosas enfurecidas
13 de abril Hobbit y Gandalf
12 de abril La primavera
11 de abril La batalla por el «borsch»
10 abril Mi facultad en la guerra
9 de abril Folclore de la guerra
8 de abril El escándalo de una traducción
7 de abril ¿Qué es la rusofobia?
6 de abril Sigo recibiendo cartas
5 de abril El genocidio y la cultura rusa
4 de abril El destino de una familia hispano-ucraniana
3 de abril: Esperando la ofensiva rusa sobre el Dombás
2 de abril: Proyección interrumpida de películas
1 de abril: Oda al teléfono celular
31 de marzo: Llorad y rezad por Petro
30 de marzo: Cómo derrotar al enemigo muy rápido y con pocas bajas
29 de marzo: El 28 de marzo
28 de marzo: ¿Podemos repetir?
27 de marzo: Un primer balance de los 30 días de la invasión rusa
26 de marzo: Humor en la guerra
25 de marzo: Educación sentimental
24 de marzo: Una pregunta maldita
23 de marzo: Nuevos bombardeos en la ciudad de san Nicolás
22 de marzo: Las familias rotas que deja el conflicto
21 de marzo: Imbuidos del espíritu quijotesco
20 de marzo: La carta de mi estudiante
18 de marzo: Pensando en mi universidad
17 de marzo: Así intentaron silenciarme con porno ruso
15 de marzo: Golpea a los tuyos para que otros se asusten
14 de marzo: El domingo siempre es domingo
13 de marzo: Día 15. ¿Debe cerrar el Instituto Cervantes de Moscú?
12 de marzo: El papel de los hispanistas de Ucrania en la guerra con Rusia
11 de marzo: Mi encuentro en Leópolis con el periodista de La Voz de Galicia
10 de marzo: Nos hicimos refugiados
8 de marzo: Las últimas horas en la ciudad de san Nicolás
7 de marzo: Protegidos por san Nicolás
6 de marzo: La ciudad de san Nicolás
5 de marzo: Ucrania: dos referencias literarias
4 de marzo: Por qué ha fracasado la guerra relámpago
3 de marzo: Ucrania resiste y vive
2 de marzo: Mis peores temores
1 de marzo: El columpio de esperanzas y temores
28 de febrero: Tanques en Mykolaiv
27 de febrero: Rezad por Kiev
24 de febrero: «¡Feliz cumple, profesor!» (Sé que puede ser el último de mi vida)