¿Qué es y cómo se produce una marejada ciclónica?

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El huracán Ian lleva asociado un fenómeno potencialmente devastador

28 sep 2022 . Actualizado a las 04:48 h.

Cuando arrancó la temporada de huracanes el pasado 1 de junio, todas las previsiones científicas anunciaban unos meses muy movidos en el Atlántico. Este año coinciden el fenómeno de La Niña y aguas muy cálidas en el Atlántico tropical. Es decir, un ambiente muy favorable. Pero, contra todo pronóstico, la anomalía ha sido la ausencia total de ciclones.

Sin embargo, la inquietante calma se ha terminado. En menos de un mes la actividad se ha vuelto completamente frenética, como si al vecino océano le entraran prisas o quisiera recuperar el tiempo perdido. En la última semana se han formado tormentas tropicales en muchas zonas de la cuenca atlántica, incluso más al norte de lo habitual.

El último ciclón tropical se llama Ian y se ha intensificado en muy poco tiempo. Ayer tocó tierra en Cuba como huracán de categoría 3. Sus vientos sostenidos han llegado a alcanzar los 205 kilómetros y ha descargado una cantidad enorme de agua sobre la isla.

Ahora, Ian pone rumbo a Florida. Se moverá lento y por el camino se encontrará con aguas muy calientes. No se espera que vaya a debilitarse. Más bien al contrario, nadie descarta que pueda seguir aumentando de nivel y, por tanto, la fuerza de sus vientos. Si lo hace, sería el primero de la temporada en alcanzar categoría 4.

El Centro Nacional de Huracanes (NHC) y el Centro Nacional de la Atmósfera y el Océano de Estados Unidos (NOAA) han informado que Ian reúne todas las condiciones para provocar una marejada ciclónica catastrófica. La previsión es que el agua pueda alcanzar hasta diez pies sobre la superficie, alrededor de unos tres metros de altura. Este fenómeno provoca que las inundaciones sean mucho más graves y, como consecuencia, se han realizado evacuaciones masivas en la costa de Florida ante su efecto potencialmente mortal. 

La marejada ciclónica se produce cuando los fuertes vientos del huracán soplan sobre el mar y generan una circulación vertical en el océano. Una vez que el ciclón alcanza las aguas someras o pocas profundas cerca de la costa, esa circulación vertical llega a ser perturbada por el fondo oceánico. Entonces, el agua ya no puede descender y penetra hacia tierra. Coincide además que la Luna está fase nueva y hay que sumar el avance del agua que genera la marea astronómica.

Además, Ian llega con las mareas equinocciales, las más intensas de todo el año. Tras los equinoccios de primavera y otoño la alineación entre el Sol, la Tierra y el satélite se encuentran prácticamente en el mismo plano y la fuerza gravitatoria aumenta todavía más.