Tiene a una decena de periodistas entre rejas con «acusaciones fabricadas para castigarlos por su labor de investigación»
29 ene 2023 . Actualizado a las 05:00 h.La inédita resolución de condena hace una semana del régimen marroquí por parte del Parlamento Europeo, provocada por el escándalo de corrupción en el que están involucradas diversas personalidades de la propia Eurocámara, ha puesto el foco sobre las violaciones a la libertad de prensa en el país magrebí. De hecho, el texto exige la liberación inmediata de los periodistas encarcelados en Marruecos.
La reacción de las autoridades marroquíes ha sido furibunda, y en una sesión conjunta extraordinaria de las dos Cámaras legislativas, se aprobó una moción que exige «revisar las relaciones con el Parlamento Europeo», y se acusa a las instituciones de la UE de «injerencia» en el sistema judicial marroquí. Otras instituciones del país, como la judicatura, también han cargado duramente contra los países europeos. Este conflicto ocurre a pocos días de la reunión de alto nivel entre España y Marruecos, prevista para el próximo 1 de febrero.
De acuerdo con el último ránking anual sobre la libertad de prensa en el mundo elaborado por Reporteros Sin Fronteras (RSF), Marruecos ocupa el lugar 135, dentro del grupo de naciones donde la situación es definida como «difícil». Ahora mismo, Marruecos es el país del Magreb que cuenta con más periodistas entre rejas. Según RSF, son una decena, buena parte de ellos saharauis.
Ahora bien, los tres más prominentes son marroquíes: Omar Radio, Taufik Boucharine y Suleiman Raissouni. Todos ellos fueron condenados a largas penas, de entre cinco y quince años de cárcel, por cargos relativos a delitos sexuales. «Hemos estudiado a fondo sus casos, y hemos concluido que las acusaciones fueron fabricadas para castigar a estos periodistas por su labor como periodistas de investigación», explica Edith Rodríguez, responsable de RSF en Marruecos.
Campañas de difamación
De acuerdo con esta investigadora, el régimen utiliza este tipo de acusaciones para evitar dañar su imagen internacional. «Es una nueva estrategia que nos complica la vida a las oenegés como nosotros o a las que defienden los derechos humanos. Antes, con el padre del actual rey, sí se encarcelaba a los periodistas con cargos directamente relacionados con la libertad de expresión», sostiene Rodríguez. Pero esta no es la única estrategia para ahogar a los periodistas críticos. Los servicios de seguridad o empresarios muy cercanos a palacio han ido comprando o creando un puñado de medios de comunicación con el único objetivo de lanzar campañas de difamación contra las voces críticas, incluidos otros periodistas.
«En Marruecos queda algún medio realmente independiente on line, pero en papel, han desaparecido todos», lamenta Maati Monjib, un reportero de investigación que fue encarcelado durante varios meses en el 2021, y que al ser liberado vio cómo todos los medios con los que colaboraba cortaban relaciones con él.
La resolución del Parlamento Europeo mencionaba de forma expresa el caso de Omar Radio, el último reportero en ser condenado. Su padre, Idriss Radio, denuncia el duro régimen penitenciario al que se ve sometido y que califica de «venganza»: «En contra de la propia legislación marroquí, está en régimen de aislamiento. No le dejan salir a pasear al patio y hablar con los demás presos. Tampoco se puede comunicar con el mundo exterior. Solo le dejan llamar a la familia dos veces al mes, y a menudo, el teléfono está sospechosamente averiado».