Rebelión armada del Grupo Wagner contra Putin: Prigozhin ordena parar el avance hacia Moscú

La Voz REDACCIÓN

INTERNACIONAL

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Tras la mediación de Lukashenko, el Kremlin ha anunciado que el líder de los mercenarios se irá a Bielorrusia y se cerrará la causa penal abierta por la rebelión

24 jun 2023 . Actualizado a las 22:19 h.

Meses de tensión entre Yevgueni Prigozhin y la cúpula del Ejército ruso sobre el desarrollo de la guerra de Ucrania han terminado por explotar en las últimas horas con la entrada del jefe del grupo de mercenarios Wagner en la ciudad rusa de Rostov, sede del mando militar sur, mientras desde Moscú se ha abierto una causa penal en su contra por incitar a la rebelión armada, en lo que se trata de la mayor crisis interna a la que se enfrenta el Gobierno de Vladimir Putin desde el comienzo de la invasión del territorio ucraniano en febrero del año pasado. Las columnas del grupo de mercenarios alcanzaron la región de Lípetsk, 340 kilómetros al sur de Moscú, según informaron las autoridades locales. Horas después el líder de los mercenarios ordenó a sus hombres detener el avance hacia la capital rusa para evitar un derramamiento de sangre tras la mediación de Bielorrusia. El Kremlin informó a última hora de este sábado de los términos del acuerdo con el líder de los paramilitares. «El caso penal que le fue abierto será cerrado y él [Prigozhin] se irá a Bielorrusia», afirmó el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov.

Los acontecimientos se precipitaron en la tarde del pasado viernes, cuando Prigozhin acusó directamente a la oligarquía rusa y el Ministerio de Defensa, más concretamente al titular de la cartera y al hombre al que considera su némesis, Serguéi Shoigú, de engañar al presidente para invadir Ucrania. Horas después, la organización denunciaba «un ataque con misiles asestado por militares» del Ejército ruso contra sus campos de entrenamiento. El Ministerio de Defensa rechazó categóricamente la acusación, que tachó de «provocación informativa», como recoge Europa Press.

Pasada la tarde, Wagner anunciaba el comienzo de una operación para dirigirse a Rostov, sede del mando sur y donde supuestamente se encontraba Shoigú en ese momento, según el grupo, para pedir explicaciones de lo ocurrido al ministro de Defensa. «Esto no es un golpe militar. Esta es una marcha por la justicia», zanjó el grupo mientras el Kremlin lanzaba la primera reacción contra Prigozhin: la apertura de una causa penal en su contra por incitar a la rebelión armada, un delito que podría ser castigado con hasta 20 años de cárcel.

Poco después, nombres tan destacados como el del principal comandante de las fuerzas rusas en Ucrania, Serguéi Surovikin, comparecían en las redes sociales para exigir a los mercenarios que cesaran en su avance y «obedecieran la voluntad» del presidente Putin. «Nuestra sangre es la misma. Somos guerreros. Os pido que os detengáis porque el enemigo (Ucrania) está esperando que precisamente a que empeore la situación política interna de nuestro país», declaró Surovikin.

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Esta reacción no intimidó en lo más mínimo a Prigozhin, quien aseguró en su anuncio de entrada en la ciudad que sus fuerzas habían sido recibidas como salvadores por la población y por las fuerzas rusas apostadas allí. «Las unidades del Ministerio de Defensa, o más bien reclutas a la fuerza, que bloqueaban nuestro paso se han echado a un lado, y los guardias fronterizos han abrazado a nuestros combatientes», manifestó.

En esas alturas de los acontecimientos, Estados Unidos y Ucrania comenzaron a tomar nota de lo sucedido aunque guardando un estricto silencio. Fuentes del Gobierno estadounidense estimaron, en comentarios a la CNN bajo condición de anonimato, que el avance de Prigozhin y sus hombres a Rostov no parecía una argucia para que las fuerzas ucranianas bajaran la guardia. «Creemos que es real», han asegurado.

Mientras tanto, el Ministerio de Defensa ucraniano se limitó a tomar nota de la situación con un escueto mensaje: «Estamos observando». El asesor de la Presidencia ucraniana, Mijailo Podoliak, describió la situación como un ejemplo de «poesía clásica rusa» y avanzó que «vienen tiempos tumultuosos» y que «el proceso histórico es irreversible».

Las únicas noticias que ha habido de Putin a lo largo de la noche han consistido en una escueta declaración de su portavoz, Dimitri Peskov, quien ha asegurado que el presidente ruso está recibiendo información constante sobre el desarrollo de los acontecimientos, pero se espera que el mandatario comparezca públicamente en breve para proporcionar su evaluación.

Prigozhin también ha mantenido silencio durante la noche, roto finalmente al amanecer con la publicación de un vídeo que le sitúa en la ciudad de Rostov, en conversación con el viceministro de Defensa ruso, Junus-bek Evkurov. En las imágenes, que de momento no han sido verificadas por medios independientes, Prigozhin exige hablar con el ministro de Defensa Shoigú y con el jefe del Estado mayor del Ejército ruso, Valeri Guerásimov. «Hasta que lleguen aquí, bloquearemos Rostov y nos dirigiremos a Moscú», avisa. El alcalde de la capital rusa, Serguéi Sobianin, ha declarado el estado de alerta antiterrorista en la capital.

Para Putin es un acto de «traición» y una «puñalada» a Rusia

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha denunciado este sábado un acto de «traición» tras la entrada del líder del grupo de mercenarios Wagner, Yevgueni Prigozhin, en la ciudad rusa de Rostov, sede del mando sur del Ejército ruso, que el mandatario ha descrito como un acto de rebeldía y una «puñalada por la espalda» a las tropas y al pueblo de Rusia.

En su primera comparecencia tras el comienzo de los incidentes esta pasada noche, Putin no ha identificado por nombre a Prigozhin y ha querido distinguir a las fuerzas de Wagner, al pedir a «quienes han sido empujados a la provocación de esta rebelión militar» que depongan las armas en lo que ha denunciado como una «puñalada» para las tropas rusas y para el pueblo.

Tras reconocer la labor del grupo como «héroes» en la guerra de Ucrania, Putin ha lanzado una durísima advertencia contra quienes participen de lo que describió como un amotinamiento. «Cualquier motín interno es una amenaza mortal para nuestro estado, para nosotros como nación. Es un golpe contra nuestra nación, nuestra gente. Y nuestras acciones para defender a la patria de tal amenaza serán brutales», ha avisado. «Cualquiera», ha insistido, «que haya seguido conscientemente el camino de la traición, que haya preparado el motín armado, haya seguido el camino del chantaje y las acciones terroristas, recibirá un castigo inevitable», ha añadido el mandatario.

En un discurso salpicado de menciones a los antecedentes históricos de Rusia, Putin ha comparado lo ocurrido esta pasada noche con los acontecimientos de 1917, cuando «las intrigas y discusiones a espaldas del Ejército desembocaron en una catástrofe, en la destrucción del Ejército y del Estado y en la pérdida de enormes territorios, lo que resultó en una tragedia y una guerra civil». «Los beneficiarios de ello fueron intrigantes políticos y potencias extranjeras que dividieron el país. No dejaremos que esto vuelva a suceder», ha añadido.

«Cualquier agitación interna es una amenaza mortal para nuestro estado como nación; representa un golpe para Rusia, para nuestro pueblo y para las acciones que estamos emprendiendo para proteger a nuestra patria», ha declarado.

«Nuestras acciones para defender a la patria de esta amenaza serán durísimas, y sus responsables serán llevados ante la justicia», ha insistido el presidente ruso, quien no obstante ha confirmado que la situación en Rostov es «difícil» porque «el funcionamiento de los departamentos de control civil y militar está prácticamente bloqueado» y ha prometido «medidas decisivas para estabilizar la situación».

«Como Presidente de Rusia y Comandante Supremo», ha ido concluyendo Putin, «haré todo lo posible para defender el país, proteger la Constitución, la vida y la seguridad, la libertad de los ciudadanos». «Quienes prepararon el motín militar, quienes se han levantado en armas contra sus camaradas, han traicionado a Rusia y pagarán por ello. Y a aquellos que están siendo arrastrados al crimen, les pido que no cometan este error crucial, trágico e irrepetible. Tomen la decisión correcta: deje de participar en acciones criminales», ha concluido Putin.

Moscú aplica un régimen de operación antiterrorista

El alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin, ha ordenado la cancelación de todos los eventos multitudinarios que hubiera previstos en la ciudad y la aplicación del régimen de operación antiterrorista.

«Las medidas antiterroristas están en vigor actualmente en Moscú. En consecuencia, todos los eventos multitudinarios anunciados previamente han sido cancelados», ha informado Sobianin en un mensaje oficial recogido por la agencia de noticias rusa TASS.

Militares rusos montan guardia en una calle del centro de Moscú tras la aplicación en la capital rusa del régimen de operación antiterrorista.
Militares rusos montan guardia en una calle del centro de Moscú tras la aplicación en la capital rusa del régimen de operación antiterrorista. MAXIM SHIPENKOV | EFE

El alcalde moscovita ha subrayado sin embargo que todos los servicios de la ciudad continúan funcionando con normalidad y «no hay restricciones al movimiento». «Quiero dar las gracias a los vecinos y visitantes de Moscú por su comprensión y su respuesta calmada ante esta situación», ha destacado Sobianin en Telegram.

Mientras, se han instalado controles en carreteras y se ha incrementado la seguridad en las instalaciones clave de la ciudad, según fuentes de las fuerzas de seguridad citadas por la agencia de noticias TASS. En concreto se ha extremado la protección de «todas las instalaciones importantes, los organismos oficiales y las infraestructuras de transporte».

Están además en alerta los efectivos del Escuadrón móvil para Propósitos Especiales (OMON) y del Escuadrón Especial de Respuesta Rápida (SOBR), organismos especializados en control del orden público.

Así, se han aplazado una semana las fiestas de graduación de los colegios previstas en el parque Gorki de la capital, ha informado el Departamento de Educación y Ciencia de Moscú. Igualmente se han suspendido todos los partidos de fútbol previstos «hasta nueva orden», ha informado la Federación de Fútbol de Moscú y recoge Interfax.

El gobernador de la región de Moscú, Andréi Vorobiov, también ha anunciado la aplicación del régimen antiterrorista en respuesta a la insurrección de las fuerzas del grupo de mercenarios Wagner y su intención declarada de marchar sobre la capital rusa, Moscú.

El director de la Comisión de Defensa de la Duma o Cámara Baja del Parlamento ruso, Andréi Kartapolov, ha subrayado sin embargo que «no hay necesidad de implantar la ley marcial en Moscú». «Me refiero a la situación en la región de Moscú, (pero) la situación en Rostov la situación es ligeramente diferente, pero incluso allí no hay necesidad de instaurar la ley marcial aún, según mi opinión», ha argumentado Kartapolov en declaraciones a la televisión pública rusa RBC.

La guerra continúa

Estos acontecimientos no han paralizado los combates en Ucrania. Esta misma noche, el ministro del Interior de Ucrania, Ihor Klimenjo, ha denunciado al menos tres muertos y ocho heridos en un bombardeo ruso contra la capital, Kieva, al impactar cohetes rusos en un edificio residencial del distrito de Solomyan.

Los cohetes estallaron contra un edificio de 24 pisos, causando la caída de escombros y la destrucción y posterior incendio en los pisos 16, 17 y 18, según ha precisado por su parte el jefe de la Administración Militar de la Ciudad de Kiev, Serhiy Popko, en su cuenta de Telegram.

«Aclaración de información sobre las consecuencias del impacto de escombros contra un edificio de 24 pisos en el distrito de Solomian. Por el momento, se han identificado dos muertos. Los heridos son 8 personas. Dos fueron hospitalizados, el resto recibió asistencia médica en el lugar», ha escrito Popko.

«Alrededor de 40 autos estacionados resultaron dañados. Se están aclarando los datos del resumen operativo», ha añadido el militar.

Por otro lado el Ministerio de Defensa ruso ha avisado de que Ucrania está aprovechando la «provocación» del líder de Wagner para lanzar una contraofensiva sobre la ciudad ucraniana de Bajmut, el que fuera uno de los grandes epicentros recientes de la guerra.

Además, el Ejército ruso llevó a cabo esta noche un ataque aéreo contra centros ucranianos de radioescucha en los aeródromos Kanatovo y Dnipro, en el centro del país, informó el portavoz del Ministerio de Defensa de Rusia, Igor Konashenkov, en el parte de guerra diario.

«Esta noche la Fuerza Aeroespacial de Rusia llevó a cabo un ataque con armas de alta precisión y largo alcance contra centros de radioescucha y equipamiento aéreo de la Fuerza Aérea de Ucrania en los aeródromos Kanátovo, de la región de Krivi Rig, y Dniéper», afirmó.

Según el portavoz castrense, todos los objetivos fueron alcanzados.

Además, informó que la víspera, «en respuesta al ataque contra el puente automovilístico» de Chongar, las fuerzas rusas destruyeron un almacén con misiles de crucero británicos Storm Shadow en la base aérea ucraniana de Starokonstyantinivsk, en la región Jmelintski, unos 250 kilómetros al oeste de Kiev.

«Aprovechando la provocación de Prigozhin para desorganizar la situación, el régimen de Kiev en la dirección táctica de Bajmut está concentrando unidades de las brigadas marinas 35 y 36 de las Fuerzas Armadas de Ucrania en las líneas de partida de las operaciones ofensivas», ha hecho saber el Ministerio en un comunicado recogido por la agencia de noticias rusa TASS.

La ofensiva rusa sobre la ciudad ucraniana, cabe recordar, marcó un antes y un después en las relaciones de Prigozhin con el Ministerio de Defensa. En las últimas semanas de combates, el líder de Wagner comenzó una campaña de apariciones en redes sociales para denunciar la constante desatención de la que sus hombres, primera línea de ataque contra la defensa ucraniana, estaban padeciendo por parte del Ministerio de Defensa ruso, en el comienzo de la fractura definitiva que parece haber terminado de ocurrir este sábado.