Georgia, la lucha por el último escaño al Senado se convierte en la más cara de la historia
INTERNACIONAL
La candidatura del demócrata Warnock ha costado 400 millones de dólares, poco menos de lo que gastó Mitt Romney en su campaña presidencial contra Obama en el 2012
06 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Georgia ya no está solo en la mente de Ray Charles y de cuántos cantan a ritmo de soul la popular canción de Hoagy Carmichael. En el 2022 está en la mente de todos los estadounidenses que ponen atención a la política de su país. Dependiendo del swing que bailen los votantes este martes, la mayoría del Senado de EE.UU. recaerá en los brazos del Partido Demócrata o seguirá bailando con unos y otros.
En la más reñida batalla que se recuerda por el último asiento del Senado que se juega en estas elecciones, el senador Rafael Warnock lideraba este martes las encuestas por apenas un punto sobre la vieja estrella del fútbol americano Herschel Walker. Con ambos en empate técnico, todo es posible.
Prueba de la importancia de estas elecciones para la agenda del presidente Joe Biden es que entre el Partido Demócrata y el dinero que le ha llovido de fuera, la campaña de Warnock ha costado cerca de 400 millones de dólares, que es poco menos de lo que gastó Mitt Romney en su campaña presidencial contra Barack Obama en el 2012.
Warnock ganó la primera vuelta el mes pasado, pero no llegó a alcanzar el 50 % que requiere la ley del Estado para rematar la faena. Se supone que por eso debería partir como favorito, pero en realidad la estadística favorece a Walker.
Chase Olivier, candidato del Partido Libertario, obtuvo el 8 de noviembre 81.278 votos, más del doble de los que separan a Walker de Warnock. El republicano es el destinatario natural de los votos libertarios, una vez eliminado ese candidato. Además, cuenta también con el apoyo del gobernador Brian Kemp, que revalidó cómodamente su cargo con la precaución de no asociarse ni a él ni a nadie que apoyado por Donald Trump.
Una vez que ha asegurado su cargo, Kemp no tiene problema en hacer campaña por Walker para pedir que el senador de Georgia que salga hoy de las urnas «trabaje por Georgia, y no por la agenda de Biden», ha dicho en los mítines.
En condiciones normales la cómoda victoria de Kemp sobre la popular Stacey Abrams debería haber arrastrado hasta la victoria al ex jugador de fútbol americano por el que Trump había apostado, pero Walker tiene tantos cadáveres en el armario que los independientes conservadores no pudieron votarle ni tapándose la nariz. De lo que haga ese 5 % dependerá en buena parte el resultado de las elecciones.
A Walker no paran de salirle casos de violencia doméstica, abuso de poder, mujeres a las que pagó abortos -pese a declararse un firme opositor de ese derecho reproductivo-, un hijo experto en redes sociales que le considera el peor padre posible y hasta domicilios fuera del estado que ponen en entredicho su legitimidad como candidato por el estado de Georgia.
Con toda esa mochila cuesta creer que al Partido Demócrata le esté saliendo tan cara la reelección del primer senador afroamericano que haya dado el estado -388 millones de dólares-. Esta noche se sabrá si la apuesta ha valido la pena.