El Gobierno de Meloni celebra como una victoria la marcha de un barco humanitario a un puerto francés

VALENTINA SAINI VENECIA / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Migrantes en Catania a bordo del barco Geo Barent reclaman «ayuda».
Migrantes en Catania a bordo del barco Geo Barent reclaman «ayuda». ORIETTA SCARDINO | EFE

Francia autoriza al Ocean Viking a atracar en el puerto de Marsella. Este podría ser el final de un drama que ha mantenido en vilo a millones de italianos y europeos

09 nov 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

La derecha italiana está celebrando una victoria. Ayer martes, el Gobierno francés autorizó al barco humanitario Ocean Viking a atracar en el puerto de Marsella, quizás esta misma noche. Este podría ser el final de un drama que ha mantenido en vilo a millones de italianos y europeos; para los 234 migrantes a bordo del Ocean Viking (incluidos 55 menores, 43 de ellos no acompañados) sería el final de una pesadilla.

Matteo Salvini, viceprimer ministro y titular de Infraestructuras en el Gobierno de la ultraderechista Giorgia Meloni, fue de los primeros en comentar la noticia. En su página de Facebook apareció un post acompañado de una foto suya sonriendo que decía: «Ocean Viking, Francia abrirá el puerto de Marsella. Bien hecho, el aire ha cambiado». Según fuentes de Roma con las que habló La Voz, Salvini —líder del partido de extrema derecha Liga— está tratando de adjudicarse un resultado político que muchos votantes de derecha en las redes han acogido con entusiasmo. Un usuario escribió: «¡Entonces sí se puede!»; otro: «El país de los juguetes ya no existe, está acabado, cerrado». Un eurodiputado de la Liga comentó «Italia vuelve a ser respetada».

Un diputado centrista dijo a La Voz: «Salvini tiene mucha experiencia política y sabe bien que los electores le votan para frenar la inmigración pero este resultado no se debe a él, sino a Meloni y a la diplomacia italiana dirigida por [el ministro de Exteriores] Tajani. Evidentemente, Salvini y sus barones pretenden quitarle el protagonismo a Meloni».

Aunque la subida del precio de las facturas preocupa a muchos, la inmigración vuelve a estar en el centro del debate político en el país transalpino. Según el diputado centrista, es principalmente por Salvini, que al igual que Agrupación Nacional en Francia y Vox en España «es muy bueno dictando la agenda mediática y hablando a la gente».

Sacudiendo conciencias

Otra nave humanitaria, la Rise Above, pudo desembarcar el lunes por la noche a todos los 89 migrantes a bordo; la Humanity 1 atracó en el puerto de Catania (Sicilia) aunque no todas las personas a bordo pudieron desembarcar; lo mismo ocurrió a la Geo Barent, de Médicos Sin Fronteras (MSF).

La situación está sacudiendo las conciencias de los votantes, especialmente católicos y progresistas. El propio papa intervino comparando «el Mediterráneo con un cementerio, tal vez el más grande» y pidiendo al Gobierno dirigido por Meloni que ponga de su parte, pero pidiendo al mismo tiempo a Bruselas que ayude: «Cada Gobierno de la UE debe ponerse de acuerdo sobre el número de migrantes que puede recibir, adoptando una política de cooperación, no puede dejar a Chipre, Grecia, Italia y España responsables de todos los migrantes que llegan a las playas».

La oposición de centroizquierda reaccionó con dureza al caso de Ocean Viking. El secretario del Partido Demócrata (PD), Enrico Letta, acusó a la derecha de usar un «lenguaje inaceptable» y de tomar decisiones «contrarias a las normas internacionales». Muchos votantes de izquierdas señalaron que el primer ministro húngaro de extrema derecha, Viktor Orbán, diera las gracias al Gobierno italiano.

Por su parte, la portavoz de la Comisión Europea, Anitta Hipper, recordó el lunes a Meloni que los Estados miembros tienen el «deber moral» y la «obligación legal» de rescatar a los inmigrantes en el mar, independientemente de cómo lleguen.