El agua avanza en Jersón mientras arrecia la polémica sobre la autoría de la voladura

rafael m. mañueco MOSCÚ / COLPISA

INTERNACIONAL

Importantes aliados de Kiev se muestran cautos y evitan culpar a Moscú a la espera de indicios claros

07 jun 2023 . Actualizado a las 22:00 h.

En medio de un nuevo cruce de acusaciones sobre la autoría de la explosión que acabó con la presa ucraniana de Kajovka, varios aliados claves de Ucrania han optado por la cautela antes de acusar a Rusia de la catástrofe, mientras este miércoles continuaban las evacuaciones y el nivel del agua subía todavía más en el curso bajo del río Dniéper y empezaba a ralentizarse en Nóvaya Kajovka, la localidad que albergaba la presa y la central hidroeléctrica destruidas.

Moscú sigue negando toda implicación en el ataque, del que culpa a Kiev. Durante una conversación telefónica este miércoles con su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, el presidente Vladimir Putin, calificó de «barbarie» la destrucción de la presa. Según el Kremlin, Putin dijo que Ucrania y sus aliados occidentales «están haciendo una apuesta peligrosa con su escalada de las hostilidades, cometiendo crímenes de guerra, utilizando abiertamente métodos terroristas».

Erdogan le propuso a Putin crear una comisión de expertos para investigar la autoría de la voladura de la presa de Kajovka con participación de sus respectivos países, Ucrania y la ONU, lo que indica que Turquía no tiene claro que, como dice Kiev, la catástrofe haya sido obra de Rusia.

Vista de una de las áreas anegadas en la ciudad de Jersón
Vista de una de las áreas anegadas en la ciudad de Jersón Vladyslav Smilianets | REUTERS

Ni siquiera el Reino Unido, estrecho aliado de Zelenski, se ha atrevido por ahora a responsabilizar a Moscú. «Los ataques a las infraestructuras civiles son espantosos (...), pero es demasiado pronto para confirmar de manera definitiva [que haya sido Rusia]», señaló el primer ministro británico, Rishi Sunak. Si se confirmara, añadió, las autoridades de Moscú «habrían caído aún más bajo».

De momento, la inteligencia estadounidense es la única que apunta al Kremlin como responsable de las inundaciones, según NBC News. No obstante, el portavoz de la Casa Blanca, John Kirby, ha reconocido que Washington no está en condiciones de «decir con seguridad qué ha ocurrido» y espera obtener más información.

El jefe interino designado por Moscú de la parte ocupada de Jersón, Vladimir Saldo, aseguró que «la situación operacional-táctica después de la destrucción de la central hidroeléctrica juega a favor de los militares rusos», quienes, no obstante, según la agencia ucraniana Unian, se están retirando de las posiciones fortificadas que mantenían en vanguardia y marchan hacia el sur. La agencia mostró este miércoles vídeos de cómo los soldados rusos se replegaban con el agua por encima de la rodilla.

La cadena CNN, citando a funcionarios occidentales, aseguró que el Ejército ucraniano va a tener que «reprogramar» sus operaciones en la zona, ya que las inundaciones están dañando puentes y carreteras. A través de su canal de Telegram, el coronel ucraniano en la reserva Román Svitán apuntó que «las tropas rusas volaron la presa para obstaculizar al máximo al Ejército ucraniano poder superar la barrera que supone el río Dniéper». Según sus palabras, «los rusos no cuentan con efectivos suficientes para defender toda la ribera y con la inundación se protegen de posibles desembarcos de las fuerzas ucranianas, por lo menos durante 10 o 15 días, hasta que el agua baje».

Población evacuada en la región de Jersón
Población evacuada en la región de Jersón ALINA SMUTKO | REUTERS

Minas arrastradas

Tras retirarse de la ciudad de Jersón, el noviembre del año pasado, el Ejército ruso ha estado reforzando sus defensas en la margen izquierda con trincheras y fortificaciones a fin de evitar un eventual avance ucraniano hacia Crimea. Pero Svitán advierte que, si a los ucranianos se les han puesto ahora las cosas difíciles en ese sector del frente, «a los rusos también porque el agua está inundando sus trincheras, inutilizando las fortificaciones y las minas colocadas van a ser arrastradas por la corriente. Tendrán también que alejar las posiciones de su artillería».

El representante de Rusia ante las Naciones Unidas, Vasili Nebenzia, declaró el martes que Ucrania «admitió en diciembre su intención de volar la presa de Nóvaya Kajovka» y se remite a un artículo del diario The Washington Post en el que se afirma que el Ejército ucraniano incluso llevó a cabo ataques con misiles Himars contra una de las esclusas de la presa.

La respuesta del representante de Ucrania ante la ONU, Sergui Kislitsia, fue que Rusia «culpa de sus crímenes a los demás» y recordó Mariúpol, Bucha, Izium y la central nuclear de Zaporiyia. «Permítanme señalar que Rusia ha estado controlando la presa y toda la central de Kajovka durante más de un año. Es físicamente imposible hacerla estallar de alguna manera desde el exterior mediante bombardeos. Ha sido minada y volada por los ocupantes rusos», aseguró Kislitsia.

Canales de Telegram muestran un vídeo, cuya veracidad no está acreditada, del momento, en la noche del lunes al martes, en el que supuestamente explota una parte de la presa, se desmorona parcialmente y termina destruyéndose paulatinamente por el fuerte empuje del caudal de agua. En su alocución diaria del 21 de octubre del 2022, en medio de ataques masivos por parte de Rusia contra las instalaciones eléctricas de Ucrania, Zelenski acusó a las tropas rusas de haber minado la presa y la central hidroeléctrica de Kajovka. Ya entonces dijo temer «una catástrofe a gran escala».

Más de 2.700 evacuados y unos 20.000 hogares sin luz en Ucrania

Las autoridades ucranianas trabajan a toda prisa para paliar los efectos del desbordamiento de la presa de la central hidroeléctrica de Nóvaya Kajovka, en el sur del país. Según el Gobierno ucraniano, se ha evacuado de las zonas más afectadas por la inundación a más de 1.450 personas de la margen occidental del río Dniéper, en el que se encontraba la presa y que parte en dos la provincia ucraniana de Jersón. En la orilla izquierda, ocupada por Rusia, los medios rusos hablan de 1.300 evacuados, según recoge Efe.

Del lado del río bajo control del Gobierno de Kiev el agua de la presa ha anegado ya unas 100.000 hectáreas de terrenos agrícolas, según datos del Ministerio de Agricultura ucraniano, que ha advertido de las consecuencias para la seguridad alimentaria que esto podría tener para una de las regiones más productivas de Europa.

Además, la destrucción de la presa hace imposible el funcionamiento de al menos 31 sistemas de irrigación no solo de la provincia de Jersón, sino también de las regiones colindantes de Dnipropetrovsk y Zaporiyia. Estos sistemas permitían regar más de medio millón de hectáreas.

Daños al sistema eléctrico

Unos 20.000 abonados al sistema eléctrico ucraniano se han quedado sin luz en los territorios del sur de Ucrania controlados por Kiev después de que el torrente de agua liberado por la ruptura de la presa haya anegado 129 subestaciones eléctricas, según el Ministerio de Energía ucraniano.

La catástrofe también ha tenido efectos sobre el sistema de canalización y distribución de agua corriente. Seis infraestructuras para la depuración de aguas se han anegado, según las autoridades municipales de la ciudad de Jersón.

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, aseguró que «cientos de miles de personas se han quedado sin acceso normal a agua potable». Ante esta situación, el Gobierno ucraniano ha aprobado de urgencia una partida presupuestaria para construir tuberías que lleven agua potable a las regiones que utilizaban la presa para su suministro en el sur del país. Miles de animales han muerto también en el Parque Nacional de Jersón y en el zoo de Nóvaya Kajovka, además de muchas mascotas.