Los bolsonaristas asaltan el Parlamento, el Supremo y el palacio presidencial de Brasil
INTERNACIONAL
Seguidores del presidente saliente exigían un golpe de Estado militar para derrocar al izquierdista Lula
09 ene 2023 . Actualizado a las 10:27 h.Grupos de seguidores del expresidente brasileño Jair Bolsonaro lograron romper ayer los muros de seguridad montados por la Polícia Militar en la Explanada de los Ministerios en Brasilia, capital de Brasil, e invadieron la sede del Congresso Nacional, el palacio del Planalto, sede de la presidencia, y el Tribunal Supremo Federal (STF), en lo que se considera ya el intento de emular a los trumpistas en Estados Unidos al tomar el Capitolio en enero del 2021.
Poco antes de la medianoche, hora española, las fuerzas de seguridad brasileñas han recuperado el control del Congreso, del Palacio de Planalto -sede presidencial- y de la sede del Tribunal Supremo Federal, empleando medios antidisturbios y granadas aturdidoras, según informa O Globo. Los manifestantes continúan concentrados en la conocida como Explanada de los Ministerios que comunica todos estos edificios, ahora contenidos por un cordón de seguridad de los agentes.
Hasta ahora las autoridades han informado de que han sido detenidas 30 personas, aunque algunos medios informan de que los arrestados podrían superar ya ampliamente el centenar.
Los manifestantes, que protagonizaron actos de vandalismo y de carácter golpista, estaban concentrados en el Cuartel General del Ejército, en Brasilia, y descendieron en dirección a la mencionada explanada durante la tarde exigiendo un golpe de Estado de las Fuerzas Armadas y la detención del nuevo presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva.
Fuentes consultadas coinciden en señalar que se trató de una manifestación de carácter golpista, y que los bolsonaristas invadieron el palacio presidencial después de enfrentarse a las fuerzas de seguridad el día en que se cumplía la primera semana de mandato de Lula da Silva (PT). Precisamente, el presidente no se encontraba en Brasilia ya que había viajado a Araraquara (Sao Paulo) para acompañar a los lugareños y comprobar los destrozos causados por las intensas lluvias en la zona.
El presidente mantuvo una reunión de urgencia por videoconferencia con los ministros de Defensa, José Mucio Monteiro; de Justicia, Flavio Dino, y de Relaciones Institucionales, Alexandre Padilha. Decretó la intervención federal en el área de la seguridad de Brasilia, calificó de «barbarie» los graves altercados y aseguró que los «vándalos fascistas» que invadieron las sedes del Parlamento, el Supremo y la Presidencia serán «encontrados» y «castigados».
Acusación a Bolsonaro
Asimismo, designó a un nuevo responsable de la seguridad en la zona en sustitución de un aliado de Jair Bolsonaro, dentro de una batería de medidas que, en principio, estarán en vigor hasta el día 31. Y recordó que hay «varios discursos» de su predecesor en los que «alienta» la toma de los distintos poderes. «Esta también es su responsabilidad y la de los partidos que lo apoyaron», acusó. «Nunca se ha hecho en la historia de este país», se lamentó durante ese primer discurso en el que recordó sus derrotas electorales. La democracia, añadió, garantiza la libertad de expresión, «pero también exige el respeto de las instituciones».
Entretanto, los antidisturbios continuaban enfrentándose a los radicales en las inmediaciones de la plaza de los Tres Poderes, donde se ubican las sedes del Legislativo, Ejecutivo y Judicial. Policías antidisturbios lograron entrar al palacio presidencial. Poco antes, agentes de la seguridad del Tribunal Supremo Federal y de fuerzas de choque de la Policía Militar del Distrito Federal lograron recuperar el control de la sede del tribunal y más tarde de palacio presidencial. Los agentes utilizaron bombas lacrimógenas y chorros de agua contra los manifestantes. Algunos quedaron retenidos en el garaje del edificio. Las imágenes mostraban a asaltantes vestidos de verde y amarillo irrumpiendo en la sala principal de audiencias del alto tribunal y rompiendo cristales y mesas.
El gobernador del Distrito Federal de Sao Paulo, Ibaneis Rocha -aliado político del expresidente Jair Bolsonaro-, ha pedido disculpas por la situación «inaceptable» por la que simpatizantes del exmandatario han tomado las sedes de los tres principales poderes del Estado.
Rocha ha publicado un vídeo en redes sociales dirigido al presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, en la que se refiere a los asaltantes como «vándalos» y «terroristas». Además ha recordado sus recientes contactos con el ministro de Justicia y Seguridad Pública, Flávio Dino, con quien trató «todo ese movimiento que estaba llegando al Distrito Federal». «No nos dimos cuenta en ningún momento de que esas manifestaciones tomarían las proporciones que tomaron», se ha excusado.
El nuevo ministro de Justicia y Seguridad Pública, Fávio Dino, advirtió de que los intentos «absurdos» de imponer por la fuerza un golpe de Estado «no se impondrán». El presidente del Senado, Rodrigo Pacheco, criticó las acciones de los manifestantes, «que deben sufrir el rigor de la ley con urgencia», añadió.
El portavoz del bloque del Gobierno en el Congreso, Randolfe Rodrigues, abogó por la unión de los demócratas ante este ataque de «terroristas». «Los antidemócratas criminales no pueden andar libremente», indicó.
El asalto al Capitolio, el antecedente de quienes no asumen la derrota
Los seguidores de Bolsonaro se niegan a reconocer la victoria del izquierdista Lula da Silva
Mercedes Lodeiro
El asalto por manifestantes sin estar armados aparentemente de las más altas instituciones de Brasil como son el Congreso, el palacio presidencial y el Tribunal Supremo, es decir las sedes de los tres poderes del Estado, tiene su antecedente en lo sucedido en el Capitolio de Estados Unidos el 6 de enero del 2021, aunque ambos episodios tienen diferencias. Entonces, en Washington, partidarios del entonces presidente saliente de Estados Unidos, Donald Trump, irrumpieron en el Congreso violando la seguridad y ocupando partes del edificio durante varias horas inconformes con el resultado electoral. El suceso interrumpió una sesión conjunta del Poder Legislativo para contar los votos y certificar la victoria del demócrata Joe Biden en las elecciones presidenciales de 2020, triunfo que los trumpistas negaban. Ayer en Brasilia no había sesión en el Congreso, pero sí coinciden ambos actos en que los partidarios de Jair Bolsonaro también se niegan a reconocer la victoria de Lula da Silva. El propio Bolsonaro se fue de Brasil antes de que el líder del Partido de los Trabajadores asumiera el cargo para no entregarle la banda presidencial.