Cae Messina Denaro, el útimo mafioso del sangriento clan de los Corleone
INTERNACIONAL
El capo de la Cosa Nostra llevaba tres décadas huido y sobre él pesan varias cadenas perpetuas por múltiples crímenes, entre ellos el asesinato de los jueces Falcone y Borsellino
17 ene 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Sobre las nueve de la mañana de este lunes, el grupo especial ROS de los Carabineros detuvo a Matteo Messina Denaro, el último capo que quedaba en libertad del poderoso clan de los corleoneses de la Cosa Nostra. Fue detenido en un día lluvioso en la capital de Sicilia, Palermo, a las puertas de la clínica privada donde recibía tratamiento contra el cáncer desde hacía un año bajo una identidad falsa. No opuso resistencia. Las imágenes difundidas ayer, en las que aparece envuelto en un abrigo de piel marrón, con gorro a juego, son las primeras en 30 años de un hombre sobre el que pesan varias cadenas perpetuas por múltiples asesinatos (entre otros crímenes) y huido de la Justicia desde el verano de 1993. Las personas que se encontraban en la calle en aquel momento aplaudieron, mientras algunos agentes se abrazaban.
Su detención es un acontecimiento histórico en la lucha contra la mafia. La primera ministra Giorgia Meloni viajó a Sicilia para celebrar «la gran victoria del Estado, que demuestra que no se rinde ante la mafia» y proponer instaurar el 16 de enero como el día de la lucha contra el crimen organizado. «Aunque su detención no basta por sí sola para acabar con la mafia en Sicilia, no cabe duda de que tiene un gran valor simbólico», afirmó a La Voz Federico Varese, profesor de Criminología de la Universidad de Oxford.
Messina Denaro no solo fue durante años el capo dei capi, el jefe máximo de la Cosa Nostra, sino que formó parte de ella desde muy joven y conoce muchos de los secretos más oscuros de la organización. Incluidas sus relaciones con políticos y funcionarios que durante mucho tiempo han proporcionado apoyo, información y protección a la mafia.
Los años más sangrientos
Entre 1992 y 1993, Italia vivió los años más sangrientos a cuenta de la Cosa Nostra: los asesinatos de los jueces antimafia Giovanni Falcone y Paolo Borsellino, los atentados en Florencia, Roma y Milán en los que murieron diez personas, y el terrible secuestro de Giuseppe di Matteo, de 12 años, en un intento de obligar a su padre, un exmafioso, a no colaborar con los investigadores. Tras casi 800 días de cautiverio, el niño fue asesinado y disuelto en ácido.
El hermano del juez Borsellino teme que la detención sea el resultado de algún tipo de intercambio. Pero ahora Messina está en manos del Estado, y los investigadores italianos tienen una oportunidad única. Según explica a La Voz el profesor Antonio Nicaso, analista internacional especializado en la mafia, «Messina era el último de los jefes estratégicos que prepararon y ejecutaron las masacres de 1992 y 1993 que seguía en libertad. Conoce secretos que, si decidiera revelar, obligarían a muchos, incluso en las altas esferas, a enfrentarse por fin a la Justicia».
Messina Denaro probablemente seguirá el camino de los otros jefes del clan de los corleoneses y morirá en prisión, sin revelar nada. Pero quizá él, aficionado a la vida acomodada y a las mujeres (entre sus apodos figuran Diabolik y Playboy), opte por colaborar con los investigadores para evitar el régimen penitenciario de aislamiento duro que la ley italiana prevé para mafiosos de su talla, el llamado 41 Bis. Según Nicaso, esta es ahora la gran incógnita, una incógnita que hace temblar a muchos.
Messina Denaro, el último padrino
Todo el mundo en Italia sabe quién es Matteo Messina Denaro, y la noticia de su detención tras tres décadas prófugo entusiasmó a muchos en el país transalpino, que lo veían como el último símbolo del gran poder de la mafia siciliana, la Cosa Nostra.
Nacido en abril de 1962 en Castelvetrano, una pequeña ciudad de la provincia de Trapani (Sicilia occidental) famosa por las espléndidas ruinas de la antigua ciudad griega de Selinunte, Messina Denaro siguió el camino marcado por su padre Francesco, alias Don Ciccio, agricultor y mafioso de cierta relevancia. Probablemente fue él quien introdujo a su hijo en la organización, pero quizá no imaginaba que se convertiría con el paso del tiempo en uno de los delincuentes más buscados de Italia.
Messina Denaro solo tenía 27 años cuando fue denunciado por asociación mafiosa. Pronto llegó a los niveles más altos del clan de los Corleone, el grupo criminal que entonces estaba en la cúspide de la Cosa Nostra; en la década de 1990, ese clan protagonizó algunos de los crímenes más terribles de la historia de la Italia democrática.
Tras participar en la organización de los atentados de 1992 y 1993, Messina Denaro escapó de la Justicia. Tras unas vacaciones en Forte dei Marmi con sus hermanos se le perdió el rastro. En una carta a su novia escribió: «Me describirán como un demonio, pero todo es falso».
En muchos aspecto Messina difiere de los demás capos. Nunca se ha casado, algo poco frecuente en una organización tan tradicionalista como la mafia, aunque eso no le ha impedido en sus 30 años de prófugo tener muchas parejas, una hija (que recibió el apellido de su madre) y un nieto. Al contrario que capos como Riina y Provenzano, escondidos en pésimas condiciones, Messina amaba el lujo, los viajes, los automóviles y la ropa, como deja claro el reloj de 35.000 euros que llevaba al ser detenido.