La calle mantiene el pulso contra la reforma de las pensiones de Macron en el fin del debate en la Asamblea
INTERNACIONAL
La asistencia fue menor en la quinta jornada de protesta, pero se espera una respuesta masiva el próximo 7 de marzo
16 feb 2023 . Actualizado a las 21:56 h.Los líderes de todos los sindicatos se dieron cita este jueves en Albi, en el sur de Francia, para protestar contra la reforma de las pensiones del presidente Emmanuel Macron. El lugar fue elegido para mostrar simbólicamente que es precisamente en ciudades de tamaño medio, como Albi, donde las manifestaciones están siendo proporcionalmente más importantes. Concretamente, el pasado sábado, en Albi, que cuenta con unos 50.000 habitantes, recorrieron sus calles 20.000 personas para mantener la presión sobre los diputados que debaten el texto en la Asamblea Nacional francesa.
También hubo manifestaciones en todo el país, aunque la movilización en esta quinta jornada de protestas fue menor, igual que el número de huelguistas, lo que se explica, en parte, porque en dos tercios de las regiones coincide con las vacaciones escolares de invierno. Y además, muchos se reservan para el 7 de marzo, porque ese día los sindicatos han prometido «paralizar el país», antes de que los senadores comiencen a estudiar la reforma de las pensiones.
El artículo 7
Para Laurent Berger, secretario general de la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT), el principal sindicato de Francia, la jornada de este jueves fue «un éxito» que muestra cómo «el descontento, la determinación y la combatividad siguen intactos». El líder de la CGT, Philippe Martínez, reconoció que la movilización había sido menor y recordó que «sería bueno» que la Asamblea vote el artículo 7 de la ley, que recoge la ampliación de la edad de jubilación a 64 años, para saber qué postura asume cada diputado.
Precisamente, ese es el objetivo que busca la Reagrupación Nacional (RN), el partido de Marine Le Pen, con la moción de censura al Gobierno que presentaron el miércoles. Como los diputados tienen el tiempo contado (a medianoche del viernes finaliza el debate en la Asamblea), y los diferentes grupos han presentado miles de enmiendas al texto, «parece claro que no será posible votar el artículo 7» y menos aún «el conjunto del proyecto de ley», según indica la moción presentada por la extrema derecha, y quieren obligar así de alguna manera al Gobierno a someter la reforma al voto de los diputados.
Sin embargo, la moción de censura no tiene ninguna posibilidad de salir adelante porque el resto de partidos de la oposición se niegan a apoyarla. Para el líder socialista, Olivier Faure, «es un artificio» de la RN, mientras que Los Republicanos critican una especie de «carrera de sacos» entre la extrema derecha y la izquierdista Francia Insumisa (LFI).
En el interior de la Asamblea sigue reinando la tensión, las invectivas y las suspensiones de la sesión. Este jueves fue a causa de un tuit del líder de LFI, Jean-Luc Mélenchon, que no es diputado pero sigue ejerciendo su influencia. Criticó a los comunistas por retirar 350 enmiendas para acelerar el debate, ya que ellos prefieren debatir «el corazón» de la reforma, la jubilación a los 64 años.