Maduro hostiga a la precandidata Corina Machado para intentar descabezar la oposición
INTERNACIONAL
El chavismo persigue y amenaza a los opositores y a quienes les ofrecen servicios
02 sep 2023 . Actualizado a las 14:48 h.Sin medios de comunicación, ni vuelos disponibles (a sus dirigentes no les venden billetes), ni posibilidad de obtener legalmente donaciones financieras, la oposición venezolana compite en total desventaja contra todo el aparato del Estado. Pero recientemente, y dada la popularidad que recoge en los sondeos la candidata María Corina Machado, toda la maquinaria del chavismo se dirige contra ella, pese a que ya ha sido inhabilitada, por vía administrativa, por Elvis Amoroso, el contralor general de la República (funcionario que examina las cuentas) y que ahora es, además, el presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE).
Los niveles de persecución llegan, en ocasiones, a ser ridículos, como sucedió el pasado fin de semana en el estado Portuguesa, en los llanos centrales de Venezuela, donde la Policía estatal intervino en un recinto de bolas criollas (un juego parecido a la petanca) porque se estaba realizando un torneo en honor de la precandidata presidencial opositora, y obligó a los jugadores a irse a sus casas.
En el otro extremo del país, en la turística isla Margarita, el restaurante Remo fue clausurado durante un mes, hasta el 20 de septiembre, por las autoridades tributarias, después de que la precandidata comiera allí durante su gira por esa zona.
A los directores de la empresa que le alquiló los equipos de sonido para sus mítines los detuvo la temible Dirección de Contrainteligencia Militar. Aunque los liberaron unas horas después, les confiscaron sus equipos de sonido, lo que los deja directamente en quiebra.
En Cumaná, en tierra firme, pero muy cerca de Margarita, pocos días después, el programa del locutor Rafael Marín fue prohibido por la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) tras entrevistar a Machado.
La estrategia del hostigamiento
Aunque otros precandidatos han sido objeto de agresiones y amenazas durante sus giras de cara a las primarias opositoras —el más afectado, además de Machado, ha sido Henrique Capriles, el segundo favorito en las encuestas—, la estrategia de cercar espacios y hostigar a cualquiera que ofrezca servicios a un líder opositor comenzó a aplicarse en el 2019 contra Juan Guaidó, el que fuera presidente interino, hoy en el exilio en Miami.
El hostigamiento del régimen chavista, a veces incluso con ataques armados, contra candidatos opositores se remonta a hace veinte años y desde entonces no ha cesado. Hace un mes, por ejemplo, Capriles fue golpeado con total impunidad por un grupo de mujeres en Maracay (Aragua). Posteriormente, se supo que algunas de ellas tenían lazos con el partido oficialista PSUV.
Quizás la amenaza más grave contra la dirigente de centroderecha ha venido del gobernador del estado occidental de Trujillo, Gerardo Márquez, quien en un mitin afirmó, y quedó grabado, que «el día que aquí, en [el pueblo de] Pampanito, venga una María Corina o quien sea, tenemos que sacarlos a coñazos [golpes] del municipio». Pese a las amenazas, Machado afirmó que «seguiremos recorriendo toda Venezuela (...) La violencia se derrota con fuerza y organización».
Además del hostigamiento y la inhabilitación, sobre la candidata pesa una denuncia penal en la Fiscalía General de Venezuela por supuestos «intentos de desestabilización», interpuesta por Luis Ratti, un desconocido que ha cobrado auge en los últimos meses al presentarse como «candidato presidencial opositor», pese a que viene de las filas del chavismo, como demuestran sus redes sociales.