Zelenski condiciona el fin de la guerra al «retorno» de Crimea a Ucrania

Miguel Pérez MADRID / COLPISA

INTERNACIONAL

Coches destruidos durante el ataque a Kiev en febrero del 2022, apilados en la localidad de Irpin, una de las zonas más castigadas durante los primeros ataques rusos
Coches destruidos durante el ataque a Kiev en febrero del 2022, apilados en la localidad de Irpin, una de las zonas más castigadas durante los primeros ataques rusos DPA vía Europa Press | EUROPAPRESS

Putin vuelve a agitar la amenaza nuclear contra Occidente y acusa a la OTAN de ser «cómplice de los crímenes» de Kiev

26 feb 2023 . Actualizado a las 19:23 h.

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, volvió a poner la recuperación de Crimea como condición para conseguir el fin de la guerra en Ucrania. El mandatario expresó este domingo su convencimiento de que la paz llegará a su país con «el retorno» de la península que Rusia se anexionó en el 2014. Así lo señaló en un mensaje en las redes sociales con motivo de la celebración el Día de la Resistencia a la ocupación rusa de Crimea.

«Hace nueve años, comenzó la agresión rusa en Crimea. Habiendo regresado a Crimea, restauraremos la paz. Esta es nuestra tierra. Nuestro pueblo. Nuestra historia. Devolveremos la bandera ucraniana a todos los rincones de Ucrania», manifestó el presidente, cuyos servicios de Inteligencia informaron de que las tropas rusas acantonadas en la península de Crimea han comenzado a construir fortificaciones para defender el territorio anexionado por Moscú.

Zelenski firmó el 26 de febrero del 2020 el decreto que oficializaba el Día de la resistencia por la ocupación, un episodio que en el 2014 provocó el mayor foco de tensión entre Rusia y Occidente desde la época de la Guerra Fría. Moscú puso en marcha una invasión «suave» del territorio, según la definición de varios analistas, que permitió tomar su control sin apenas enfrentamientos después de las protestas que dividían Ucrania entre los prorrusos (favorables a una mayor integración con Rusia) y los europeístas (partidarios de fortalecer la relación con la UE). Las protestas, conocidas popularmente como el Euromaidán, terminaron a la postre con el Gobierno del presidente Yanukóvich. 

El papel de las exrepúblicas

El recuerdo de la resistencia de los ucranianos frente a la anexión de Crimea se produce dos días después del primer aniversario de la invasión rusa y cuando Pekín acaba de presentar su plan de paz para frenar el conflicto. Pese al rechazo de las potencias occidentales, la propuesta de Pekín ha comenzado a provocar movimientos. Kazajistán, extenso país de Asia central, ha sido hasta ahora aliado de Moscú, aunque ha mantenido la neutralidad frente a la invasión con una ambigüedad parecida a la de China. No ha condenado la ofensiva, pero tampoco ha reconocido la anexión de los territorios del Dombás que Vladimir Putin declaró hace unos meses. Sus líderes, sin embargo, dieron el sábado un abierto respaldo a China como promotora de unas eventuales conversaciones de paz y afirmaron que la iniciativa «merece ser apoyada», todo ello en vísperas de la visita que el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, realizará a las cinco exrepúblicas soviéticas de Asia central para forjar nuevos lazos con Washington.

Blinken llegará este martes a Kazajistán y un día más tarde visitará Uzbekistán para terminar el viernes con una reunión conjunta con los cinco gobernantes asiáticos. Estados Unidos sabe que es una misión muy sutil y llena de dificultades, pero de la que obtendría un gran rendimiento si consigue sintonizar con las cinco exrepúblicas. El secretario de Estado quiere convencerles de que Washington es un «socio confiable» y, por si acaso, llevará bajo el brazo «algo que ofrecer en términos de compromiso económico». No obstante, la Casa Blanca admite que sus interlocutores no son fáciles de convencer. Sus países mantienen acuerdos muy firmes en materia de seguridad y economía con Rusia, que incluso recibe a miles de trabajadores de estas regiones.

Putin vuelve a agitar la amenaza nuclear y acusa a la OTAN de ser «cómplice de los crímenes» de Kiev

Redacción / La Voz

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, justificó este domingo la retirada de Rusia del Nuevo Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START) como una medida de protección tras acusar a la OTAN de involucrarse en la guerra de Ucrania para debilitar la capacidad de Moscú como superpotencia militar.

«Hemos entendido lo que teníamos que hacer: preservar y garantizar la seguridad y la estabilidad estratégica de Rusia», manifestó el presidente ruso en una entrevista en la cadena de la televisión estatal rusa Rossiya en la que, además, acusó a la OTAN de participar como «cómplice de los crímenes» cometidos por las fuerzas ucranianas en sus ataques en las zonas separatistas prorrusas de Donetsk y Lugansk, en el este de Ucrania, con las armas que proporcionan los aliados de Kiev.

El presidente ruso, según recoge Europa Press, también culpó a la Alianza Atlántica de convertirse en partícipe, «instigada por Estados Unidos» y en contra de los deseos del Kremlin, en unas relaciones nucleares circunscritas únicamente a Washington y Moscú, lo que le ha llevado a tener en cuenta a partir de ahora la capacidad nuclear de países de la OTAN como el Reino Unido o Francia.

«Dado que todos los países de la OTAN han anunciado que su objetivo final es nuestra derrota estratégica, ¿cómo es posible que no tomemos en cuenta su potencial nuclear en este contexto?», se preguntó el presidente ruso durante la entrevista, recogida por las agencias TASS e Interfax. La observación se interpreta en Occidente como una nueva amenaza de Putin de recurrir a su arsenal atómico para garantizar la integridad de Rusia, a su juicio amenazada actualmente por el conjunto de la Alianza y no solo por Estados Unidos.

El papel del Reino Unido y Francia

Rusia suspendió el 21 de febrero su participación en el tratado de no proliferación para «evaluar», según el Kremlin, el arsenal del resto de países de la OTAN que «están fuera de todo escrutinio», en alusión a los otros dos aliados con arsenal atómico, el Reino Unido y Francia, y a las armas nucleares tácticas que EE.UU. pueda tener desplegadas en sus bases de Alemania, los Países Bajos, Italia y Bélgica.

Putin volvió después al tema de la «complicidad» de la OTAN en el conflicto ucraniano. «Los países de la OTAN están enviando armas, lo que significa que son cómplices, aunque sea de manera indirecta, de los crímenes que comete el régimen ucraniano, al atacar los barrios residenciales», manifestó el mandatario.