Washington deja en libertad a los «narcosobrinos» de Maduro a cambio de siete presos norteamericanos
INTERNACIONAL
Los dos jóvenes, detenidos en el 2015 por la DEA por intentar vender cinco toneladas de cocaína en Haití, son sobrinos de Cilia Flores, esposa del mandatario venezolano
02 oct 2022 . Actualizado a las 19:29 h.El régimen de Nicolás Maduro canjeó este sábado a siete estadounidenses presos en Venezuela por dos sobrinos de la primera dama del país sudamericano, Cilia Flores, detenidos desde hace siete años en EE.UU. por narcotráfico. La decisión se interpreta como una nueva muestra de que el Gobierno de Joe Biden está negociando directamente con Caracas, y también de que en el mundo, y en el hemisferio occidental, hay una «nueva realidad» en la que el cuestionado mandatario venezolano «no puede ser aislado», según apuntan diversos analistas.
Efraín Campo Flores y Franqui Flores De Freitas, sobrinos políticos de Maduro, fueron canjeados el sábado por los exdirectivos de la petrolera estadounidense Citgo (propiedad de la compañía estatal venezolana PDVSA) José Pereira, José Luis Zambrano, Alirio José Zambrano, Jorge Toledo y Tomeu Vadell, encarcelados desde hace un lustro y todos con doble nacionalidad venezolana-estadounidense. A ellos se sumaron Matthew Heath, detenido desde el 2020 por la llamada operación Gedeón, y Osman Khan, apresado el pasado enero por haber entrado ilegalmente en Venezuela a través de la frontera con Colombia.
Operación encubierta en Haití
Los conocidos en Venezuela como los «narcosobrinos» de Maduro fueron apresados en el 2015, por intentar negociar la venta de cinco toneladas de cocaína en Haití con agentes encubiertos de la agencia antidroga estadounidense (DEA). Fueron condenados a 18 años de cárcel en el 2017.
«No es común» que Estados Unidos haga intercambios que involucren a narcotraficantes condenados, indicó a medios venezolanos Douglas Farah, periodista y consultor norteamericano en temas de seguridad nacional. Biden está ahora «más dispuesto» a hablar directamente con Maduro, señaló el analista.
Las razones para ello son la guerra en Ucrania, que hace más atractivo el petróleo venezolano, y el nuevo panorama regional, tras las victorias electorales de Gabriel Boric en Chile y Gustavo Petro en Colombia, que hacen que «ya no sea posible aislar a Maduro [...], pasó el momento», indica Farah.
A pesar de romper con la política de la era Trump (que insistía en que todo diálogo de EE.UU. con la «revolución bolivariana» debía ser liderado por la oposición venezolana), la Casa Blanca emitió un comunicado en el que señala que «nadie debería sacar ninguna conclusión» sobre la liberación de los primos Flores, que sin embargo no aparecen mencionados en ese texto. Algo en lo que coincide con la nota de prensa emitida al mismo tiempo por el régimen venezolano, que solo habla de «dos jóvenes injustamente presos en EE.UU.».
«La política de Estados Unidos hacia Venezuela no ha cambiado», subrayó un funcionario de Washington. «Creemos en un diálogo que conduzca a elecciones libres y justas», añadió.
Mientras tanto, la oposición venezolana difundió también un comunicado en el que afirma que no participó de ninguna manera en la negociación y que el canje «prueba una vez más que en Venezuela opera un régimen criminal, ligado al narcotráfico [...] cualquier gesto debe ir en la dirección de recuperar la institucionalidad democrática, derrotar a la dictadura y defender el respeto de los derechos humanos».