Biden planta cara a Arabia Saudí por recortar la producción de crudo
INTERNACIONAL
El presidente avisa de que reevaluará las relaciones con Riad, tras una decisión que puede afectar a las aspiraciones demócratas en las legislativas de noviembre
12 oct 2022 . Actualizado a las 21:41 h.Desde que en 1980 se extendió la teoría de la conspiración de que Ronald Reagan había pactado con el ayatolá Jomeini para que retrasara la liberación de los rehenes capturados en la embajada estadounidense y ganar así a Jimmy Carter, la llamada «sorpresa de octubre» planea cada dos años sobre las elecciones de EE.UU., que siempre se celebran en noviembre.
Esta vez la bomba le ha correspondido Arabia Saudí, con el anuncio de que la OPEP reducirá su producción de petróleo en dos millones de barriles, lo que a un mes de las legislativas puede suponer una sentencia de muerte para las aspiraciones demócratas de mantener el control de las cámaras, dudosa de por sí.
El martes el presidente, Joe Biden, respondió a las presiones de su partido para usar la mano dura contra el aliado Riad. «Cuando el Senado vuelva a reunirse vamos a replantear las relaciones con Arabia Saudí», amenazó en entrevista con CNN.
El príncipe heredero Mohamed bin Salman, cuya amistad con la familia Trump es conocida, seguramente había calculado la represalia. Si el aumento del precio de la gasolina se une al de la inflación y a la debilidad del Partido Demócrata, es muy probable que Biden no tenga oportunidad de cumplir su amenaza, porque los republicanos podrían tomar el control de las dos cámaras en enero si ganan el día 8.
Son muchos los que piensan que la reacción de Biden llega tarde. Durante la campaña prometió convertir al reino saudí «en un paria» de Estados Unidos, pero la crisis energética de la invasión de Ucrania y la influencia del coordinador de su Consejo Nacional de Seguridad, Brett McGurk, le hicieron incumplir esta promesa y rendir pleitesía al asesino del periodista del Washington Post Jamal Khashoggi con una humillante visita en julio, en la que chocó nudillos.
Desde el principio se sabía que aquello no iba bien. Bin Salman mandó a recibirlo al gobernador provincial, en lugar de algún alto cargo del Gobierno, y muy poco después de la reunión filtró que Biden no le había pedido explicaciones por el asesinato de Khashoggi. La decisión de reducir la producción de petróleo, a un mes de las elecciones, sería el colofón de su revancha por haberle criticado severamente durante la campaña y haber suspendido la ayuda militar destinada a alimentar su ofensiva contra Yemen.
Posibles castigos
El cálculo de Mohamed Bin Salman tiene un riesgo. Si fallan las predicciones y los demócratas retienen el control del Senado, el presidente del Comité de Asuntos Exteriores, Bob Menéndez, ha prometido caerle encima con todo lo que tiene. Desde severas leyes para cobrar responsabilidades a las petroleras saudíes por cualquier escape, al abrupto fin de cualquier contrato militar, que es lo que ha alimentado las relaciones entre ambos países desde 1940.
Este miércoles, Menéndez, subió la apuesta y se preguntó en la cadena MSNBC qué pasaría con las demandas interpuestas por las familias de las víctimas del 11-S, que culpan a Riad de estar detrás de los atentados en los que 15 de los 19 secuestradores eran saudíes.