António Costa rechaza la dimisión del ministro de Infraestructuras y contraría al presidente portugués

Brais Suárez
Brais Suárez OPORTO / E. LA VOZ

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El primer ministro portugués, el socialdemócrata António Costa, durante una intervención ante la Asamblea de la República
El primer ministro portugués, el socialdemócrata António Costa, durante una intervención ante la Asamblea de la República Europa Press / Contacto / Henrique C | EUROPAPRESS

El primer ministro luso asegura que la experiencia que tiene con João Galamba no le permite aceptar su dimisión «porque no le es imputable personalmente ningún error» por la gestión de la aerolínea TAP

03 may 2023 . Actualizado a las 17:05 h.

Frenético culebrón político en Portugal, que desde primera hora del martes parecía encaminado a la destitución del ministro de Infraestructuras, João Galamba. A última hora de la tarde, tras numerosas reuniones de las más altas esferas, Galamba acababa dimitiendo «por la necesaria tranquilidad institucional». Pero en un giro todavía más inesperado, el primer ministro luso, António Costa, expresaba en una rueda de prensa su rechazo a la renuncia: «La experiencia que tengo con João Galamba (…) no me permite aceptar su dimisión, entendiendo que no le es imputable personalmente ningún error», dijo.

Costa admitió que mucha gente no comprenderá su negativa, así como que esta puede afectar a la imagen del Gobierno, pero añadió que «analicé bien todos los ángulos de este caso y cada una de las etapas, y en ninguna identifico la responsabilidad del ministro».

Se refería a los hechos que desataron la crisis política, desde que Galamba destituyó a uno de sus principales asesores, Frederico Pinheiro, acusándolo de mentir y ocultar información a la comisión de investigación sobre la gestión de la aerolínea TAP. Horas después de ser despedido, Pinheiro acudió a su despacho para llevarse el ordenador que había utilizado durante los últimos años, «recurriendo a la violencia ante la jefa de gabinete y una asesora que lo intentaron impedir», según detalló Galamba.

A continuación, fue Pinheiro quien acusó al ministro de haber pactado las preguntas y respuestas con la presidenta de TAP antes de que esta compareciera en el Parlamento. La reunión, de hecho, había sido organizada por el propio Pinheiro, que presuntamente pretendía esconder sus notas. No solo eso, sino que, además, acusó a Galamba de ocultar la información. Los documentos ya están en poder del Estado, tras la intervención de los servicios de inteligencia.

António Costa se reunió este martes también con el presidente de la República, Rebelo de Sousa, que ya había expresado la conveniencia de destituir a Galamba e, incluso, de remodelar el Gobierno, recordando que él posee la potestad de disolver el Parlamento y convocar elecciones. De ahí que, después de que Costa rechazara la dimisión del ministro, Rebelo de Sousa expresó su desacuerdo ante su «lectura política de los hechos y en cuanto a la percepción de estos por los portugueses, en lo que respecta al prestigio de sus instituciones».

La gestión de la TAP es uno de los grandes quebraderos de cabeza del Gobierno luso.