La primera ministra conservadora olvida el tono beligerante de cuando estaba en la oposición y despliega una política exterior tranquilizadora
30 ene 2023 . Actualizado a las 10:57 h.El corte a 'lo Meloni', la última moda en las peluquerías de señoras en Italia, es el mejor reflejo de lo alta que mantiene su popularidad Giorgia Meloni cuando se cumplen cien días desde que juró su cargo como primera ministra. Aunque su llegada al poder el pasado mes de octubre suscitó preocupación en la Unión Europea al ver cómo se formaba en Roma el Gobierno más a la derecha desde la Segunda Guerra Mundial, lo cierto es que la líder de la coalición conservadora ha adoptado en este tiempo una postura mucho más moderada que cuando estaba en la oposición.
Muy preocupada de no asustar a sus aliados internacionales, Meloni ha desplegado una tranquilizadora política exterior para reafirmar la posición de Italia ante la Unión Europea y también frente a la OTAN, apoyando sin fisuras a Ucrania frente a la invasión rusa al mantener el envío de armas a Kiev.
En el terreno doméstico, en cambio, empiezan a surgir las primeras grietas en la coalición que forma su partido, Hermanos de Italia (HdI), con la Liga de Matteo Salvini y Forza Italia, la formación política de Silvio Berlusconi. La planeada reforma judicial ha propiciado fricciones entre los aliados hasta el punto de que el portavoz de Meloni tuvo que publicar recientemente una llamativa nota en la que «lamentaba desilusionar» a quienes hablan de divisiones, garantizando que los ministros trabajan «en plena sinergia» y en medio de un «óptimo clima».
También las encuestas vislumbran el posible final de la 'luna de miel' de este primer período: esta semana HdI comenzó a retroceder en los sondeos tras meses de continuo crecimiento. Se mantiene, en cualquier caso, como primera fuerza política con más del 30 % en intención de voto, cuatro puntos por encima del resultado obtenido en los comicios del pasado mes de septiembre.
«Hay una evidente desproporción entre la discontinuidad radical frente a los Gobiernos anteriores que prometía Meloni durante la campaña electoral y lo que ha hecho desde que llegó al poder», afirma Michele Prospero, profesor de ciencias políticas en la Universidad La Sapienza de Roma. «Es un caso más en el que la montaña parió un ratón», cuenta echando mano de la célebre fábula. «El Ejecutivo ha superado el examen de estos 100 primeros días sin grandes errores ni tampoco grandes éxitos. No ha hecho nada particularmente incisivo que dé una señal de cambio político u económico. Básicamente ha continuado con el camino del anterior Gobierno, liderado por Mario Draghi, como se ha visto en la aprobación de los Presupuestos sin recibir grandes críticas», comenta por su parte Sofia Ventura, profesora de ciencias políticas en la Universidad de Bolonia.
Elecciones en Lombardía
La primera oportunidad para medir en las urnas la marcha del Gobierno llegará el 13 de febrero, cuando se celebran elecciones regionales en Lombardía y Lacio, los dos territorios más poblados del país. En ambos casos los sondeos prevén una clara victoria de los candidatos de la coalición de derechas, lo que debería ayudar a mantener la paz entre los socios del Ejecutivo. Los equilibrios internos, no obstante, pueden alterarse en caso de que HdI continúe comiéndole el terreno a la Liga en su bastión histórico del norte del país, como ocurrió en las elecciones de septiembre. «Salvini salió muy debilitado de los últimos comicios y su partido puede poner en duda su liderazgo si sigue retrocediendo», advierte Ventura. A las tranquilas perspectivas de futuro que se le presentan a Meloni contribuye el estado comatoso en que se encuentra la principal fuerza opositora, el Partido Democrático (PD). Su líder, Enrico Letta, presentó su dimisión tras la debacle de los comicios de septiembre, tras los cuales el PD comenzó una fase de reflexión interna que concluirá con la celebración de elecciones primarias el 26 de febrero para dotarse de un nuevo secretario general.
Hasta entonces el Gobierno no tiene que temer apenas ataques por parte de esta partido de centroizquierda; tampoco el Movimiento 5 Estrellas y el centrista Tercer Polo, las otras dos fuerzas opositoras, suponen una amenaza seria para los intereses de Meloni. «Creo que podrá gobernar sin grandes preocupaciones al menos hasta las elecciones europeas del 2024», prevé Prospero, recordando no obstante que en la política italiana nunca pueden descartarse eventuales crisis derivadas de las «rivalidades y egoísmos» dentro de los partidos y de las coaliciones.
La politóloga de la Universidad de Bolonia tampoco espera grandes novedades en la gestión de la inmigración, un tema frente al que Meloni prometía mano dura. «El Ejecutivo está obligando a que los barcos de las oenegés desembarquen a los inmigrantes en puertos del norte del país, lo que dificulta su labor y alarga las misiones. Pero es sobre todo un gesto simbólico, porque estas naves humanitarias solo son responsables de alrededor del 10 % de los rescates. La inmensa mayoría se hacen con naves militares o de la Guardia Costera».