Liz Truss pagará 13.500 euros por las fiestas y los albornoces desaparecidos en una residencia oficial
INTERNACIONAL
La ex primera ministra del Reino Unido organizó eventos en la casa campestre de Chevening cuando era secretaria de Exteriores
01 may 2023 . Actualizado a las 22:08 h.La ex primera ministra británica Liz Truss tendrá que pagar 12.000 libras (unos 13.500 euros) para cubrir el coste de las reuniones personales, unos albornoces y unas zapatillas de goma. La casa campestre de Chevening, que Truss ocupó cuando era secretaria de Exteriores, fue el escenario de varios encuentros con amigos y conocidos, al parecer al estilo del Partygate de Boris Johnson. Comida, vino e incluso ropa de baño, que hicieron falta en la residencia después de los eventos íntimos de la expremier durante el verano del 2022, son algunas de las cosas que la Oficina del Gabinete ha cobrado a la exfuncionaria.
«Truss usó Chevening como una especie de réplica de Downing Street con su círculo interno y organizó reuniones hasta altas horas de la noche», ha declarado una fuente cercana al Gobierno al diario británico The Mail on Sunday. «La mayoría de los artículos desaparecieron durante las fiestas celebradas por razones políticas de partido en lugar de negocios estatales», ha asegurado.
La factura que le ha sido enviada solo 45 días después de haber sido nombrada jefa de Gobierno, un cargo que dejó hace cinco meses, ha reavivado el escándalo sobre el uso que los altos cargos dan a las residencias oficiales en el país. El código ministerial establece que si un ministro organiza fiestas o actos políticos en viviendas de gracia, debe ser por su cuenta o la de su partido.
Aunque Truss no se ha negado a pagar por los albornoces, sí ha pedido que se «ajuste» el valor y que se separen los gastos oficiales de los personales. Antes de liquidar la cuenta, ha solicitado una «factura más precisa», ya que afirma que algunos ítems hacen referencia a las reuniones con su sucesor, James Cleverly, y su equipo para hacer el proceso de transición.
Truss, predecesora de Rishi Sunak, dimitió como primera ministra cuando ni siquiera cumplía dos meses en el puesto después de que el presupuesto de reducción de impuestos presentado por su Gobierno afectara la economía nacional. Ya había sido criticada cuando era secretaria de Exteriores por sus viajes costosos. Más de dos millones de euros costaron sus misiones internacionales.