La oposición lusa crítica el viaje de Costa en avión oficial a la final de la Europa League
INTERNACIONAL
Rebelo de Sousa defiende al primer ministro: «No veo que políticamente haya ningún problema específico»
18 jun 2023 . Actualizado a las 17:56 h.Camino de la cumbre europea que se celebraba en Moldavia el 1 de junio, el primer ministro portugués, António Costa, decidió parar la víspera en Budapest para asistir a la final de la Europa League, según reveló el periódico luso Observador. Algo difícil de digerir para parte del espectro político, y que tuvo que justificó el presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa: «Entendió que debía dar un abrazo a José Mourinho», entrenador de la Roma, equipo que se enfrentaba al Sevilla. «Me dijo: ‘es un portugués que está involucrado, voy a darle un abrazo, puede que le dé suerte', y casi se la dio», dijo Rebelo de Sousa, siempre coqueteando con la ironía; aunque aclaró que «no veo que políticamente haya ningún problema específico».
Todos los partidos de la oposición no ven uno, sino varios problemas. El primero es que el viaje no estaba incluido en la agenda oficial del primer ministro. El segundo es que Costa iba a bordo de un Falcon 50 de la Fuerza Aérea Portuguesa.
Es «lamentable que el primer ministro haya decidido detener un viaje oficial para ir a ver el fútbol, que haya usado recursos de un viaje oficial del Estado para hacer esa parada», expresó el sábado por la noche la recién nombrada coordinadora del Bloco de Esquerda, Mariana Mortágua, resumiendo la indignación de gran parte de la oposición.
«En fin, nada nuevo. Un viernes normal de la gobernación socialista», ironizó el líder de Iniciativa Liberal, Rui Rocha. Y desde el principal partido de la oposición, el conservador PSD, expresaron que «con seguridad es una visita privada y eso no se puede hacer con medios públicos».
Además, para la izquierda fue igualmente molesto que Costa presenciara la final junto al primer ministro húngaro, el ultranacionalista Viktor Orbán. «Es igual de lamentable que viera este partido de fútbol junto a un líder autoritario de extrema derecha», dijo Mortágua. Y algo más laxo fue el secretario general del Partido Comunista, que dijo que «no es normal, pero ojalá que todos los problemas del país fueran ese».
Sorprendentemente, a pesar de que no había desaprovechado sus últimas oportunidades para poner en duda a António Cosa, el más indulgente fue Rebelo de Sousa. Además de no ver nada punible en la parada, también defendió el encuentro con Orbán: «Podemos estar de acuerdo o no con él [Orbán] en migración, en política económica y social y en muchas cosas, pero forma parte del grupo de países que son nuestros aliados naturales en la UE», zanjó.