Daños por casi un millón de euros y robos de objetos de incalculable valor

H. E. RÍO DE JANEIRO / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Un agente recupera la cabeza de una estatua destruida en la sede del Tribunal Supremo.
Un agente recupera la cabeza de una estatua destruida en la sede del Tribunal Supremo. Andre Borges | EFE

Entre los objetos sustraídos está un reloj regalado por el rey francés Luis XIV, una perla de Catar y un balón firmado por Neymar

13 feb 2023 . Actualizado a las 17:52 h.

Decenas de operarios se afanan en reparar los cuantiosos desperfectos causados por los seguidores más radicales del expresidente Jair Bolsonaro en su asalto, el domingo, a las sedes de poder. Varios de ellos se ocupan de colocar paneles de madera en los destrozados ventanales de cristal de los edificios que albergan el Congreso, el Tribunal Supremo, y la sede de la presidencia, mientras otros barren los escombros e intentan borrar las pintadas de las paredes.

Las autoridades estiman que los desperfectos podrían superar los 800.000 euros, eso sin contar el valor de las obras de arte que vandalizaron los radicales y los robos tanto de esas obras como de los regalos ceremoniales que han recibido los presidentes, jueces y legisladores de Brasil, durante años, de manos de personalidades y políticos, tanto brasileños como de otros países. La presidencia asegura que las pérdidas son «incalculables» por la historia que tienen detrás.

El Gobierno dio parte de los objetos dañados, entre los que se incluye un reloj creado por Balthazar Martinot que fue un regalo del monarca francés Luis XIV al  rey Juan VI de Portugal en el siglo XVIII. Esa es una de las reliquias que está en peor estado, y que los expertos consideran más difíciles de restaurar.

Destrozadas, pisoteadas o rajadas aparecieron también obras como As Mulatas, del pintor brasileño Di Cavalcante, valorada en un millón y medio de dólares. 

También mobiliario antiguo, como la mesa de trabajo del presidente Juscelino Kubitscheck (1956-1961) quien precisamente fue el precursor y fundador de la capital, Brasilia, donde se produjeron las incursiones. 

Un balón de Neymar

Durante las siete horas que duró el asalto también fueron sustraídos regalos como una perla proveniente de Catar e incluso un balón firmado por el futbolista Neymar. Muchos de esos objetos estaban en la vitrina del salón Verde del Congreso.

Además, unos 4.000 ordenadores fueron golpeados o quemados, hasta quedar inservibles. Los manifestantes llegaron a arrancar y a exhibir las puertas donde los jueces del Supremo cuelgan sus togas.

El Gobierno ha movilizado ya a restauradores y expertos en obras de arte para intentar recuperar los desperfectos.