Los mercenarios comienzan a hacerse a la idea de que es el final de Wagner

Rafael M. Mañueco MOSCÚ / COLPISA

INTERNACIONAL

Tumba de Prigozhin en San Petersburgo.
Tumba de Prigozhin en San Petersburgo. STRINGER | REUTERS

«Un héroe que  no tuvo el entierro honroso que se merecía», afirman los rusos que visitan la tumba de Prigozhin. Advierten a su heredero de no intentar proyectos que conduzcan a «un callejón sin salida»

31 ago 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

El principal memorial levantado en Moscú en recuerdo de los mercenarios de Wagner fallecidos el día 23 cuando el avión en el que volaban estalló en el aire sobre la región rusa de Tver apareció este miércoles a mediodía casi desierto. Tras el entierro el martes en San Petersburgo del jefe del grupo, Yevgueni Prigozhin; su mano derecha, Dmitri Utkin, y otros componentes de la cúpula, sus partidarios empiezan a hacerse a la idea de que ha llegado el final para esta unidad.

«Los jefes del Grupo Wagner no han tenido el entierro que se merecían, no ha sido lo suficientemente honroso», se lamenta una mujer de unos 80 años tras depositar un ramo de rosas rojas en la ofrenda floral instalada en el número 8 de la calle Varvarka de la capital rusa, junto a la iglesia del beato Maxim de Moscú, a escasos metros de la Plaza Roja. A su juicio, «Prigozhin fue condecorado con la estrella de oro de héroe de Rusia, la máxima distinción, y sus funerales debieron haberse celebrado con los honores correspondientes».

La anciana, cuya identidad no quiso desvelar, considera que es «el final del Grupo Wagner». Apuntando con la mano hacia las fotografías de Prigozhin y Utkin, asegura que la estructura de estos mercenarios «se sostenía sin lugar a dudas gracias a ellos y una vez desaparecidos no quedará probablemente nada del resto. Unos se irán a casa y otros se integrarán tal vez en el Ejército. Pero es triste que una fuerza militar como los Wagner, con el heroísmo y efectividad con que han luchado en Ucrania y que han demostrado tener características únicas, sea borrada así de la faz de la  tierra».

Al memorial, constituido por fotos, emblemas, banderas, velas encendidas y coronas funerarias, se acercan después un adolescente con la que parece su madre, una señora de unos 40 años. El chico, con lágrimas en el rostro, deposita también flores, pero lo hace ante el estandarte de los paracaidistas del Ejército ruso, que lucharon junto con los Wagner en la localidad ucraniana de Bajmut. A la pregunta de por qué llora el chaval, ella responde: «No tenemos nada que decir. Lo de él es un asunto privado nuestro que a nadie más le interesa».

Tras la marcha de ambos, el entorno quedó completamente vacío, salvo dos policías que hacían guardia a cierta distancia. Estos altares en recuerdo de los Wagner muertos han sido instalados en muchas ciudades de Rusia y hasta en Idlib (Siria), siendo San Petersburgo, ciudad natal de Prigozhin y sede del cuartel general del grupo, en donde mayor afluencia de gente se ha registrado. No obstante, en algunos de ellos hubo quien provocó altercados al incluir fotos de los pilotos rusos que murieron el 24 de junio cuando, tratando de detener a los mercenarios en su marcha hacia Moscú, sus aviones y helicópteros fueron abatidos por los sublevados.

Círculo próximo

Prigozhin y sus principales hombres de confianza fueron enterrados el martes con la única presencia de la familia y un círculo próximo. Ni el presidente, Vladimir Putin, como ya se enunció en el Kremlin, ni ninguna autoridad acudieron a las exequias. Pero, desde este miércoles, ha sido abierto el acceso a la tumba de Prigozhin y hasta se han colocado carteles con el esquema para poderla encontrar dentro del cementerio, cuyo recinto continúa acordonado por la Policía. Empleados del servicio fúnebre aseguraron que en los funerales hubo menos de treinta personas, sin nadie con uniforme militar.

Canales rusos de Telegram constatan que, pese a ser héroe de Rusia, el jefe de los Wagner no recibió los honores de rigor. Según tales informaciones, se había previsto inicialmente una despedida pública para los Wagner y luego Prigozhin y Utkin recibirían sepultura en el cementerio Serafímovskoye, lugar de entierro de altos mandos militares, pero el plan fue modificado.

Preguntado sobre la marcha de las pesquisas sobre el accidente sufrido por el jet de Prigozhin, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, reconoció por primera vez que tal vez pudo ser derribado «de forma deliberada», insinuando que podría ser abierta una causa penal por asesinato. Tal versión, según sus palabras, es una de las hipótesis que se barajan. Peskov dijo también que, por ahora, no habrá una investigación internacional.

El Centro para la Investigación y Prevención de Accidentes Aéreos de Brasil ha recibido la negativa de Moscú a su solicitud de participación de la compañía Embraer, fabricante del jet de Prigozhin, en las pesquisas con el propósito de mejorar la seguridad y evitar incidentes similares. El Kremlin alega que la catástrofe se produjo en un vuelo interno y en tal caso no hay obligación de recurrir a especialistas extranjeros. Sin embargo, según la agencia Reuters, los expertos del Comité Interestatal de Aviación de Rusia tampoco se encargan de investigar el accidente.

La advertencia al hijo de Prigozhin y heredero de su imperio: «No entres en callejones sin salida»

Óscar B. de Otálora

La familia de Prigozhin recibió este miércoles un mensaje muy claro desde medios oficiales. En especial, Pavel Prigozhin, hijo del multimillonario y quien, supuestamente, tendrá que dirigir las inversiones de su padre. «Para él tiene que ser importante gestionar correctamente esta situación y no distraerse con acciones secundarias y proyectos que conducen a callejones sin salida», escribían.

La frase no puede ser más clara al insinuar que la familia del jefe de mercenarios podrá disfrutar del dinero que acumuló el oligarca mientras no ponga en marcha ninguna maniobra con los mercenarios de Wagner y guarde silencio.

Pavel era el hijo de Prigozhin que seguía sus pasos. De él se ha asegurado que participó como miembro de Wagner en acciones armadas en Siria, donde fue condecorado. Además de él, Prigozhin tiene dos hijas, Veronika y Polina. De ambas tan solo se sabe que se dedican a la hípica y que compitieron a nivel internacional en este deporte hasta que se comenzaron a aplicar sanciones a Rusia por la invasión de Ucrania.

Algunos medios señalaron que la viuda de Prigozhin, Lyubov, acudió por la mañana a la tumba del oligarca. Su presencia, como el funeral de su marido, fue clandestina.